Madrid sí quiere la noria gigante que rechazó Valencia

La capital busca hueco a la megaestructura, cuyo proyecto fue desechado en la ciudad del Turia tras 4 años de negociaciones con la empresa -en los que le solicitó hasta 5 rediseños-

El Ayuntamiento de Madrid se ha propuesto acoger la construcción de la noria más alta de Europa. El consistorio se reunió con los promotores del proyecto, quienes -tal y como reveló elEconomista- decidieron centrarse en Madrid al fracasar en Valencia después de cuatro años de negociaciones infructuosas. Ahora se enfrentan a un nuevo reto: encontrar una ubicación para el que se postula como uno de los futuros centros turísticos de la capital de España.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el concejal de Urbanismo, Mariano Fuentes -ambos de Ciudadanos-, ya han tenido el primer contacto con los promotores del proyecto, que provienen de la firma creada en Valencia Circular View pero que, en caso de tener viabilidad la iniciativa, conformarán una nueva estructura societaria en Madrid, diferente en cuestiones como la denominación jurídica de la misma o incluso en la financiación del proyecto, según explicaron.

La idea del Ayuntamiento, que pretende hacer de esta noria un elemento de atracción de turistas y un emblema de la marca España, fue expresada por la propia Villacís a través de su perfil de Twitter: superar al London Eye de Londres, de una altura superior a los 135 metros y un coste aproximado de 120 millones de euros. La predisposición del consistorio es total, pero tiene una gran traba, la dificultad para encontrar terreno en Madrid.

Fuentes de la promotora, que estiman en 5.000 metros cuadrados la superficie total del proyecto -no solo incluiría la noria, también zonas verdes y otras actividades complementarias que buscarían ser originales y poco frecuentes en la capital-, aseguran que la preferencia es Madrid Río, pero la realidad podría tumbar ese deseo: depende de la estabilidad del terreno en una zona de muchos aparcamientos y ocupada en buena parte por los túneles soterrados de la M-30 en torno al río Manzanares.

Por tal razón, en la siguiente reunión entre promotores y Ayuntamiento se tratarán las posibles ubicaciones -la alta ocupación del suelo de Madrid hace que no existan tantas alternativas- en caso de que la opción de Madrid Río no prospere -una opción que tampoco se ve con malos ojos por parte de los impulsores de la operación-. Urbanismo, por su parte, se remite a la fase inicial del proyecto y a la necesidad de estudios que determinen qué zona disponible puede ser la más viable para alojarla.

En Valencia se planteó realizar una concesión del espacio público durante un periodo de 25 años. La empresa negoció la construcción de la infraestructura con La Marina de Valencia durante cuatro años, desde 2015. En este largo periodo presentó hasta cinco modificaciones respecto al proyecto original solicitadas por la administración pública, y llegó a estar incluso a la espera de que licitaran el solar. Todo para que finalmente el alcalde, Joan Ribó (Compromís), anunciara su rechazo con el argumento de que no quería convertir el enclave en “un parque temático para rentabilizar una noria”.