Viejas herencias que amenazan con enquistarse en la nueva normalidad

Hace muchos años que en los anuncios inmobiliarios de Valencia figura como una de las zonas de la ciudad Parque Central de la misma forma que en esa zona lleva años operando un hotel y todo tipo de negocios con ese nombre. Sin embargo, las vías ferroviarias que debían soterrarse para hacer realidad ese gran espacio verde en el centro siguen dando servicio a todo tipo de trenes, entre ellos los de una estación del AVE que iba a ser provisional y que ya está previsto ampliar cuando cumpla 15 años. Una muestra de la realidad de los retrasos acumulados en el que es uno de los grandes cuellos de botella del reclamado Corredor Mediterráneo y que además constituye una infraestructura básica de transporte y movilidad para la tercera área metropolitana de España-

El Ministerio de Transportes ha presentado en los últimos meses tres estudios informativos esenciales para tejer definitivamente la red ferroviaria de Valencia: el final del canal de acceso del AVE a Valencia -es decir, su tramo subterráneo hasta las estaciones del centro de la ciudad-, el túnel pasante para atravesar la ciudad y la nueva plataforma de dos vías de alta velocidad hasta Castellón. Que estén los proyectos ya es un avance, pero dados los antecedentes y, sobre todo, el importante volumen de fondos que exigen estas actuaciones, con alrededor de 3.000 millones, falta por ver ese dinero concretado en forma de licitaciones y obras. Sobre todo porque la clave nuclear para toda esa red, el proyecto de la futura estación central subterránea, sigue aparcada y sin plazo ni inversiones fijadas. Y mientras tanto el servicio de Cercanías sigue deteriorándose con cancelaciones a última hora y fallos de gestión que resultan difíciles de conciliar con la apuesta por la movilidad sostenible y la emergencia climática declarada por la Administración regional.

Los empresarios han vuelto a reivindicar este mes en Madrid la importancia del Corredor Mediterráneo para el conjunto de España y el riesgo de más retrasos en una infraestructura básica para la competitividad de toda España. Y también han vuelto a estar a la cabeza de la movilización para reclamar en las calles un nuevo modelo de financiación autonómica que permita a la Comunitat Valenciana obtener los mismos recursos que el resto de autonomías.

La falta de una solución para la infrafinanciación valenciana y su prolongación en el tiempo amenazan no solo con seguir penalizado el crecimiento económico, sino que tras una crisis económica como la actual pueden hacer que se siga agudizando la brecha en términos de renta y riqueza de la región con el resto de España. En un momento esencial para la recuperación seguir incrementando el peso de la deuda autonómica, la mayor de España en ratio per cápita, supone una herencia muy peligrosa sin garantía de recursos para el futuro.