¿Podemos hablar de seguridad alimentaria post-Covid?

A pesar de la incertidumbre de los primeros momentos, pronto pudimos conocer que la pandemia del Covid-19 no constituía un problema de seguridad alimentaria. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se definió en aquellos primeros momentos, trasladando al sector y a toda la población en general que no existía ninguna evidencia de transmisión del Covid-19 a través de los alimentos. Sin embargo, por diferentes motivos y fundamentalmente porque la industria alimentaria fue considerada actividad esencial, ésta se ha visto fuertemente impactada.

En este artículo vamos a tratar las diez principales lecciones más importantes qué podemos extraer de la experiencia de la gestión de la seguridad alimentaria durante la pandemia, y que a nuestro entender son:

Ser conscientes de que toda la cadena alimentaria es una actividad esencial. En las primeras semanas de la crisis pudimos comprobar cómo el temor ante un posible desabastecimiento de alimentos se convirtió en una prioridad para la población después como como es lógico, de la preocupación por los aspectos puramente sanitarios. Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que la respuesta de toda la cadena alimentaria desde la producción primaria a la distribución pasando por todas las empresas de transformación de alimentos fue muy positiva, sino ejemplar.

Se refuerza el concepto one health como foco de trabajo. Desde hace algún tiempo, las políticas de seguridad alimentaria se han empezado a considerar como una parte de un todo que denominamos one health. Sin duda, la crisis del Covid-19 nos ha servido para reafirmar la importancia de asumir la seguridad alimentaria no como un elemento independiente, sino como una parte más de este concepto global de salud.

La importancia de trabajar en riesgos emergentes. En materia de seguridad alimentaria desde hace años venimos trabajando en sistemas y metodologías que nos permiten avanzarnos y prever qué riesgos son aquellos con los que nos podemos encontrar en un futuro, o lo que es lo mismo, lo que llamamos riesgos emergentes. las metodologías que utilizamos en materia de riesgos emergentes para la seguridad alimentaria, tales como el Horizon Scanning y el planteamiento de posibles futuros escenarios son las mismas que pueden plantearse para cualquier otro tipo de riesgos cómo son los sanitarios.

La gestión de crisis alimentaria como modelo. Un elemento de vital importancia dentro de los sistemas de gestión de la seguridad y la calidad alimentarias son los manuales y procedimientos de gestión de crisis. Tener implantadas estas metodologías dentro de las empresas de alimentos nos ha permitido responder de manera inmediata a la necesidad de continuar produciendo incluso cuando el sector alimentario era uno de los pocos que seguía en marcha.

Es importante mantener los sistemas vivos. Para que los sistemas de gestión de la seguridad alimentaria sean realmente efectivos hay que mantenerlos vivos, utilizarlos de manera continua y someternos de manera periódica auditorías internas y a ser posible externas que nos aseguren que están efectivamente implantados y son eficaces. cuando se produce una situación de crisis es cuando podemos ver la importancia de hacer esto así.

Contar con los mejores sistemas limpieza y desinfección. Cuando todavía podíamos sospechar que los alimentos fuesen vehículo del virus, o que las superficies y el ambiente pudiese ser vehículo de transmisión persona a persona entre nuestros trabajadores, todos pusimos nuestro foco de atención en los sistemas de limpieza y desinfección, comprobando la importancia que tiene el hecho de que podamos tener un alto grado de confianza en su eficacia.

El diseño higiénico de instalaciones y equipos puede ser clave. El diseño higiénico de instalaciones y equipos, permite que los procesos de limpieza y desinfección sean eficaces al máximo y requiera menos intervención humana, factor este que abunda en lo expuesto en el apartado anterior.

La puesta a punto de técnicas de control analítico. La capacidad de respuesta de los laboratorios es un elemento imprescindible para afrontar con prontitud los riesgos emergentes cuando éstos se hacen patentes. Aunque no sea un ejemplo alimentario hemos podido comprobar durante la pandemia como la capacidad de respuesta analítica ante nuevos peligros se convirtió en un aspecto clave.

Multidisciplinariedad y comunicación como fortalezas. A la hora de afrontar situaciones complejas, en las que los aspectos a abordar son de muy diferente índole, no solo científica o técnica, sino también psicológica, sociológica, o de comunicación resulta de gran utilidad contar con equipos verdaderamente multidisciplinares, como aquellos con los que solemos trabajar para la gestión de las crisis alimentarias.

Necesidad de afianzar la capacidad de trabajo sin presencia. Otra cuestión que hemos visto claramente reforzada durante la crisis es la conveniencia sino ya la necesidad de poder trabajar en remoto. En ese sentido los sistemas de calidad y seguridad alimentaria se han venido desarrollando sobre la base de herramientas de las tecnologías de la información que permiten realizar ese trabajo siempre esencialidad.

Con este rápido repaso, hemos podido identificar las principales lecciones de la crisis de la Covid-19 que se pueden trasladar a la gestión de la seguridad alimentaria.