La producción ecológica enraiza en el campo valenciano

La agricultura con métodos sostenibles gana terreno especialmente en cultivos como el viñedo tras duplicar sus ventas en la región en los últimos cuatro años

El campo valenciano, uno de los grandes pilares de la exportación autonómica, busca nuevas vías de desarrollo con las que consolidar sobre todo su rentabilidad. Y la agricultura ecológica está ganando terreno de forma sostenible en la última década como una alternativa de valor añadido para los productos agrícolas valencianos.

Así lo refleja el último informe anual del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV). La producción ecológica certificada vivió durante el al pasado un importante desarrollo en pleno Covid, con un crecimiento de la facturación del 20,8%, hasta alcanzar los 626 millones de euros. Una cifra que supone más que duplicar el negocio que suponía este segmento hace apenas cuatro años y que además se produce en el contexto de un año atípico, con un tirón generalizado de la alimentación por la pandemia.

La evolución del negocio de los productores ecológicos de la Comunitat Valenciana no son los únicos que muestran esa evolución positiva. Según el secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, la rentabilidad del sector ecológico valenciano es de casi un 400%, en un momento en que precisamente ese es uno de los puntos críticos del sector. Además, la tendencia ascendente continúa no sólo en negocio, sino también en superficie ecológica certificada, operadores e industria asociada. Según recoge el informe anual, el número de operadores dedicados a esta actividad se incrementó un 8,5% más que en 2019, hasta contar 3.544.

Por su parte, la superficie agraria útil destinada a cultivo ecológico con 20.000 nuevas hectáreas, lo que supone un aumento del 14,7% interanual y representa ya el 17,9% de la superficie agraria útil (dos puntos por encima del porcentaje de 2019), hace un total de 147.767 hectáreas. En la última década los terrenos destinados a estos cultivos se han triplicado en la región y el porcentaje sobre el total de tierra útil se sitúa a 7 puntos del objetivo marcado por la Unión Europea del 25% para 2030.

Por provincias, la situación aún es bastante desigual, aunque con un líder claro. Alicante lidera la producción certificada estimada con 87.510 toneladas. Y ello a pesar de que la superficie certificada el año pasado se redujo un 3% y de que en superficie total de hectáreas certificadas apenas representa un 25,1% de la superficie certificada total. Una situación que se explica por su mayor rendimiento en la producción, en parte también por el carácter pionero en la autonomía, ya que fue donde primero se apostó por este tipo de cultivo. También el tipo de cultivos condiciona el volumen en toneladas.

Por detrás suyo, Valencia se acerca con 86.296 toneladas tras un fuerte impulso de los campos que se han sumado a este tipo de agricultura sostenible y con tratamientos biofitosanitarios. En el último año las hectáreas en la provincia valenciana han aumentado un 27%, con lo que en la última década la superficie destinada a estos productos se ha triplicado y roza las 75.000 hectáreas.

En Castellón el arranque de la agricultura ecológica ha sido más tardío y también sus cifras son menores, con 7.621 toneladas el último año. Pese a ello, si se atiende a la superficie certificada, el impulso del plan de estímulo autonómico ha permitido triplicar en cuatro años las hectáreas certificadas en la provincia.

Vino, frutos secos y olivos

El cultivo estrella según los métodos más sostenibles es el viñedo, según se desprende del informe elaborado por el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV), que preside José Antonio Rico. Una muestra de la fuerte apuesta de las bodegas y productores vitivinícolas por diferenciarse con una uva más mimada, especialmente para poder aspirar a los mercados internacionales y a caldos de mayor valor. Las vides suponen casi un tercio de la superficie ecológica certificada en la región, con un fuerte peso en la provincia de Valencia.

Tras ella se sitúan los campos destinados a frutos secos, que son las plantaciones que más predominan en Alicante y Castellón, y los olivares, también más habituales en esas dos provincias. La variedad principal que domina el campo valenciano, los cítricos, ocupa aún un cuarto puesto en el conjunto. Sin embargo, se trata del cultivo que más ha disparado su superficie ecológica en la región en los últimos cuatro años, con un incremento de la superficie cultivada del 173%.

El fuerte crecimiento de la actividad ha venido también de la cada vez mayor presencia de operadores y productores en este mercado. El año pasado se cifraba en 2.707 los productores especializados en toda la autonomía, casi un 9% más que un año antes. Además, el número de empresas se sitúa en 748, tras haberse multiplicado por tres en la última década. Las estadísticas recogen fundamentalmente a agricultores, pero también hay 27 ganaderos y tres firmas acuícolas que producen siguiendo los certificados ecológicos reconocidos. La provincia de Valencia encabeza la tabla con 2.039 operadores, le sigue Alicante con 1.190 y cierra Castellón con 315. Según la Generalitat Valenciana, el sector ha absorbido entre 2016 y 2020 inversiones por 78,5 millones de euros.

El estudio también refleja el perfil de estos agricultores en un momento en que este trabajo resulta fundamental para combatir la despoblación rural. La edad media del productor o productora de ecológico es de 48 años, mientras que la mujer representa el 31% de los operadores, un 4,5% más que en 2019.

La Conselleria de Agricultura tiene previsto un II Plan de Producción Ecológica tras el ejecutado en los últimos cuatro. Entre los objetivos que perseguirá se incluye el incremento del consumo y la distribución a nivel local, además del compromiso de la administración en la compra pública, que fija un mínimo de producto ecológicos en los pliegos de condiciones de los comedores públicos, así como en los canales cortos de comercialización.