La revolución del Turismo

El duro golpe que ha supuesto el Covid-19 en el turismo, en su sentido más amplio, nos ha dejado un escenario sobre el cual nada será igual, salvo las ganas de viajar pero de otra manera.

Tras casi un año de convivir con el virus y con la llegada de la primera vacuna muchos consumidores no ven el momento de poder organizar una escapada o un viaje que les devuelva a lo que para muchos “era la vida real”. La curiosidad de visitar otros lugares, acceder e interactuar con otras culturas, la ya consolidada optimización del tiempo libre, el teletrabajo y la tendencia cada vez mayor de reducción de las jornadas laborales, auguran un futuro prometedor para la industria turística.

Sin embargo, variantes de gran calado irrumpirán tanto en la oferta como en la demanda, alterando y modificando sus esencias. Por lo que respecta a los destinos, es evidente que la seguridad en su sentido más amplio va a ser elemento imprescindible de confianza y aquellos destinos que además de disponer de unos óptimos protocolos de prevención dispongan de una satisfactoria red sanitaria puntuaran en primer lugar.

También el futuro va a primar más lo local, lo propio y auténtico y la demanda a priori, y fruto del efecto “tribu” acentuado por la pandemia, preferirá apoyar lo cercano, artesano, a los de casa, contribuyendo así a la recuperación de su actividad.

También los destinos necesariamente tendrán que encontrar ese equilibrio entre los beneficios que aportan los visitantes y la vida del residente, rebajando la densidad de ciertas áreas de la ciudad, diversificando y desconcentrando recursos turísticos para hacer de los destinos lugares vivibles y visitables.

La tecnología e innovación serán elementos determinantes para esta nueva etapa, en la que la digitalización ya no será una opción sino una obligación. Una digitalización inteligente de los destinos contribuirá a una mejora de la experiencia del visitante, acceder a datos en tiempo real, gestionar de forma activa los espacios, seleccionar la demanda, garantizar la seguridad sanitaria, contribuir a una mejora de la sostenibilidad, en definitiva permitirá disponer de información exhaustiva que permita la toma de decisiones de forma rápida y eficaz.

Desde Turismo de Barcelona ya estamos trabajando en esta nueva cultura del viaje apostando por cinco líneas de trabajo: en primer lugar revisión y selección de contenidos. ¿Qué Barcelona queremos promocionar?, ¿en base a qué atributos de ciudad queremos que se nos reconozca?, ¿cuál ha de ser nuestro relato?. En segundo lugar estamos configurando una nueva estrategia de marketing en la que el cliente es el centro y con un customer journey adecuado y una innovadora creatividad cerramos el círculo del servicio que le ofrecemos y del que queremos que él nos ofrezca a nosotros; deje testimonio de su estancia, nos recomiende y vuelva a visitarnos.

Por otra parte las acciones de promoción de nuestra ciudad nos obligan a preguntarnos ¿a qué mercados nos interesa vender?, ¿cuáles aportan a la ciudad más riqueza en su sentido amplio?, ¿a qué perfiles y targets en función de los atributos que queremos vender nos hemos de dirigir?. En cuarto lugar la sostenibilidad nos obliga a cambiar la forma de hacer, de actuar y de mostrarnos al mundo. Barcelona en 10 años ha de ser la ciudad más sostenible del mundo y para ello debe trabajar en sus diferentes perspectivas; medio ambiental, social y económica. Y por último, como ya se ha mencionado antes, la tecnología ha de ser el medio, la herramienta que nos ayude a la consecución de nuestros objetivos.

No perdamos de vista conceptos como el cambio climático, transparencia, tecnología, innovación cultura, creatividad, solidaridad, experiencia, sostenibilidad, calidad, igualdad, digitalización, genuino, local, auténtico, ODS... Estos y muchos más se han integrado en el argot del mundo de los viajes y el turismo y sinceramente creo que no sólo se tratan de vocablos sino de una nueva forma de hacer, de unos nuevos valores que regirán nuestro futuro y que si hacemos un buen uso de ellos tendremos un mejor mundo.