Mientras Roma discute, Sagunto arde

En FETAVE pensamos que el sector turístico es un conjunto de subsectores con sus propios intereses que, sobre todo, son complementarios, de forma que ningún subsector aislado de los otros tiene viabilidad y es por ello, que priorizamos la salida conjunta del sector porque, aisladamente, creemos que no hay salida viable. Tenemos muy claro que hasta que no se controle la situación sanitaria y consigamos bajar la tasa de contagios, incluso sensiblemente, por debajo de la media europea, no podremos comenzar a pensar en reactivación del turismo y por eso es vital que las administraciones competentes dejen de dar un espectáculo tan lamentable y al menos, ya que no han sido capaces de poner los medios adecuados y prevenir esta segunda ola, se pongan de acuerdo para gestionar la pandemia implementando las medidas necesarias trabajando unidos para su control. No es de recibo para el segundo país en el mundo que recibe mayor número de visitantes que nueve de las diez regiones con mayor tasa de contagio en la Unión Europea y Espacio Económico Europeo sean españolas. La otra está en el Caribe francés.

Es muy triste contemplar la situación actual, en la que está en peligro el sustento de muchas familias por una causa totalmente ajena a la gestión empresarial y a los trabajadores, así como que todo el esfuerzo y el trabajo de sus vidas se va diluyendo poco a poco sin capacidad alguna para cambiar la situación mientras nuestros representantes en las diferentes instituciones, ajenos a la crítica situación de la ciudadanía, se echan los trastos a la cabeza por asuntos que ahora no toca tratar, haciendo bueno el dicho “Mientras Roma discute, Sagunto arde”. Pero las asociaciones tenemos los pies en el suelo y seguiremos trasladando a todas las instituciones la situación crítica en la que nos encontramos, proponiendo medidas, apostando por la unión de todo el sector turístico, con un solo objetivo conseguir salvar el mayor número de empresas y sus puestos de trabajo.

Una vez fijado el principal objetivo, controlar la situación sanitaria, es necesario poner en marcha un plan de rescate con ayudas directas urgentes para salvar el mayor número de empresas y autónomos, y con ellos los empleos. En el caso de las agencias de viajes que hemos sufrido un descenso en los ingresos de más del 90% desde el inicio de la pandemia, un 45% de los trabajadores todavía se encuentran en ERTE y un futuro a corto plazo muy complicado con las nuevas restricciones de la movilidad. La prórroga de los ERTE hasta el 31 de enero es una medida positiva que tiene que venir acompañada, si queremos mantener las estructuras empresariales, por otras que generen liquidez vía créditos, con mayores avales públicos -hasta el 90%- y mayores plazos de amortización y carencia, apoyos directos desde las CCAA a las agencias de viajes y, especialmente a pymes y autónomos, unido a acciones de apoyo a los grandes operadores turísticos y de transportes a través del fondo de “rescate” del Gobierno de la Nación y asumir la recomendación de la Comisión Europea de 13 de mayo referente a los reembolsos en lo concerniente a los Estados miembro, que ya solicitamos al Ministerio de Consumo para defensa de los viajeros por aquello de menos predicar y más dar trigo, al tiempo de suprimir la garantía solidaria en la normativa de viajes combinados.

Hay que trabajar con la Semana Santa de 2021 como primera referencia y hay que hacerlo tratando de salvar lo que sea posible salvar, sembrando para recoger en el próximo año, conscientes de que lo será en el contexto de una profunda crisis económica en los mercados de origen de nuestro turismo, y muy especialmente en el británico, con sus secuelas de caídas de demanda turística externa y, asumirlo, es la primera condición para resolver esa situación para la que, el reforzamiento y potenciación de la demanda interna es clave para paliar esa caída del externo, y ello, en una situación económica interna muy difícil. Por todo ello, urge poner en marcha estímulos de la demanda a nivel nacional, para lo que volvemos a pedir que, a través de la Conferencia Sectorial, las Comunidades Autónomas, competentes en materia turística, y el Ministerio, coordinen medidas del tipo “bonos turísticos” como el de Andalucía, seguros de garantía anti Covid como los de Canarias, programas para colectivos como el sanitario, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, etc., y también para mayores, sí, mayores, porque se debe ser capaz de controlar la situación sanitaria y si no, de dimisiones el país no está sobrado, porque, además, qué mensaje de seguridad sanitaria se lanza al turismo exterior, especialmente el colectivo de cierta edad, ¿el de un país incapaz de garantizarla a ese colectivo?, y medidas a nivel nacional para no llegar al despropósito de 17 planes distintos de incentivos, uno por y para cada Comunidad Autónoma y porque si no es así, realmente serán más marketing que realidad, e instamos al IMSERSO para que anuncie cuanto antes el plan que sustituya al programa cancelado hace unos días y de forma que no introduzca incertidumbres ni retrasos sobre el calendario que debiera haber sido. Sentado lo anterior y porque sin demanda este sector y todos son inviables, necesitamos: información real, espacialmente diversificada, sobre la situación sanitaria del Covid-19, comunicación con mensajes de los sectores públicos y privados, coordinados a través de CONESTUR, apelando a los elementos emocionales sobre lo que representan las estancias en España, incentivos efectivos a los operadores turísticos y de transporte para fomentar programas y conexiones hacia España, supresión, al menos hasta 2022, de “ecotasas” y recargos similares e incentivos fiscales al gasto turístico al estilo de las subvenciones del plan RENOVE automovilístico.

No podemos seguir esperando, necesitamos menos discursos y más acciones efectivas con medios humanos y recursos financieros tanto para sanidad como específicos para el sector turístico, porque, de discursos y promesas ya estamos servidos en abundancia. El sector necesita mucha ayuda, para salvar al tejido empresarial con capacidad de ser solvente y los empleos asociados a él, siendo conscientes de que, inevitablemente, se perderá empleo, y para que esta pérdida sea mínima, hay que ponerse a recuperar el tiempo perdido, y eso significa tomar urgentemente medidas reales y directas que, a corto plazo, palien el difícil panorama en el que nos encontramos y posibiliten llegar a la próxima Semana Santa adaptados a ese contexto de menor demanda y es que, sin asentar el presente, no hay futuro posible.