Los nubarrones que amenazan con nublar la recuperación

Con las ansias por la vuelta a la normalidad y del retorno la actividad económica en el punto en que se había dejado antes de la crisis sanitarias, algunas señales de los problemas que acechaban en el camino de la recuperación se mantenían en un segundo plano. La vertiginosa subida de precios en la factura de la energía ha sido una de esas alarmas que ha terminado por explotar y por poner sobre la mesa las debilidades de la recuperación económica

Los costes de la luz y el gas tienen unos efectos inmediatos en toda la economía, pero en el caso valenciano, además, se da la circunstancia de que tienen especial relevancia en sectores industriales fundamentales, como la automoción, o las que mejor comportamiento habían tenido en la pandemia sanitaria, como la cerámica o la química. El caso del azulejo es representativo de hasta qué punto puede poner en peligro una de las actividades que paradójicamente sigue registrando fuertes crecimientos en la demanda internacional, con alzas en la exportación superiores al 28% hasta agosto. Un fuerte crecimiento que contraproducentemente puede llevar a pérdidas a las empresas por unos costes disparados.

Aunque está claro que una pandemia mundial no es algo que ocurra todos los días, también lo es que la estructura del mercado enérgetico es una de las eternas reformas pendientes en nuestro país. Por más que empresas y agentes sociales reclaman desde hace años un marco que garantice la competitividad, las iniciativas que se aprueban parecen siempre destinadas a poner parches más que a lograr la estabilidad necesaria en uno de los elementos que supone hasta el 30% de los costes en algunas empresas.

La tormenta perfecta en el sector energético vuelve a poner de manifiesto el elevado coste de oportunidad de no aplicar reformas en los momentos más propicios para ello. Todo un toque de atención en un momento en que vuelven a estar sobre la mesa otros dos grandes reformas que marcarán la actividad económica durante los próximos años. Por un lado, la controvertida contrareforma laboral, en un momento en que por Ford advierte de la necesidad de ser más competitivo para traer coches eléctricos y el mayor promotor valenciano de vivienda turística, TM Grupo, alerta de la dificultad para encontrar mano de obra especializada para sus obras.

Por el otro, una reforma fiscal autonómica que parece más centrada en polemizar con otras autonomías que en un debate sobre la creación de un modelo de financiación pública que garantice ingresos a la Administración, pero también permita la atracción de inversiones y la competitividad de las empresas. Un fomento de la actividad económica que también repercutiría beneficiosamente en las arcas públicas.