Ford cierra un año de continuos parones con una caída del 31,8% en la producción

La mayor factoría de Valencia ha visto como el arranque de sus versiones híbridas y el anuncio de un nuevo motor no despejan la incertidumbre ante un mercado con el freno puesto

E l año 2020 no iba a ser el mejor ejercicio de la factoría de Ford España ya antes de que el coronavirus irrumpiese en España. Antes de que los contagios llegasen a nuestro país, las previsiones de producción de la planta valenciana iban hacia abajo, aunque Almussafes podía presumir de haber salvado el plan de reestructuración de Ford en Europa prácticamente indemne. Poco antes de que la pandemia lo trastocase todos la multinacional anunció un recorte de 350 empleos por las previsiones de menores ventas para este año, que finalmente se materializó en septiembre.

La fábrica de Almussafes tuvo que paralizar su actividad cuando en marzo empezaron a aparecer los primeros casos entre sus trabajadores. Un parón por fuerza mayor que fue el comienzo de los expedientes temporales de regulación de empleo (Erte) que han marcado un año atípico, en cuya recta final de año los nuevos cofinamientos en algunos países han vuelto a detener las líneas de producción. El parón navideño de este año, de casi, un mes es el más largo que se recuerda en una década.

Un descenso de la actividad que se ha reflejado en una fuerte disminución de los coches que han salido de la planta valenciana. Las líneas de montaje se detuvieron el pasado miércoles después de haber ensamblado un total de 235.400 automóviles en el último años, 110.2250 vehículos menos que en 2019, lo que supone una caída del 31,8%.

La situación del mercado no ha permitido comprobar las ilusiones puestas en las nuevas versiones híbridas de los modelos que fabrica Valencia, principalmente en el Kuga, el modelo que representa más de la mitad de la fabricación de la instalación. Precisamente para hacer frente a estos modelos electrificados Ford ha construido una planta de ensamblaje final de baterías.

Pero no todo fueron malas noticias. La marca del óvalo también anunció un nuevo encargo para la planta de motores de Valencia, que se encontraba en una difícil situación después de que el fabricante decidiese llevarse el montaje de los motores que producía a Norteamérica. En su lugar Almussafes asumirá un nuevo propulsor, denominado GDI, destinado al mercado americano, aunque este encargo en principio solo durará hasta 2023. Más allá de los ajustes que supondrá, como tener que parar esta instalación una semana en marzo, la gran incógnita es si este encargo supondrá un primer paso para recibir posteriormente el pedido de otros motores híbridos para toda Europa. Una carga de trabajo que aún no está despejada y que supondría garantizar el futuro de una instalación a la que la cada ve mayor electrificación amenaza si no se especializa en nuevos productos.