Andando se hace camino: rutas imprescindibles de senderismo

España cuenta con una red de 50.000 kilómetros de senderos señalizados para echarse a andar y disfrutar de las sensación de estar al aire libre. Una actividad apta para todos los públicos, que no requiere ni de experiencia previa ni formación, solo las ganas de alcanzar el final del camino

Como decía Manolo García, un ratito a pie y otro caminando. Si hay una actividad al aire libre en la que se depende solo de las ganas que se tenga de hacerla es la del senderismo. No hace falta una extraordinaria forma física -es más, se mejora con la práctica- ni un equipamiento muy profesional. Basta con ropa apropiada para salir al campo que incluya calzado lo suficientemente cómodo. Obviamente se recomienda uno que sea impermeable con suela que aguante casi cualquier terreno y que agarre bien el tobillo. Y, aunque va en preferencias, es recomendable usar bastones para apoyarse al caminar -parecidos a los del esquí, pero más ligeros y altos- que ayudarán a avanzar más deprisa y reducen el impacto en pies, tobillos y rodillas.

Para gustos, los caminos. Haberlos, haylos con distinta dificultad, con mayor o menor recorrido o con paisajes más o menos espectaculares. Según la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) en España hay 50.000 kilómetros de senderos señalizados con las marcas GR, PR y SL. Indican las distancias en recorrido del sendero: grande, más de 50 kilómetros; pequeño -entre 10 y 50 kilómetros- y senderos locales, con menos de 10 kilómetros. La señalización permite seguir el recorrido sin muchos problemas y evitar que nadie se pierda. La dificultad se mide tanto por la distancia a recorrer como por las posibles variaciones en la inclinación del camino, aunque si hay algo que distingue la práctica del senderismo -y prácticamente cualquier actividad- es que los límites los pone quien anda. Y no hay mejor recompensa que pararse a comer un bocata en mitad de la caminata.

Sierra de Guadarrama

Madrid y Segovia comparten como techo el pico de Peñalara, a 2.428 metros de altitud. Para llegar hasta allí, desde el puerto de Cotos parte una ruta circular de 10 kilómetros. El sendero tiene variantes por lo que, si hay ganas, se puede aprovechar para llegar hasta la Laguna Grande de Peñalara, la de los Pájaros o la Gitanilla, todas ellas de origen glaciar. La ruta no tiene gran dificultad lo que, unido a su proximidad a Madrid, hace que sea muy frecuentada por domingueros. Otra de las más populares-y clásicas- es el camino Schmidt, que une el puerto de Navacerrada con Cercedilla, una ruta de 13 kilómetros que se recorren sin dificultad en cuatro horas.

La ruta del Cares

La espectacularidad de los 12 kilómetros que dan forma a esta ruta, atravesando los Picos de Europa siguiendo el curso del río Cares, hacen que este recorrido casi siempre figure en las listas top para senderistas. La ruta, conocida también como la “garganta divina”, transcurre por un valle profundo bajo el Naranjo de Bulnes, que lleva desde Poncebos, en Asturias, hasta Caín, en León. Apto para todos los públicos, excepto para quienes padecen de vértigo, ya que buena parte del recorrido se hace con roca a un lado y barranco al otro.

Camino Carlos V

Esta ruta entre el valle del Jerte y la comarca de la Vera recorre el camino que hizo en su día Carlos V, cuando abandonó Bruselas para retirarse en Extremadura, con pausa hasta que se construyera el monasterio de Yuste en el castillo de los Condes de Oropesa, hoy reconvertido en Parador. 25 kilómetros separan este recorrido entre Tornavacas y Jarandilla, inicio y final de un camino que, vigilado por la sierra de Gredos, atraviesa algunos de los parajes más emblemáticos de Cáceres cruzando el puerto de las Yeguas. Y que transcurre entre robles, gargantas de ríos varios con sus cascadas y, dependiendo de la temporada, cerezos en flor.