El metal alerta por el desabastecimiento ‘post-Covid’

Las industrias valencianas se empiezan a ver afectadas por la fuerte subida de los precios de materias primas y los fletes marítimos que dificultan garantizar sus suministros

El presidente de una de las mayores patronales valencianas, la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), ha dado la voz de alarma sobre una de las amenazas que ya están haciendo más cuesta arriba la recuperación económica tras la pandemia a muchas empresas: el riesgo de desabastecimiento de la industria. Según Vicente Lafuente, “las materias primas han experimentado subidas de precios de entre el 20 y 45% respecto a 2020”, a lo que se une “una escasez de aprovisionamiento con previsiones de plazos de entrega críticos de entre 3 y 4 meses, sin compromiso o garantía de suministro, a resultas de que haya materia prima”.

Un entorno que ya está dificultando el día a día de muchas empresas, con caso especialmente llamativos, como el que viven grandes factorías del automóvil como la de Seat en Martorell o la propia Ford en Almussafes que ya han tenido que recurrir a ajustes laborales por la falta de chips electrónicos.

Las subidas de los precios del acero y el metal también están afectando directamente a muchos proveedores de la automoción, como la factoría valenciana de Kamax, que produce elementos de fijación para ese sector. “Es una tormenta perfecta, está habiendo una carestía general de acero y eso a su vez provoca que suban sus precios”, asegura el director general de Kamax, Carlos Mena. “Desde que en el mes de octubre comenzó la recuperación de los niveles de la industria del automóvil, a las acererías les está costando mucho retomar esos mismos niveles de fabricación”, apunta el directivo.

Otro de los grandes consumidores de metales son los fabricantes de señales de tráfico y movilidad. Su patronal Afasemetra, que incluye a la valenciana Industria Saludes, ha denunciado que la subida media en los últimos tres meses, es de hasta un 40% para el acero, teniendo en cuenta la calidad del acero y el espesor de chapa para señalización, y de un 19% para el aluminio. Según el presidente de la patronal sectorial, Francisco Cano, algunos proveedores de estos materiales ya “no se atreven ni a ofertar con un precio por la inestabilidad del mercado”.

Ni el silicio de los chips ni los metales son las únicas materias primas que se están encareciendo por la vuelta a la actividad de la economía mundial. También los distintos tipos de plásticos son otro de los productos cuyos precios se han disparado. Según la Asociación Española de Industrias del Plástico (Anaip), para este mes de marzo el 45% de las empresas del sector de la transformación de plásticos espera que su producción pueda descender hasta el 39%. “El 22% de las empresas de transformación empieza a verse en la obligación de reducir su plantilla, ya sea por medio de la figura del Erte o llegando a hacer despidos si la situación no mejora”, señala esta patronal.

La tensión en los precios está trasladándose ya también al comercio y la distribución. “Aunque muchos proveedores aún mantienen precios porque están todavía vendiendo productos en stock, pero ya nos empiezan a comunicar que tendrán que subir precios”, explica José Luis Beltrán, gerente de la central de compras cooperativa Coinfer, que agrupa a 200 ferreterías. Segmentos como la goma de manguera para jardín, donde los precios de los materiales se están disparando un 40%, o herramienta y todo lo relacionado con cobre, aluminio y metal se está viendo afectados y hay proveedores que no se pueden comprometer a mantener precios durante varios meses.

Beltrán considera que el aumento de la demanda que ha empezado por China, se ha trasladado a Estados Unidos y ahora a Europa es el principal factor de esta situación y también apunta al fuerte incremento de costes de los fletes marítimos, inflados por la escasez de contenedores y el recorte de escalas de las navieras durante el confinamiento.

Femeval reclama ante esta situación “poner en valor la cadena de producción y suministro autóctona”. Según Lafuente, “si algo hemos aprendido de esta pandemia es que nos puede parar el virus, pero no la falta de previsión”.