Ford Almussafes no se puede quejar

La planta valenciana sufre la crisis global del automóvil, pero es una de las agraciadas por las adjudicaciones de la marca americana. Su carga de trabajo la aleja de un futuro dramático como el de Nissan

Ford Almussafes va a sufrir. Su producción, que ya menguaba, va a ser todavía inferior a lo previsto por la crisis del coronavirus, que ha agravado sobremanera el ya difícil escenario en el que se encontraba el sector de la fabricación de vehículos a nivel mundial. Se van a vender menos coches. Pero el automóvil valenciano no se puede quejar. La factoría de referencia en la Comunitat Valenciana se encuentra en un mejor punto de partida que otras plantas de España y, lo que es más importante, goza de mejor salud que otras fábricas de Ford, con las que compite por la carga de trabajo. Almussafes ya estaba haciendo los deberes y afronta este convulso proceso con una hoja de ruta para mantener el empleo en la fábrica: la producción para Europa de vehículos electrificados, en particular la versión enchufable del Ford Kuga. Pese a las sombras, la industria afronta este proceso con la confianza de la multinacional americana -fabrica cinco modelos distintos, Kuga, Mondeo, S-Max, Galaxy y Connect-, un escenario muy distinto al de la maltrecha planta de Nissan en Barcelona, que operaba a menos del 30% de su capacidad.

La crisis global

Al sector hace tiempo que no le salen los números. El auge de nuevos modelos de movilidad frente al tradicional del coche en propiedad, así como el cambio tecnológico por la irrupción del vehículo eléctrico en contraposición a las opciones de combustión, frena desde hace años al consumidor en el momento de la compra y sume en la incertidumbre el negocio de la fabricación, venta y reparación de automóviles, que representa en su conjunto el 10% del PIB español y el 9% del empleo. Se trata de un problema global que sufren todos los grandes fabricantes en mayor o menor medida y al que se ha sumado una crisis inesperada: la del Covid-19. El parón económico para frenar la expansión del virus ha hundido todavía más la compra de vehículos y ha llevado a las multinacionales a acelerar la toma de decisiones estratégicas.

Y es aquí donde los recortes entran en un segundo estadio: la pugna entre las fábricas de un mismo grupo por ser la que recibe los encargos y conserva la actividad en un periodo de escasez. “Va a haber una gran pelea entre fábricas por atraer nuevos modelos”, advertía la pasada semana José Vicente de los Mozos, presidente de la patronal española de fabricantes de vehículos (Anfac).

El caso de Almussafes

Por lo que Almussafes respecta, la planta valenciana ha sufrido la caída en las ventas propia de su marca, que llegó incluso a plantearse su continuidad en Europa. En 2019 fabricó 345.700 vehículos frente a los 381.240 de 2018. Un 9,4% menos. Y ante tal circunstancia Ford Almussafes anunció un ERE por el que finalmente se destruirán 350 empleos en la factoría, cuya plantilla quedará reducida a alrededor de 7.000 empleos directos.

La planta, no obstante, fue una de las que salió mejor parada de los ajustes de la compañía, que cifró hace un año en 12.000 empleos sus recortes en Europa -más del 23% de su plantilla en el continente-. Este proceso tuvo consecuencias drásticas en otros lugares como el fin de la producción de Ford en sus plantas de Gales o Bourdeos, así como el recorte de un turno completo en la factoría alemana de Saarlouis, a la que le retiró la fabricación de los monovolúmenes C-Max y Grand C-Max, mientras que en Almussafes ha quedado reducido a las mencionadas 350 salidas, que se producirán este año.

Salida airosa

En cuanto a la carga de trabajo, Ford Almussafes salió relativamente airosa de la criba de Ford. El anuncio de la marca de que prescindiría de sus modelos no rentables hizo saltar todas las alarmas, pero la planta valenciana sí conservó sus monovolúmenes (S-Max y Galaxy). Y no solo eso: ambos modelos van a continuar además a medio plazo, pues la fábrica ha recibido el encargo de producir la versión híbrida de ambos, como ya hacía con la berlina Mondeo. Tal decisión no ha supuesto una carga de tra bajo extra para la fábrica, pero sí le permite mantener los alrededor de 2.000 empleos -según estiman fuentes de la planta- que dependen de estos tres vehículos, cuyo futuro estaba en el aire.

Por contra, la incertidumbre sí se cierne a corto plazo sobre otros 2.000 empleos de la factoría valenciana. Se trata de los alrededor de 1.000 que trabajan en la producción de las diferentes versiones de la furgoneta Connect y otros tantos de la planta de motores. Por lo que respecta a la furgoneta, Ford anunció que fabricará en México a partir de octubre de 2021 las alrededor de 40.000 unidades anuales que sirve al mercado americano desde Almussafes, y además están en riesgo las 70.000 restantes tras la alianza de la marca con Volkswagen por la que la firma alemana asumirá la producción de furgonetas ligeras a partir de 2022. Resta poco más de un año para que se produzcan ambos hitos sin que Ford haya anunciado carga de trabajo alternativa a la que genera actualmente la Connect.

En el caso de los motores, Ford tomó una decisión similar a la de las furgonetas: trasladar progresivamente la producción valenciana del motor Ecoboost a EEUU, su mercado de destino. La previsión antes de la pandemia era que el descenso de esta carga de trabajo se produjera entre 2022 y 2024, y tampoco se ha adjudicado a la planta hasta la fecha ningún producto que reemplace esta carga.

La locomotora del ‘Kuga’

En el lado opuesto de la balanza, Ford Almussafes cuenta con un gran fuerte para afrontar el futuro, la producción del Kuga y su versión híbrida enchufable. Además de tratarse del superventas de la planta, que representa más del 50% de los vehículos que fabrica la planta valenciana, su adjudicación permitió a la factoría fabricar su primer vehículo recargable en un momento decisivo. Con la crisis del Covid-19 los países productores de vehículos se han lanzado a auxiliar al sector del automóvil con ayudas que acelerarán la transición hacia vehículos eléctricos y enchufables, y ante la mencionada pelea de fábricas Ford Almussafes parte de una buena posición. Ford no solo ha adjudicado a Almussafes la producción del Kuga en todas sus versiones -diésel, gasolina, híbrido suave, híbrido puro e híbrido enchufable-. La inversión vino de la mano de la creación de una planta para ensamblar las baterías necesarias para este modelo y los Mondeo, S-Max y Galaxy.

Moves y Plan Renove

Fuentes de Ford España trasladan a elEconomista que la versión enchufable del Kuga está teniendo una gran acogida en el mercado europeo. Además, en el caso del mercado español, el modelo será uno de los que se acoja a las ayudas recién habilitadas en el marco del plan Moves. “Somos una de las plantas que más se van a beneficiar del plan de estímulo”, subrayan, pues esperan que las variantes híbridas de Mondeo, S-Max y Galaxy también puedan acogerse a los incentivos del Plan Renove.

El panorama no es halagüeño. Se espera un duro retroceso que afecte al conjunto del sector. Pero Almussafes parece al menos a salvo de decisiones drásticas como la adoptada por Nissan en España.