El futuro de la empresa
gracias a la digitalización

La transformación digital sigue siendo una de las asignaturas pendientes de las empresas, aunque cada vez más se comprueba el efecto positivo que está teniendo tanto a nivel económico como a nivel estratégico y organizacional. Es cierto que la actual coyuntura mundial, marcada por la pandemia del Covid19, está haciendo que la gran mayoría de empresas que todavía no habían dado el paso, vean que es una pieza clave no solamente para el futuro, sino para su viabilidad económica.

Según el estudio sobre el Estado de Digitalización de las Empresas y Administraciones Públicas Españolas 2019 del Observatorio Vodafone de la empresa, casi un 70% de las empresas son conscientes de la necesidad de la digitalización. Consideran que los principales beneficios que les aporta se enfocan en eficiencia de procesos, reducción de gastos y ahorro de tiempo, sin embargo, los costes en la implementación, la resistencia a los cambios de sus empleados y la falta de cualificación son las principales barreras para su desarrollo.

Uno de los factores que más valoran las empresas es la relación con sus clientes. Estos quieren poder realizar cualquier transacción a distancia, al mismo tiempo que exigen una relación más fluida y cercana con sus proveedores. Para ello es esencial que la comunicación sea buena, transparente, que queden resueltas sus dudas e incidencias e incluso que se identifiquen con los valores y la estrategia de la organización. Cerca del 70% de las organizaciones, consideran que la digitalización ha sido clave para la mejora de la relación con sus clientes y esto tiene una repercusión positiva en la cuenta de resultados de las compañías, a través de reducción de costes, eficiencia en los procesos, ampliación del número de clientes e incremento de la rentabilidad.

Otros de los aspectos que más preocupación despiertan en cualquier organización son la conectividad y la seguridad, por eso concentran el grueso de las inversiones. La gran mayoría de los puestos de trabajo están integrados en dinámicas de equipo para poder tomar más, mejores decisiones y en el menor tiempo posible. Casi el 60% de las empresas consideran que necesitan disponer de servicios en la nube que agilicen la gestión y ayude a las interacciones, independientemente del lugar, hora o circunstancia puntual. Evidentemente, una mayor conectividad plantea grandes retos de seguridad. Al comienzo de las etapas de digitalización, la confianza en los servicios en la nube era muy minoritaria, pero poco a poco, gracias a la inversión realizada por las empresas tecnológicas, las empresas han aumentado su confianza en llevar sus datos y comunicaciones a la nube, al superar los aspectos positivos a los negativos.

Acciones más enfocadas a la industria 4.0, como son el internet de las cosas, el BIG DATA, machine learning, inteligencia artificial, blockchain, robótica, tecnología 3D y realidad virtual, etc., todavía queda mucho camino por recorrer, ya que las empresas, todavía no se deciden a realizar grandes inversiones.

Según el estudio de PwC, Industry 4.0: Global Digital Operations Study 2018, se estima que en un plazo de cinco años el tejido industrial español aumentará sus ingresos en cifras cercanas al 11% y se reducirán los costes en un 20% gracias a la digitalización. Si bien es cierto que tenemos un 5% de empresas digitalmente punteras en comparación con el 10% de media mundial, el Foro Económico Mundial dentro del estudio Readiness for the Future of Production Report 2018 nos sitúa dentro de los líderes en el desarrollo de las capacidades productivas del futuro, concretamente en el puesto 29 dentro de los 100 primeros, basado en factores como la tecnología y la innovación, la posición en el comercio y en inversión, el entorno de la demanda y los recursos sostenibles, la infraestructura institucional o el capital humano.

Tal y como recoge el informe sdiE19 de la Fundación Telefónica, nos encontramos con la computación cuántica: superordenadores con una capacidad de computación casi inimaginable. Esta tecnología será capaz de cambiar la gestión de redes, sistemas logísticos, optimización de cadenas de suministros, administración de carteras de activos financieros, simulación de dinámica de fluidos y simulación molecular, clasificación de secuencias de ADN, segmentación de mercados de consumo, criptografía y ciberseguridad, etc. Desde luego, podemos estar ante uno de los grandes retos y oportunidades de negocio del futuro, con un margen de crecimiento enorme en los próximos años.

La transformación digital de las empresas es un camino iniciado, pero tenemos muchísimo todavía por recorrer. Hay que ser consciente de que se trata del cambio más importante en el mundo empresarial desde hace mucho tiempo y eso requiere de tiempo, esfuerzo económico, formación y nueva visión de la cultura digital tanto por parte de los empleados como de los directivos, pero es un cambio irremediablemente necesario para cualquier organización y que más pronto que tarde, verán los cuantiosos beneficios de su implementación.

Finalmente, y quizás, el aspecto más importante de esta transformación digital son las personas. La llamada Industria 5.0 pone a las personas en el centro de la producción y se centra en la personalización. Hay que asegurarse de que nadie se quede atrás en este proceso ni se sienta amenazado, por ello es importante que las personas vean a los robots como aliados, para que dispongan de más tiempo en tareas creativas. Para que esta transformación sea lo más rápida posible, es necesario que los ciudadanos sepan desenvolverse en este nuevo paradigma, por ello, la formación es un aspecto crucial. Se trata de un profundo cambio social que desembocará en una sociedad digital conectada, y deberemos saber manejar esta nueva situación, tanto a nivel personal, como laboral, sanitario, jurídico, etc. Y desde luego, el mundo empresarial tiene que participar y ser impulsor de este cambio. Tras los últimos acontecimientos, que nos han obligado a cambiar nuestra forma de trabajar, es el momento de impulsar la transformación digital por parte de nuestro tejido empresarial. No será un proceso inmediato, pero es irremediablemente necesario y nos abrirá un nuevo mundo de oportunidades.