Los confinamientos asestan la última estocada al turismo en España

La restricción de movilidad entre municipios golpea la actividad turística tanto por la demanda nacional como por el efecto de desconfianza que se transmite al exterior. La medida tendrá un impacto adicional y todo apunta a que las pérdidas se multiplicarán hasta superar los 100.000 millones de euros este año

Los confinamientos ordenados por el Gobierno para combatir la pandemia suponen el enésimo varapalo para el sector turístico, que observa cómo la recuperación queda cada vez más lejos y absolutamente ligada al descubrimiento de una vacuna contra el Covid-19. El cierre de aquellos municipios que rebasen determinados niveles de contagio ha comenzado por afectar a varios en la Comunidad de Madrid y sucesivamente se han ido sumando otras ciudades en el resto de España. Representa un golpe para el turismo no sólo por la limitación a la movilidad de los ciudadanos, sino por el mensaje que se traslada a todas aquellas localidades libres y, sobre todo, al extranjero.

Superado el peor verano que se recuerda en décadas para la industria turística, existía confianza en que el otoño y el invierno pudieran implicar el inicio de una lenta remontada, pero los rebrotes por toda España echan tierra sobre toda esperanza y, muy al contrario, hacen temer que las previsiones que maneja el sector queden de nuevo obsoletas y la situación sea aún peor. Hasta agosto, las pérdidas superaban los 50.000 millones de euros y las estimaciones de Exceltur apuntaban a que en el conjunto de 2020 se elevarían hasta más de 98.000 millones. Esta organización, que aglutina a cerca de 30 de las mayores empresas turísticas del país, se halla en este momento actualizando sus proyecciones, pero con las últimas medidas todo indica que serán aún peores, superando los 100.000 millones de ingresos que ya no volverán. Son más de dos tercios de los que se estimaba pudieran generarse este año.

El cierre de municipios impacta sobre los picos de demanda habituales en estas fechas, como el Puente del Pilar, o los próximos del 1 y el 9 de noviembre. Las cancelaciones se multiplican y resulta imposible para las empresas diseñar un presupuesto realista. La incertidumbre es máxima y muchas compañías han decidido aplazar la reapertura de nuevo. Así lo han hecho, por ejemplo, varios de los hoteles más emblemáticos de Madrid. La decisión del Gobierno no solo atrasará las reaperturas, sino que podría llevar a nuevos cierres.

En la Comunidad de Madrid, la más afectada en primera instancia por las restricciones a la movilidad, más del 70% de los hoteles se mantienen cerrados y los que están abiertos registran una ocupación inferior al 20%, frente a la media del 80% de 2019 en estas fechas y con toda la planta hotelera a pleno rendimiento, según los datos oficiales de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM).

El desplome del turismo tiene un efecto letal para la economía española, puesto que su peso en el PIB alcanza el 12,5% de manera directa -en torno al 18% de forma indirecta-. Dada la mayor incidencia de la pandemia en este sector, es previsible que ese porcentaje se diluya en los próximos años. La resistencia del tejido empresarial turístico se enfrenta a su mayor examen y para superarlo el sector clama por medidas de mayor calado que las implementadas hasta ahora. La Mesa del Turismo ha presentado recientemente una batería de medidas ineludibles ante la inacción del Gobierno en una situación que amenaza con destruir 1,5 millones de puestos de trabajo al cierre del presente ejercicio -sobre un total en esta actividad de unos 2,7 millones-. Su presidente, Juan Molas, ha calificado de “nefasta” la gestión realizada hasta la fecha de la crisis. La extensión de los Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) por Covid-19 hasta el 31 de enero de 2021 es valorada por el empresariado, pero se revela, a su juicio, como absolutamente insuficiente, toda vez que la reactivación del turismo aún tardará muchos meses más. No en vano, la Mesa demanda que se prorroguen hasta al menos el 30 de junio del próximo año y que sean específicos para la industria turística. Ésta es una de las 21 medidas que reclama la Mesa del Turismo de manera urgente y que vayan así mucho más allá del “esquelético” plan que anunció el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en junio.

La organización pide rebajas fiscales, de manera que el IVA se sitúe en el 7% o, incluso, en el 5%. Países como Austria, Bulgaria, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Grecia, Turquía, Noruega o Chipre ya han aplicado rebajas sustanciosas. En materia fiscal también aboga por una reducción del Impuesto de Sociedades y la eliminación del pago a cuenta según resultados del año anterior, entre otras. A los entes locales, les reclaman una bonificación o reducción de impuestos y tasas municipales proporcional al periodo de cierre forzoso vinculado al Covid-19.

La Mesa demanda, además, la eliminación de restricciones a los desplazamientos entre los países miembros de la Unión Europea y un acuerdo estratégico con Reino Unido. Pide la reestructuración de los pagos de préstamos y depósitos, la ampliación de la moratoria hipotecaria hasta en cuatro años, la renegociación de los alquileres de negocios turísticos y la extensión de los plazos establecidos tanto de carencia -ampliar a dos años- como de devolución -ampliar una anualidad adicional a la concedida- en los créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) vinculados a la pandemia. También apuesta por un crédito ICO especial a las agencias de viajes. Además, considera que al menos el 30% (27.000 millones de euros) de las ayudas del fondo de recuperación y reconstrucción de la UE deben destinarse al sector turístico. De igual modo, incide en la necesidad de adaptar las políticas energéticas, la bonificación de tasas aéreas y la unificación de criterios en todas las Comunidades Autónomas. Para el fomento de la comercialización, demanda un bono para los viajeros españoles alineado con el que ha implementado la Junta de Andalucía y otros países como Italia y reactivar la venta de paquetes del programa del Imserso a partir de enero/febrero para iniciar los viajes en marzo.