Aeioluz quiere llevar su eficiencia energética a las empresas
La cooperativa trabaja con ayuntamientos en programas para reducir la factura de los sectores más vulnerables a la pobreza energética y en la creación de comunidades energéticas
La energía es uno de los sectores que está viviendo una fuerte transformación y donde todo apunta a que en los próximos años incluso se acelerará. “En un plazo de entre dos y cuatro años vamos a vivir una auténtica revolución energética”, asegura Salvador Moncayo, director de AeioLuz, una cooperativa que nació hace cinco años con la visión inicial de llegar a ser una comercializadora eléctrica, pero que optó por especializarse en los servicios de consultoría y asesoramiento.
“Para operar como una comercializadora necesitabas unos avales y unos requisitos de capital muy elevado, cuando nosotros teníamos claro que lo que aportamos es conocimiento”, explica Moncayo. Al final la cooperativa encontró un nicho de mercado en los servicios, con las administraciones como principal cliente hasta ahora. Aeioluz ofrece fundamentalmente asesoramiento y formación, tanto interna para mejora de las propias administraciones como para ciudadanos especialmente afectados por el fenómeno de la pobreza energética.
“La energía más barata es la que no se consume y un hábito responsable constituye la mejor de las herramientas de eficiencia energética y ahorro económico. Si, además, ajustamos la contratación de forma personalizada, el impacto positivo se multiplica”, resume Moncayo.
Oficinas verdes
“Abrimos brecha con las oficinas verdes para los ayuntamientos”, explica Moncayo. Se trata de servicios para los consistorios que contratan a Aeioluz para asesorar y dar atención personalizada durante horas a familias vulnerables para que puedan aplicar recortes en sus facturas energéticas y medidas de eficiencia energética. “Estamos consiguiendo de media ahorros de más de 150 euros al año”, explica el director de la cooperativa. Actualmente, Aeioluz gestiona las oficinas verdes de los consistorios de Paiporta y Benetússer en Valencia y de Altea en Alicante. En Valencia capital, participa en el plan de pobreza energética.
En muchos casos, la principal medida para lograr generar ahorros es simplemente revisar o modificar los contratos que mantienen, pero también existen otras alternativas que plantean tras una auditoría energética. “Hay casos en que, por ejemplo, estudiamos con el consistorio cambiar el frigorífico o los termos eléctricos, porque son inversiones que si se están subvencionando las facturas en seguida se amortizan”.
También en el campo de la formación la cooperativa está inmersa en el Plan Reacciona de la Diputación de Valencia, por el que la firma asesora a colegios de 15 municipios para mejorar su eficiencia energética y también forma a los alumnos. En este caso, el 50% del ahorro generado se reinvierte en otras medidas de mejora energética y el otro 50% el propio colegio decide su finalidad. “Son proyectos que con el retorno que generan se pagan”, señala el director de Aeioluz. El plan de la Diputación tiene un presupuesto conjunto de 160.000 euros para 40 municipios.
Ahora la cooperativa quiere dar un paso más allá y extender su actividad tanto a empresas como a comunidades de vecinos. “En el caso de las empresas, queremos hacer estos programas de eficiencia y formación como un plan de corresponsabilidad, de forma que los trabajadores no solo lo puedan aplicar en su lugar de trabajo, sino también en su hogar”, explica.
Según los datos recopilados por la cooperativa, en sus cinco años de actividad, el ahorro medio anual detectado en hogares alcanza los 248 euros, mientras que en el caso de los negocios casi se duplica, hasta los 494 euros al año.
Además, considera que las empresas pueden sacar partido a la gran estrella de los proyectos de renovables y eficiencia energética, el autoconsumo. “Las empresas con instalaciones fotovoltaicas también pueden aprovechar el nuevo boom de los sistemas de movilidad con baterías porque esos equipos permiten gestionar de una forma complementaria por ejemplo si tiene un parking para conectar coches eléctricos”.
En el caso de las comunidades de vecinos, Aeioluz considera que son uno de los colectivos que más partido pueden sacar a oportunidades como el autoconsumo energético. Pero también pueden lograr importantes ahorros simplemente por conocer mejor la normativa existente, que por ejemplo permite unificar los contadores de garajes.
Otra de sus apuestas son las comunidades energéticas de autoconsumo. En su caso asesora uno de los proyectos del Ayuntamiento de Valencia en el barrio de Ayora, para crear una instalación fotovoltaica de entre 20 y 30 kilovatios que cuente con un mínimo de 20 vecinos y dos comercios de la zona. Moncaya señala que también han llegado a un acuerdo en autoconsumo con Som Energia para compra colectiva y ya están produciendo en 45 instalaciones de este tipo, pese a que la figura jurídica definitiva para dar soporte a estas comunidades aún no se ha definido. La cooperativa tiene su propia experiencia en producción fotovoltaica con una pequeña potencia de 93,78 kWp.
Aeioluz, que celebra sus primeros cinco años, ha trabajado en este periodo con los municipios de Valencia, Alzira, Torrent, Lliria, Xàtiva, Castellón, Paiporta, Benetússer, Albalat dels Sorells, Bonrepòs i Mirambell, Foios, Almassera, Meliana, Pedreguer, Altea, Cheste, Turís, entre otros. También con entidades públicas como CEFIRE CTEM, Divalterra, IVACE Energía, Cáritas Valencia, Fundació Horta Sud, EAPN Valencia, Fundación Las Naves, Fundació València Clima i Energia, Escola El Drac o Cátedra de Transición Energética Urbana de la UPV.
A través de las oficinas verdes para los distintos consistorios y en los estudios de instalaciones de energías renovables y eficiencia energética, la cooperativa ha realizado servicios para 840 usuarios en 2020. Además, Aeioluz ha impartido formación especializada para 378 personas durante el último año.