Unas cuentas públicas con más inversión que subirán la deuda

La llegada de casi 1.800 millones de fondos europeos aumentan un 58% el dinero de las partidas para inversiones. Sin embargo, la deuda sigue siendo la única herramienta que garantiza el crecimiento de los gastos del Consell, que eleva a 2.336 millones los ingresos de sus partidas ‘reivindicativas’ o ‘fantasma’

Los séptimos proyectos de presupuestos autonómicos de un Gobierno de coalición de izquierdas presidido por el socialista Ximo Puig para 2022 repiten muchos de los eslóganes que han repetidos sus socios hasta la sociedad: son expansivos y vuelven a crecer frente al ejercicio anterior y el gasto en las áreas sociales sigue aumentando. En total, el proyecto pactado por socialistas, Compromís y Podemos contempla un volumen de 27.967 millones de euros para la Administración valenciana, un 9,1% más. Un importe que supone elevar el gasto real en 1.666,5 millones respecto a 2021 y también en la parte de los ingresos la deuda sigue creciendo, a pesar de la llegada del dinero de los fondos europeos y la utilización de partidas fantasma de ingresos dudosos, como las denominadas partidas reivindicativas no reconocidas por el Estado.

Una de las principales diferencias es que después de varios años a la baja o estancadas, las inversiones directas e indirectas incluidas en las cuentas públicas crecen de forma vertiginosa el próximo año. Crecerán un 58,4%, hasta un total de 3.121,4 millones de euros. Si se analiza detalladamente, las inversiones reales del Capítulo VI experimentan el mayor crecimiento (del 88,8%), llegando a los 1.437 millones de euros; mientras que las transferencias de capital aumentan un 39,2%, hasta 1.684 millones de euros. La explicación de este repunte se encuentra fundamentalmente en la llegada de los fondos europeos para la recuperación. Así, los fondos Next Generation UE y React aportarán 1.796 millones de euros a la Generalitat el próximo año, un dinero finalista que debe destinarse a proyectos de inversión definidos y que cumplen con los requisitos de Bruselas, de ahí el aumento de estas partidas.

En la práctica, ese esfuerzo inversor se traducirá fundamentalmente en acelerar infraestructuras sanitarias ya prevista. Así, la Conselleria de Sanidad duplica su presupuesto de inversión, hasta los 435 millones de euros, de los cuales 385,94 millones de euros corresponden a 93 actuaciones de infraestructuras en centros. Por volumen, la ampliación del Hospital Clínico de València, con más de 41 millones asignados el próximo año, y las mejoras en el Hospital General de Castellón y en los hospitales de Orihuela, Elche, Torrevieja, Marina Baixa, Provincial de Castellón y de Vinarós se llevan el grueso de los fondos.

Educación, el otro mayor departamento por gasto público, también se lleva el siguiente gran bocado inversor, con un total de 425 millones, también para la mejora de los centros y de sus equipamientos educativos. Otro de los grandes apartados inversores será el de la digitalización de la administración valenciana, que cuenta con 363,7 millones de euros, un 88,3% más. De ese importe 132,07 millones corresponden a fondos europeos principalmente para Justicia, Educación y Servicios Sociales

Paradójicamente, donde no tendrá tantos efectos el incremento del dinero para actuaciones concretas es en el departamento de infraestructuras y obra pública. La inversión más destacada es el aumento de la cuantía de los nueve contratos de conservación de carreteras autonómicas con 54 millones de euros. Es decir, en la práctica el incremento cubrirá los gastos de mantenimiento de las carreteras ya existentes.

Más deuda

Pese a ese dinero procedente de los fondos europeos y la esperada mejora de los ingresos tributarios por una recuperación que en el cuadro macroeconómico previsto para 2022 sitúa en el 6,3% del PIB, lo cierto es que también el recurso al endeudamiento crecerá. Por un lado, el dinero que se gastará la Generalitat para pagar su deuda financiera aumentará un 7,4%, hasta 7.406 millones de euros, debido a los vencimientos de deuda, fundamentalmente procedentes del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) del Estado. De esa forma, la deuda sigue siendo el mayor gasto de la Administración valenciana, sólo por detrás de Sanidad. Y las cuentas para 2022 también prevén que sigan aumentando esa bola, con la emisión de 8.017 millones, un 2,7% más que en 2021.

Y ello a pesar de que en la parte de ingresos no sólo se vuelven a recoger importes cuyo cobro es dudoso, sino que se aumentan. Así, se incluye de nuevo la partida que figura desde hace años y que el propio Gobierno de coalición califica como “reivindicativa”, con 1.336 millones de euros previstos. Una cantidad que se corresponde con la estimación del dinero que debería recibir por la infrafinanciación, pero que el Estado no recoge en sus aportaciones al Gobierno autonómico y que, en la práctica, suele ser cubierta por el FLA.

A esa cifra las cuentas añaden este año otros 1.000 millones de euros de un fondo transitorio hasta que se apruebe el nuevo modelo de financiación y como compensación tras el final de los fondos extraordinarios de los dos años anteriores. Una reclamación que han incluido regiones como Andalucía y Castilla y León, pero que rechaza la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Una de las diferencias en los presupuestos de este año del Botànic también radica en que por primera vez se ha presentado vencido el plazo inicialmente previsto en el Estatuto de Autonomía. Pese a ser una demora de unos días, ese retraso vuelve a reflejar los continuos tira y afloja entre los socios. De hecho, Compromís y Podemos mantienen sus frentes para intentar colar en el debate parlamentario de la Ley iniciativas como la tasa turística, la tasa del azúcar o más fondos para la televisión autonómica À Punt.