Financiación autonómica y deuda, piedras en el camino de la recuperación

El gran problema de la Comunitat Valenciana, la financiación autonómica sigue enquistado. Seis años después de la llegada del Gobierno de coalición de Ximo Puig al Palau de la Generalitat, el que se había marcado como primer objetivo político del presidente valenciano sigue pendiente de resolver. Y lo que es peor. Según ha dejado claro hace apenas unos días la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sin calendario ni fechas para intentar avanzar en un nuevo marco.

“Jarro de agua fría” o “baño de realidad” fueron las reacciones de los miembros de la plataforma Per un Finançament Just que agrupa a los agentes sociales y contó con representantes de todos los grupos políticos presentes en las Corts salvo Vox, ante las palabras de la ministra Montero al dejar claro que el Gobierno de Pedro Sánchez no moverá ficha. Una inacción que justifica porque considera que en estos momentos es imposible conseguir un acuerdo político de todos los partidos y Comunidades Autónomas. En el fondo un reconocimiento que para lograr un cambio del sistema no solo hace falta apoyo del inquilino de La Moncloa, como algunos clamaban, y que su negociación que ni siquiera ha arrancado será una auténtica lucha de poderes.

Frente al inmovilismo para tratar de solucionar un modelo financiero insuficiente para la autonomía, lo que no se estanca es la deuda autonómica valenciana, que con 51.117 millones de euros al cierre de marzo sigue una escalada vertiginosa tras más que triplicarse desde 2009.Un volumen que ya roza el 50% del Producto Interior Bruto (PIB) regional y que es una clara herencia de la infrafinanciación valenciana.

Más allá del rédito y las polémicas políticas, está claro que la continuidad de esa financiación insuficiente sumado a la mayor deuda por PIB de toda España suponen una pesada losa para poder afrontar las inversiones que se requieren tres el desplome de la economía por el Covid y la incertidumbre de la nueva normalidad. Aunque Ximo Puig parece querer rebajar el tono de la reivindicación para no provocar roces dentro de su propio partido y enturbiar su relación con Sánchez, también corre el riesgo de ver como tanto sus propios socios de Compromís como el PP con la llegada de un Carlos Mazón que ha vuelto a la plataforma por la financiación, pueden sacar ventaja en esta reivindicación.

La alternativa puede estar en el lazo mandado por el presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno, que ha planteado un frente común con la Comunitat Valenciana para el cambio de modelo. Incluir a autonomías gobernadas por el PP, como también Murcia, podría forzar un acercamiento de los dos grandes partidos en un tema básico pero ahora mismo fuera de la agenda.