Baleària estrena su buque insignia a todo gas

La naviera de Dénia ya tiene en el agua su megacatamarán, una apuesta por la tecnología, la alta velocidad y el transporte sostenible que ha supuesto 90 millones de inversión

La alta velocidad no solo es posible por tierra y por aire. También existe en el mar. Lo que no es tan habitual es que se consiga en un buque capaz de transportar a 1.200 pasajeros y más de 400 vehículos. Y mucho menos que ese barco se mueva gracias a un combustible mucho menos contaminante que el gasóleo o el fuel oil, el gas natural licuado.

Precisamente esas particularidades son las que convierten al Eleanor Roosevelt, un gigantesco catamarán con ascensor y escaleras mecánicas en su interior, en un buque único en el mundo. Toda una obra de ingeniería y tecnología que hace apenas unos días recibió su bautismo en el mar en aguas del Cantábrico en Gijón y que refleja la fuerte apuesta que Baleària está realizando por pilotar el salto de las navieras de ferris al gas natural como combustible. Un proyecto pionero para el que han sido necesarios tres años y en el que además de unos astilleros españoles, los de Armon en Asturias, han participado compañías referentes en su especialidad de Finlandia, Australia y Noruega, bajo el paraguas de una ingeniería valenciana, Cotenaval.

La intención es que este barco, que será el buque insignia de la naviera con 123 metros de eslora o de largo y sus 28 metros de manga o de ancho, comience a operar en sus rutas en el primer trimestre del próximo año, tras haber realizado una inversión de 90 millones de euros.

El Eleanor Roosevelt es la punta de lanza de la estrategia de flota de Baleària para contar con 9 buques que pueden navegar a gas. Una revolución ecológica a la que prevé destinar 380 millones en total. El uso de este combustible implicará una reducción considerable de las emisiones a la atmósfera y de la contaminación acústica. En concreto se reducen en un 30% las emisiones de CO2, en un 85% las de NOx, y se eliminan las de azufre y partículas.

“Un hito de sostenibilidad e innovación”, según destacó el presidente y principal accionista de Baleària, Adolfo Utor, durante la botadura del barco. La compañía de Dénia ya ha introducido en el buque “novedades para adaptarse al contexto actual de crisis sanitaria, teniendo en cuenta la distancia entre butacas, unos pasillos más amplios y la digitalización, para garantizar mayor seguridad” según comentó.

Y es que el catamarán además de suponer una revolución por sus motores que permitirán usar tanto gas natural licuado como diésel, quiere convertirse en un referente como smartship por sus nuevas tecnologías tanto para el pasajero como para la propia empresa.

Por un lado, la nave cuenta con sensores y equipos de medición que permitirán monitorizar el consumo real de combustible o calcular la eficiencia de los motores, además de proporcionar información en tiempo real para poder navegar de forma eficiente, así como ajustar la velocidad y el rumbo para incrementar el confort según el estado del mar. Se trata del tercer buque de la naviera que cuenta con este sistema de monitorización, y que forma parte del proyecto de torre de control de Baleària, que usará el big data para tomar decisiones ágiles y eficientes en las vertientes de seguridad, mantenimiento preventivo, eficiencia comercial y emisiones.

En el diseño de los interiores se ha primado la amplitud de los espacios y la separación entre butacas. También se ha mejorado el confort a bordo incorporando un sistema de estabilización de la más alta tecnología, que reducirá considerablemente el movimiento. Las vibraciones y ruidos se minimizarán gracias a una superestructura flotante elástica y la instalación de aislamientos de alta tecnología.

Los viajeros también verán modificada su experiencia gracias a las nuevas soluciones desarrolladas dentro del barco. Así, se podrán acceder mediante un código QR que recibirán vía WhatsApp, con la indicación del número de butaca asignado. Pese a estar en alta mar, durante toda la travesía tendrán servicio de Internet y cobertura de WhatsApp para mensajes de texto y podrán disfrutar de forma gratuita de una plataforma de entretenimiento digital desde sus dispositivos móviles, así como ver a sus mascotas a través de webcams instaladas en las jaulas.

Una experiencia que la naviera controlada por Adolfo Utor y el Grupo Matutes también quiere continuar extendiendo fuera del mar, a través de sus terminales marítimas. El grupo explota la de Dénia en Alicante, donde precisamente el Gobierno autonómico ha aprobado una importante bonificación de tasas para los barcos que utilicen gas. Pero además se ha adjudicado la construcción y explotación de la nueva terminal de cruceros y ferris en Valencia junto al gigante Global ports holding, especialista en estas instalaciones para dar servicio a grandes trasatlánticos.