Una nueva forma de vivir y entender el turismo

Cuando hace casi un año, el pasado 14 de marzo de 2020, se publicó el primer número de esta revista, la crisis del coronavirus fue el tema principal de la portada, y se vaticinaban los efectos adversos que tendría en el turismo. Efectivamente 2020 estuvo marcado por la lucha contra la pandemia y sus consecuencias económicas.

Hemos vivido meses llenos de incertidumbre, ERTEs, cierres perimetrales y confinamientos, pero también de solidaridad, esfuerzo, superación, creatividad y colaboración por parte del sector turístico.

Hoy, un año y 11 números de la revista después, empezamos a ver cierta luz al final del túnel. El proceso de vacunación avanza con paso firme. En la comunidad de Madrid asistimos a la reapertura de hoteles emblemáticos, abren nuevos restaurantes y se reinventan los más veteranos, y gracias a las medidas adoptadas por el gobierno regional, la vida cultural se ha convertido en referente europeo. Y a estas buenas noticias hay que añadir la confirmación de que FITUR, la gran cita del turismo internacional, se celebrará presencialmente a finales de mayo.

Empieza una nueva etapa, en la que comenzamos a diseñar el futuro de un nuevo modelo turístico, una tarea compleja dada la transversalidad del sector y el gran número de actores -públicos y privados- que lo integran.

Henry Miller escribió que el destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. Y ese es precisamente el reto que tenemos por delante: una manera diferente de concebir, gestionar y vivir los destinos turísticos. Porque así lo van a demandar los turistas que nos visiten.

El nuevo modelo turístico estará encaminado a mantener la competitividad y el liderazgo de la región madrileña. Para ello, ha de enfrentarse a un triple desafío. Tendrá que dar respuesta a las necesidades del sector y además habrá de contribuir a una actividad turística sostenible y digitalizada, todo ello en un entorno que garantice la seguridad a todos los actores implicados. La estrategia para la consolidación de un tejido empresarial sólido requiere identificar el tipo de turismo por el que apostar, y diversificar y desestacionalizar la oferta.

Aunque la sostenibilidad, entendida en su triple vertiente medioambiental, territorial y socioeconómica ya formaba parte de la agenda turística, tras la pandemia es una demanda social inaplazable y resulta clave para la transformación hacia un modelo más inclusivo y participativo. Hay que apostar por la colaboración con los agentes sociales, y promover la economía circular y el desarrollo local.

Pero si hay algo que las circunstancias han acelerado de forma vertiginosa es la digitalización. Se trata de una herramienta indispensable para la revitalización del turismo y la transformación definitiva hacia un modelo de calidad, sostenible, personalizado y sin masificaciones.

Los procesos de digitalización se están imponiendo en todas las fases del ciclo del viaje y la experiencia turística, desde la inspiración, reserva y preparación hasta la logística en origen y destino o en las etapas posteriores del viaje de valoración y recomendación.

Aunque se tiende a identificar digitalización con automatización, robotización y deshumanización, es el medio para ofrecer al turista una experiencia personalizada y exclusiva ya desde el origen, y adaptada a sus preferencias optimizando el tiempo y distribución de actividades en su estancia.

Turistas digitales

Además, a través de los procesos de calidad e inteligencia turísticas se contribuye a la creación de un entorno innovador que favorece, entre otras acciones, la adopción de nuevos modelos de negocio y la implantación de sistemas de captación, análisis y distribución de la información. En definitiva, la digitalización también permite a las empresas turísticas definir sus ventajas competitivas y les facilita la elaboración de su estrategia comercial y de atención al cliente.

El nuevo concepto digital de turismo está determinado por el comportamiento del emergente turista digital que se caracteriza por la proactividad y la autonomía, que usa internet y redes sociales para planificar, comprar y compartir su experiencia. Este nuevo turista busca vivir experiencias exclusivas, está hiperconectado, es multicanal y consumidor los 365 días del año.

Nos enfrentamos a un mercado de demanda cada vez más exigente, lo que unido a la creciente competencia de destinos obliga a que otra de las actividades estratégicas en el diseño de la nueva gestión turística sea la definición, creación y desarrollo de producto. En este aspecto, la región madrileña cuenta con una oferta altamente competitiva que incluye cultura, patrimonio, naturaleza, gastronomía, compras y ocio, además de haber sido designada por segundo año consecutivo como el mejor destino de congresos y reuniones del mundo, en la 27ª edición de los World Travel Awards.

En el futuro del turismo ocupa también un lugar destacado la colaboración público-privada y la cooperación entre las diferentes esferas de la administración. Es importante que se promuevan políticas que garanticen la seguridad jurídica, un entorno favorable al crecimiento empresarial y al desarrollo económico y que favorezcan la simplificación administrativa.

Quiero finalizar con una doble felicitación: por el primer cumpleaños de esta revista y por la calidad de sus contenidos. Mis mejores deseos... y que celebremos juntos muchos más aniversarios.