Innovar en el frasco de miel y la caja de bombones

El Cluster del Envase ha reconocido los diseños de cinco estudiantes que resuelven retos planteados por firmas de alimentación, plástico y logística

El Cluster del Envase de la Comunidad Valenciana ha logrado convertir su Concurso de Diseño en una cita obligada, en cuya última edición han participado 600 estudiantes de 26 universidades y escuelas de formación de toda España. Una competición en la que además se busca resolver los retos reales para los envases y embalajes que cinco empresas se encuentran en su día a día.

En el caso del fabricante de chocolates Natra, planteó un nuevo envase sostenible diseñado específicamente para las cajas de bombones de regalo dirigidas al mercado japonés. En su caso los ganadores han sido Cristina Meléndez, Ander Otegi y Endika de Mondragon Unibertsitatea, con el proyecto ‘IRO’. El ganador es un envase cilíndrico de cartón y papel con una carcasa que gira para intercambiar el cuerpo y la cabeza de los dibujos buscando interactuar con el usuario. Su gama de tres diferentes colores le aporta un toque personal y variabilidad al regalo, pudiendo adaptar el regalo al contexto gracias a las diversas connotaciones del color. Así, el usuario puede regalar el envase rojo cuando desea buena salud, el azul cuando se desea buena suerte y el verde cuando se desea felicidad. Unas características que encajan en la cultura del regalo en Japón, llena de simbolismo y tradición.

También un envase para un producto dulce, la miel, es el que buscaba Apisol, el diseño es el proyecto ‘Izadi’ de Andrea Arruti, Julen Hernández y Hugo Ostiza, de Mondragon Unibertsitatea. Un envase realizado con materiales sostenibles, como son el acero inoxidable, la madera y el vidrio, totalmente reciclable y recargable, cuya vida útil puede mantenerse el tiempo que el usuario desee. Una de sus grandes novedades es que el dosificador está diseñado para que al acabar de servir la miel esta vuelva al interior del bote sin manchar el exterior del envase, de esta manera el usuario no debe preocuparse por la limpieza del bote. El resultado es fácilmente desmontable, y se puede recargar todas las veces que se necesite.

Un embalaje isotermo de bambú

El trabajo ganador del reto de Logifruit ha sido el proyecto ‘Bambox’ de Sofía Nieves, Ana Tudó y Javier Redondo de la Universidad de Zaragoza. El reto ha consistido en el desarrollo de un embalaje que fuera isotermo para su uso en la última milla de productos alimentarios. Se trata de una caja reutilizable, fabricada solamente con dos materiales y con estructura fácil de manipular y apilar. La principal novedad es que el sistema aislante está realizado con bambú, un material 100% biodegradable y reutilizable. Los ganadores han realizado estudios para demostrar que una capa fina de bambú funciona como aislante, pero también incrementa la higiene y calidad de los alimentos que la contiene, protegiéndolos de la migración de partículas. El embalaje incluye una cámara vacía para conseguir un aislante eficiente, sostenible e higiénico, y tecnología NFC para controlar la temperatura.

En el reto propuesto por Industrias Alegre, el trabajo ganador ha sido ‘Eco-Hybrid Box’, de Irene Hinojosa, Ana Tudó, Daniel Peris y Javier Redondo de la Universidad de Zaragoza. Se trata de un embalaje versátil retornable para e-commerce que tiene en cuenta tanto la optimización de la cadena logística, con la eliminación de embalaje extra, como la experiencia de usuario. Su diseño permite que las cajas puedan apilarse sin necesidad de embalaje de refuerzo y considera la ergonomía del operario. También incorpora una tecnología de bloqueo mediante NFC para pedidos especiales, la inclusión de servomotores, seguimiento GPS y conexión 4G.

El proyecto ‘Layer_Bx’ de Eva Milán, alumna de la Escuela Superior de Diseño de Madrid, ha sido el ganador del reto propuesto por la compañía Eurobox, líder en fabricación de envases metálicos para el sector premium en alimentación y cosmética. Se trata de un podio que permite atraer al consumidor en el punto de venta, compuesto por cuatro piezas de materiales totalmente reciclables. En concreto cuenta con una base de papel foam en la cual se incrusta el producto que esté a la venta, dos láminas efecto espejo troqueladas y la tapa.