El IVF multiplica por cuatro su inversión
en capital riesgo

El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el brazo financiero de la Generalitat Valenciana, quiere convertir la inversión del capital riesgo en una de las vacunas de las empresas valencianas frente a la crisis económica actual. Y para ello recurrirá a gestoras privadas que le permitan casi multiplicar por cuatro el dinero público.

El organismo público ha iniciado el proceso para elegir a dos sociedades gestoras de capital riesgo que levanten y administren dos fondos por un importe objetivo de 260 millones de euros, de los que el organismo público autonómico aportará 75 millones.

Se trata de dos instrumentos con un perfil inversor muy distinto. Así, el Fondo Valenciano de Crecimiento y Competitividad Empresarial (CREIX) está destinado al segmento que se conoce como capital expansión. Esto es, a financiar a empresas que se encuentran en etapas de fuerte crecimiento y generación de valor. El perfil de inversión será de compañías de tamaño medio, rentables y en procesos de crecimiento, con capacidad para consolidar proyectos empresariales sólidos, arraigados en el territorio y con vocación de líderes locales y tractores de actividad económica.

Este fondo, aunque en principio no tiene una relación tan estrecha con los sectores afectados por la crisis generada por la pandemia, es el más ambicioso de los que ha decidido crear la Generalitat.

El IVF aportará 50 millones de euros, con el objetivo de que el fondo, que además de invertir en empresas directamente también podrá tomar participaciones en otros fondos, alcance un objetivo de 200 millones de euros sumando aportaciones de otros partícipes, al menos el 50% privado. Además, el brazo financiero de la Generalitat exigirá a la gestora que al menos la mitad de la inversión se realice en empresas con sede o implantación en la Comunidad Valenciana.

El otro fondo para el que se busca gestora, bautizado como Impulsa I, responde más al perfil de un fondo destinado a empresas viables, pero con problemas de liquidez y solvencia por la crisis. El propio director general del IVF, Manuel Illueca, lo definió como un instrumento que “permite rescatar empresas viables al menor coste para el contribuyente”. El tamaño inicial previsto del fondo es de 60 millones de euros, de los que 25 millones serán aportado por la Generalitat y los restantes 35 millones, por entidades privadas.

En el caso del Impulsa I, la inversión se articulará mediante préstamos participativos, deuda subordinada, deuda preferente y deuda convertible, dado que su objetivo es permitir la reestructuración del pasivo de las empresas que buscan apoyar. A cada una de estas operaciones se podrá destinar entre 800.000 y 5 millones de euros.

Tras la convocatoria del concurso para la adjudicación, las sociedades gestoras interesadas podrán presentar sus candidaturas hasta principios de enero. Una vez adjudicados, la sociedad gestora seleccionada dispondrá de un plazo de seis meses para constituir el fondo y realizar un primer cierre de al menos el 50% del tamaño objetivo del fondo.

Aunque estos fondos no son los primeros que impulsa el IVF, lo cierto es que supondrán multiplicar por cuatro su inversión actual en capital riesgo, que se sitúa en 24,5 millones de euros. El organismo público participa en seis fondos, de los que cuatro aún están en fase de inversión. Tres de ellos se centran en proyectos empresariales en una fase muy inicial o en sus primeros pasos de consolidación de actividad en sectores de alto potencial como biotecnología, Internet o transferencia tecnológica.

Además de estos instrumentos que serán gestionados por gestoras privadas, el IVF contará con su propio fondo de rescate para las empresas que se consideren estratégicas en la región y que la crisis por la pandemia haya puesto al borde del abismo y sin capacidad para recurrir a los mercados. A través del denominado Fondo de Resiliencia inyectará 10 millones en esos rescates.