El otoño empeorará la debacle
de la temporada de verano

Tras los resultados aciagos de la temporada alta por la escasa llegada de turistas internacionales, el sector turístico se prepara para el peor escenario y da por perdido el año.

Se han cumplido los peores pronósticos. La temporada de verano, a falta de conocer los datos oficiales de agosto, ha desplomado las esperanzas de los más optimistas. Un período que se suele caracterizar por el sol radiante y que durante años nos ha dejado las mieles del todo completo, este año ha estado marcado por la tormenta perfecta que ha traído muchas borrascas de caídas de reservas.

España ponía fin a las restricciones de movilidad el 21 de junio, sin una hoja de ruta clara -sin plan B, ni C- respecto al sector turístico. Y con una campaña de promoción tardía en mercados europeos clave para nuestros destinos como el alemán o el británico. El primer varapalo llegó con la recomendación, por parte de las autoridades británicas, de no viajar a España y la obligación de cuarentena a quienes habían viajado a nuestro país. Era a finales de julio con el mes fuerte, agosto, asomando por la puerta. Mientras, los rebrotes iban surgiendo y otros tantos países ponían el foco de alarma sobre distintas regiones de España -Cataluña, Navarra, Aragón, Rías Altas- y recomendaban a sus nacionales no viajar. El objetivo entonces fue intentar salvar las islas, Baleares y Canarias. Pero el jaque llegó a mediados de agosto cuando Alemania recomendó a sus ciudadanos no viajar a España, salvo a las islas Canarias. Baleares tocada y hundida. Más de 4,5 millones de alemanes visitaron las islas en 2019. El pasado mes de julio, apenas 20.000. Y hace unos días, el mate definitivo: Berlín incluía también a Canarias en la lista negra. En estos momentos, es más fácil contar los países que no ponen impedimento a la entrada de personas procedentes de España que los que ponen algún tipo de restricción. Hasta la neutral Suiza impone cuarentenas.

En este contexto el resultado no podía ser bueno. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en julio llegaron a España un 75% menos de turistas internacionales, alrededor de 2,5 millones. No hubo sorpresas en el top 3 de mercados emisores: el 24,2% del total fueron franceses -casi 600.000-, seguidos de alemanes, con algo más de 400.000 y británicos, 377.886. Todo parece prever que en agosto -los datos oficiales se publican en octubre- nos vamos a quedar también bastante lejos de los más de 10 millones de turistas que nos visitaron el año pasado. De hecho, de enero a julio -meses de pandemia y cierre de fronteras por medio- España ha recibido 13,2 millones de turistas respecto a los 48 millones que lo hicieron en 2019.

Gasto turístico y ocupación

Continuando con los números negativos el gasto en julio también ha bajado, en concreto casi un 80%, de 11.941 millones de euros de 2019 a 2.450. Se prevé que, haciendo la proyección de datos, este año se dejen de ingresar 50.000 millones de euros en el período de enero a agosto. En ese período, el año pasado se ingresaron más de 64.000 millones de euros, 11.765 solo en agosto.

Hasta finales de año no se conocerán las cifras del turismo nacional, aunque según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) los datos de llegadas de turistas y gasto solo vienen a confirmar la dramática situación de un sector al que compara con un enfermo en la UVI y sedado gracias a los Erte. La organización que preside Jorge Marichal insta a controlar la curva de contagios y reclama que se hagan controles sanitarios en los aeropuertos, además de una mayor coordinación política. De hecho, ha enviado una carta a la ministra de Turismo, Reyes Maroto, transmitiéndole la necesidad de crear una comisión interministerial con los responsables de las diferentes comunidades autónomas para abordar la recuperación del sector.

En cuanto a ocupación hotelera, los datos del informe Coyuntura Turística Hotelera del INE siguen la misma línea: son demoledores. Con 12.000 hoteles abiertos, en el mes de julio hubo un 73,4% menos de pernoctaciones en establecimientos hoteleros respecto a 2019. En julio se cubrieron el 35,6% de las plazas ofertadas, con un descenso anual del 50%. Aunque obviamente se mejoran los datos de meses anteriores gracias al empuje de la demanda nacional: 3,2 millones de viajeros nacionales frente a 1,1 internacional. Por destinos, la Costa Verde -Asturias y Cantabria- es la clara vencedora, con un grado de ocupación del 55,6%.

