Un contrato de 1.000 millones que encarrila a Stadler

La adjudicación de parte del macropedido de Renfe para renovar Cercanías permitirá a la factoría valenciana crecer en plantilla y ampliar su oferta de trenes.

Peter Spuhler, el presidente del consejo y principal accionista del fabricante ferroviario suizo Stadler, acaba de ver cumplida su principal ambición cuando a finales de 2015 esta firma prácticamente desconocida entonces en España se hacía con la factoría de Albuixech (Valencia) de Vossloh, que por su propia reestructuración optaba por desinvertir en la planta, como ya había hecho Alstom una década antes. En su presentación en la propia factoría entonces, Spuhler ya apuntó que el objetivo era entrar en los grandes contratos del operador estatal Renfe.

La filial valenciana del fabricante suizo lo ha conseguido con la mayor adjudicación de trenes de la historia de Renfe valorada en cerca de 2.500 millones de euros y que se ha repartido con Alstom. La factoría situada en el norte de Valencia será la encarga de ensamblar el pedido de 59 de los 211 trenes de sus redes de cercanías. Los nuevos trenes estarán destinados a ampliar la capacidad y renovar las flotas de los Cercanías de Madrid y Barcelona, por lo que los trenes serán de gran capacidad. Los nuevos convoyes tendrán entre 900 y 1.800 plazas en función de su longitud, un 20% más que actualmente, para maximizar la oferta de cada trayecto, y wifi a bordo, como la flota de AVE.

En concreto, Stadler Rail Valencia montará 24 trenes de 100 metros de longitud y 35 trenes de 200 metros cada uno, por importe de 998 millones de euros. Se trata del primer contrato como tal con Renfe, aunque la planta valenciana antes de su compra por parte del grupo suizo ha sido proveedor de locomotoras y componentes de la empresa estatal. De hecho, ambos son socios en una empresa de mantenimiento, Erion. Este contrato también incluye las piezas de repuesto y los trabajos de mantenimiento por 15 años.

El contrato también incluye una opción para “44 unidades adicionales”. Una opción que supondría alargar muchos más años la carga ahora comprometida y que supone un importante espaldarazo a la instalación valenciana, que al cierre de 2019 contaba con una cartera de pedidos de cerca de 1.500 millones de euros, que tras los últimos encargos y el de Renfe ya supera los 2.500 millones

Los trenes incluirán vagones de dos pisos “con una longitud escalable de 100 a 120 metros y de 160 a 240 metros”, según apuntó la compañía. Aunque la filial valenciana participará tanto en el diseño como en el montaje, estos modelos se basarán en el tren superventas de Stadler, el Flirt, que también cuenta con una versión de dos pisos, el modelo Kiss.

La planta valenciana, heredera de la actividad de la histórica Macosa, se ha centrado históricamente en la producción de locomotoras y ‘bogies’ o elementos de tracción de los trenes. También aprovechó la experiencia con Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), la empresa pública que gestiona el metro y tranvía de Valencia y Alicante para saltar al sector del transporte ferroviario urbano con trenes ligeros y tranvías, un sector en el que ha extendido su actividad con Stadler que, por ejemplo, es uno de los fabricantes habituales del Metro de Berlín.

Con el contrato de Renfe ampliará su oferta a un nuevo segmento ferroviario, lo que le permitirá también optar con esta referencia a otros contratos en el futuro. De hecho, justo en pleno concurso de Renfe el año pasado el presidente de Stadler Valencia, Íñigo Parra, anunció que la matriz suiza había elegido Valencia para su nuevo centro tecnológico de “trenes regionales y cercanías para Norteamérica y sur de Europa”.

Una decisión que supone incorporar a Valencia la tecnología de fabricación de cajas de aluminio, con una inversión de más de 40 millones de euros y la creación de más de 500 puestos de trabajo directos, con lo que ya esperaba situar su plantilla en alrededor de 1.700 empleados, el doble que cuando Stadler se hizo con la fábrica.

La filial valenciana tiene en ejecución contratos por 300 millones para renovar la flota del metro de Lisboa y los tranvías de Milán, además de un encargo de 60 nuevas locomotoras para Finlandia por otros 200 millones. La filial valenciana que facturó 261 millones en 2019, también se adjudicó recientemente el contrato de mantenimiento de la flota de de los trenes de la empresa pública del Gobierno balear Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) por 15,2 millones y un plazo de cuatro años.

Trenes para Nápoles por 240 millones

Además,a factoría valenciana acaba de ganar en los tribunales italianos un contrato de hasta 40 trenes para las líneas férreas del Vesubio. El pedido se había adjudicado a Hitachi en 2019 pero tras un recurso judicial y la decisión final del Consejo de Estado italiano será asumido por Stadler Valencia.El Ente Autonomo Volturno (EAV), que gestiona las líneas que conectan las ciudades de las distintas provincias de Campania con el centro de Nápoles y el suburbano de esa ciudad, ha adjudicado a Stadler el acuerdo marco de 8 años para la producción y mantenimiento de 40 trenes eléctricos para servicios metropolitanos y suburbanos en las líneas de vía estrecha del Vesubio.

La adjudicación se produce después de una larga guerra judicial, ya que el contrato inicialmente se había encargado a otro fabricante, Hitachi, en 2019. Frente a los 240 millones de euros de la oferta de Stadler, su rival había presentado una propuesta más económica de 213 millones.