Nuevas alianzas para renovar viejas reivindicaciones

Las industrias valencianas de sectores como el mueble, el textil, la iluminación y el baño han decidido dar un paso adelante para crear un nuevo cluster que no solo abarca a la Comunitat Valenciana, sino que incluye a todo el territorio español y que tiene también parte de su mirada en toda la Unión Europea. Por un lado, por que son conscientes de la importancia de los fondos Next Generation para financiar la reindustrialización, y por otro porque son conscientes que en un mercado global su ámbito de influencia no puede reducirse a una comarca o a una región.

La Federación Hábitat de España (FHdE) se ha constituido como paraguas para coordinar las acciones de las organizaciones empresariales que forman parte de ella. Una unión con la que buscan influir sobre las administraciones públicas autonómicas, española y europea, en sus decisiones de carácter social, político, económico, tecnológico y medioambiental que marcarán el futuro de la industria española. El reparto de los fondos europeos, la revolución energética o los cambios normativos derivados del cambio climático son solo un ejemplo de los retos que tiene la economía y las empresas valencianas en los próximos años.

Una alianza que además no se plantea como un club cerrado, sino que también busca ampliar a otros sectores industriales en donde el asociacionismo ha dado muestras de su capacidad para conseguir avances de todo un sector, como el caso de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), la patronal de la cerámica castellonense.

Los empresarios son conscientes de la necesidad de músculo para poder mejorar la competitividad frente a los auténticos rivales exteriores. Una lección que también se puede trasladar a la política valenciana en un momento crucial para avanzar en viejas reivindicaciones, como la eterna financiación autonómica, sin visos de solución a corto plazo.

El presidente valenciano Ximo Puig ha abierto una ronda de contactos con otros líderes autonómicos para tejer alianzas con las que hacer frente tanto al reparto de los fondos europeos como a la pospuesta negociación sobre la reforma del modelo de financiación. La escenificación con la presidenta de Baleares, Francina Armengol, recuerda a las que hace años realizaba la Generalitat del PP con sus presidente autonómicos en Madrid y las islas en que presumía de “eje de prosperidad”. De más calado puede ser el acuerdo con Andalucía para la financiación autonómica y el reparto de fondos estatales que se debe plasmar en septiembre en una reunión entre Puig y el popular Juan Manuel Moreno. Una línea que choca con la estridencia de las críticas al Madrid de Isabel Díaz Ayuso, quizá más en la línea de lograr un altavoz mediático nacional.