Precios de hoteles

En este verano de caídas generalizadas también las han sufrido los precios de los hoteles y la rentabilidad. En julio, la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 87,6 euros, lo que supone un descenso del 15,1 % respecto al mismo mes de 2019. Por su parte, el ingreso medio diario por habitación disponible (RevPAR), que está condicionado por la ocupación registrada en los establecimientos hoteleros, alcanza los 33,3 euros, con un descenso del 56,8%.

Apartamentos turísticos

En lo que se refiere a viviendas de uso turístico, la foto no cambia mucho. Según Tolo Gomila, presidente de Fevitur (Federación española de viviendas y apartamentos turísticos) la ocupación de este tipo de alojamientos ha sido del 27% y estima que las pérdidas de este año estarán en torno a los 4.500 millones de euros respecto al año pasado. Los archipiélagos han sido los más castigados por la dependencia del transporte aéreo y del turista internacional. Señala también la caída de la ocupación en destinos de turismo urbano o de congresos como Madrid, Valencia, Barcelona y Málaga. En cuanto a la tipología de este tipo de alojamientos, Gomila indica que los clientes se han decantado por los individuales sin zonas comunes.

Los que salen ganando

La cara de la moneda viene desde el turismo rural, con alojamientos en destinos no masificados y en destinos interiores. Según los datos de reservas de EscapadaRural.com la ocupación media de los alojamientos rurales en julio y agosto ha llegado al 55%, por encima de las previsiones y 14 puntos más que en 2019. Y en agosto han batido cualquier marca, con un 65% de ocupación. Por destinos: Murcia, Andalucía, Madrid, Navarra y Asturias han sido las zonas más demandadas.

También Paradores ha presentado un buen balance de la temporada alta, con una ocupación media del 71,3%, llegando a alcanzar el pico en agosto hasta el 82,4%.

¿Y ahora qué?

Se presenta un otoño bastante oscuro. El último barómetro de Braintrust indica que un 25% de los españoles tiene intención de viajar durante los meses restantes del 2020, con menos presupuesto que en 2019 (789 euros vs. 900) y con una duración de la estancia menor que el año anterior. Según apunta la consultora Mirai, los datos de la temporada de verano se han suavizado en parte por las reservas de última hora, algo que no es tan factible en los meses de otoño con la vuelta de las jornadas laborales y del cole. Además, la demanda internacional seguirá siendo débil mientras Reino Unido, Alemania y los países nórdicos mantengan las restricciones. Y la temporada alta de Canarias, que depende de estas llegadas, empieza en noviembre.

Tampoco es optimista Carlos Abella, secretario general de la Mesa del Turismo respecto a las previsiones para el último trimestre del año, considera que el otoño y el invierno están literalmente muertos: “A partir del final de la temporada de sol y playa, entramos en una época en la que lo que debería empezar a funcionar es el entorno urbano y el sector MICE, pero nos tememos las peores cifras”. De hecho, desde la Mesa del Turismo, dan el año por perdido, con una ligera esperanza de repunte si llegan turistas a Canarias. Abella no confía en que haya una reactivación sólida del segmento de reuniones y congresos “hay muchos mensajes contradictorios, con distintas medidas y restricciones en las comunidades autónomas, lo que hace muy difícil una planificación y que nadie se atreva a organizar eventos de unas ciertas características”. Abella añade que, una vez más, se llega tarde para tomar decisiones, como en la planificación de una temporada de verano que califica de “desastrosa”. Y a pesar de todo, subraya que “el sector turístico no ha fallado, ha hecho todo lo que tenía que hacer”. Pero no se ha comunicado bien.

Con este panorama, Exceltur ha revisado sus previsiones de cara al cierre de 2020. Si en junio la organización preveía que se ingresarían 83.134 millones de euros menos, dado el empeoramiento de las expectativas por la caída de la demanda externa, ahora se calcula que la caída de la actividad directa e indirecta será de 98.753 millones de euros. Un 64,7% menos de actividad que en 2019.