Transformación de la agricultura valenciana mediante nuevas tecnologías
El sector agrario de la Comunidad Valencia es de capital importancia para la economía regional por la generación de riqueza que supone y como fuente de empleo. Según los datos del informe del Sector Agrario Valenciano de 2020, los principales cultivos de la Comunidad Valenciana son los cítricos, con más de 159.000 hectáreas, seguidos por otro tipo de frutales (132.098 hectáreas), el olivar (93.953 hectáreas), el viñedo (64.079 hectáreas) y los cereales (42.068 hectáreas).
A pesar de estas grandes cifras, se puede decir sin lugar a duda, que se trata de un sector envuelto en una grave crisis. Los grandes problemas de la agricultura valenciana son la crisis de precios, el abandono de parcelas y la reducción superficie de cultivo -del 16% en los últimos 20 años-, el reducido tamaño de las estructuras agrarias que dificulta la mecanización y aumenta los costes de explotación y el envejecimiento de la población laboral del sector.
Sin embargo, según indica Joaquín Maudos en el informe del sector agroalimentario español en el contexto europeo publicado en 2021, la evolución del sector primario ha visto crecer su Valor Añadido Bruto en términos reales un 5,3%, lo que supone una buena noticia y refleja su carácter estratégico, demostrando resiliencia ante el shock tan adverso que ha causado la crisis mundial del Covid-19.
Los productos procedentes del campo nutren a la industria agroalimentaria valenciana, que se trata de un potente sector formado por más de 2.600 empresas con una cifra de negocios del 17,2% sobre el total de la industria manufacturera valenciana. Cabe señalar, además, que las exportaciones valencianas del sector agroalimentario representan el 20% sobre el total de la industria y, sólo los cítricos, representan cerca del 35% de las exportaciones agroalimentarias.
Hay, además, otros datos alentadores, como el cultivo ecológico que ha pasado de unas residuales 2.181 hectáreas cultivadas en 1996 a 146.767 ha en 2020, o el aumento de población activa en el sector agrario en el grupo de menores de 25 años.
Una palanca que puede jugar un papel clave en la transformación del sector agrario en la Comunidad Valenciana es la digitalización. El nuevo concepto de agricultura 4.0 es una evolución de la agricultura de precisión en la que se trataba de mejorar la gestión de las prácticas agrícolas como el aporte de nutrientes, teniendo en cuenta la información del suelo, las necesidades de la planta y las condiciones ambientales y meteorológicas.
Este nuevo paradigma integra en la gestión agraria tecnologías procedentes de la cuarta revolución industrial, también llamada industria 4.0. Esta revolución combina técnicas avanzadas de producción y operaciones con tecnologías inteligentes que se integran en las organizaciones, las personas y los activos. Estas tecnologías son, por ejemplo, la robótica, la analítica de grandes volúmenes de datos (Big Data), internet de las cosas (IoT), Inteligencia Artificial, realidad aumentada o simulación.
Proyectos innovadores
El centro tecnológico AINIA ha desarrollado varios proyectos de investigación para evaluar la capacidad de estas tecnologías y generar demostradores que permitan conocer las ventajas e inconvenientes, de modo que se conozca su potencial y se favorezca la transferencia de tecnología al sector agrario. En el proyecto iDRONE se desarrollaron dos plataformas de robótica móvil, una basada en un robot terrestre y otra en un dron que estaban dotados de sensores hiperespectrales para caracterizar los cultivos empleando Inteligencia Artificial para, por ejemplo, evaluar el aforo de fruta en campos de naranja con una precisión del 81%.
Otro proyecto relevante fue el CERES, en el que se desarrolló una unidad embarcable en cualquier vehículo, que constaba de un sensor hiperespectral, un sensor de geolocalización, un sensor de barrido láser y una unidad computacional de alto rendimiento, que demostró ser capaz de estimar el volumen foliar sólo del tipo de planta seleccionada para estimar una dosis inteligente tanto de fertilizantes como de productos fitosanitarios, reduciendo los costes y el impacto medioambiental hasta en un 60%.
En estos momentos nos encontramos realizando dos nuevos proyectos, el FOODCOLLECT, apoyado por el IVACE, para la recogida de fruta caída para la revalorización de subproductos agrarios y el proyecto SENSOPLAG, apoyado por la AVI y dirigido a la detección temprana de plagas y enfermedades en colaboración con AVA-ASAJA, el IVIA, la Universidad de Valencia y LOCATEC.
La agricultura valenciana ha sido tremendamente innovadora a lo largo de la historia, como lo demuestra la gestión del riego de la Vega de Valencia por el Tribunal de la Aguas, que es la más antigua de las instituciones de justicia europeas, o mediante la capacidad de desarrollar nuevas variedades de arroz o naranjas que han triunfado en los mercados y han permitido el crecimiento de la exportación de manera sostenida.
Con estos antecedentes, es momento de innovar en este sector y ayudar a transformar la agricultura valenciana apoyándose en la potente industria agroalimentaria regional, en la transformación digital paulatina del sector mediante iniciativas pioneras en colaboración con los agentes de innovación de la Comunidad Valenciana y en la formación de las nuevas generaciones de agricultores y emprendedores.