La coordinación entre AAPP y la dotación presupuestaria para la reconstrucción turística

Cómo se reconstruye un sector inmerso en la incertidumbre? Esta pregunta figura en el centro de las preocupaciones de todos aquellos que tenemos responsabilidad sobre las políticas públicas turísticas en España. Ante la falta de una respuesta sencilla, puesto que nadie puede predecir con certeza cuándo volveremos a viajar con normalidad, cabría reformularla de la siguiente manera: ¿Qué debemos hacer para que las consecuencias económicas supongan el menor impacto posible?

¿Cómo se reconstruye un sector que ha experimentado un crecimiento extraordinario y sostenido durante décadas? Antes de la crisis del Covid, parecía que el turismo, con su extraordinario crecimiento, iba a sortear cualquier crisis económica. Parecía que la vocación turística, traducida en una sólida iniciativa privada, resistía cualquier contratiempo. Al fin y al cabo, los turistas siempre llenaban nuestras calles.

Al inicio de 2020, todas las magnitudes aplicables al sector turístico estaban en consonancia con la historia de crecimiento de esta industria en España: el sector representaba el 12,3% del PIB nacional y el 12,7% del empleo. En la Comunidad de Madrid, desde 2013, se había pasado de 4,3 millones de turistas extranjeros a 7,1 millones: un incremento espectacular del 68,3% en sólo cinco años.

En la actualidad las proyecciones son muy distintas. Se prevé que 2020 cierre con la destrucción de más de 800.000 empleos y unas pérdidas económicas aproximadas de 99.000 millones de euros, lo que se traduce en una caída de alrededor del 65% de la actividad. Lo anterior supondrá más del 50% de la contracción de la economía española en este año.

La realidad que subyace a estas cifras es un sinfín de dificultades para millones de personas y una de las mayores amenazas de decrecimiento que se haya concentrado en un solo sector económico.

¿Cómo acompañamos al sector para amortiguar el cierre de empresas turísticas, destrucción de empleo y reducción de la aportación en números absolutos de la actividad turística al PIB nacional? Esta situación sin precedentes obliga a todos los responsables públicos a dotarnos de altura de miras, reorientar nuestra perspectiva y priorizar objetivos.

Plan de Reactivación Turística

La finalidad es clara: salvaguardar la actividad empresarial, los puestos de trabajo y reconstruir los cimientos para, eventualmente, volver a las cifras anteriores a la crisis.

Ante tal reto, la Comunidad de Madrid opera bajo dos condiciones sin las cuales toda iniciativa sería insuficiente: la mayor dotación económica extraordinaria para el sector turístico regional y el trabajo coordinado con otras Administraciones y el sector privado.

En los últimos meses se han presentado planes nacionales, autonómicos y locales. En muchas ocasiones, observamos una sucesión de buenas voluntades o prospección de iniciativas. Pero es evidente para empresarios y ciudadanos que ningún plan será efectivo sin una oportuna dotación económica.

Desde la Comunidad de Madrid se ha puesto en marcha un Plan de Reactivación Turística que cuenta con el mayor presupuesto extraordinario destinado al turismo de la historia de la administración regional, más de 50 millones de euros, y que desarrolla tres ejes estratégicos de trabajo.

Primero, contribuir al mantenimiento empresarial y de puestos de trabajo poniendo a disposición del sector un volumen crediticio de hasta 152 millones de euros para dotar de liquidez a las empresas turísticas.

Segundo, escuchar y trabajar con quienes conocen la industria para diseñar planes conjuntos de recuperación del posicionamiento nacional e internacional del destino Madrid. No solo a través de planes de promoción turística, sino impulsando acuerdos comerciales de carácter internacional que posicionen a la región como prioritaria.

Tercero, apostar por la coordinación de las Administraciones Públicas bajo objetivos comunes. En este sentido, estamos trabajando de la mano del Ayuntamiento de Madrid en la puesta en marcha de una herramienta de colaboración que se demuestre decisiva en la reactivación de la actividad.

Es necesario tomar consciencia de la extraordinaria gravedad del momento y del necesario entendimiento entre todos los agentes del sector. Para superar una crisis no es suficiente esperar, con mayor o menor fortaleza, a que mejore el contexto adverso. Es necesario incrementar la competitividad y reflexionar sobre el modelo turístico que queremos para la región y cómo construir el contexto apropiado para que otros destinos turísticos no absorban parte de nuestra cuota en el volumen de negocio.

Volvamos a la pregunta inicial: ¿Qué debemos hacer para que las consecuencias económicas supongan el menor impacto posible? Debemos entender que la extraordinaria adversidad del momento nos obliga a ejercer la máxima resolución en la búsqueda de soluciones a la altura de las actuales dificultades. Comprender que ninguna administración, agente público o privado será origen de todas las respuestas para superar el momento actual y que solo la colaboración decidida de todos los agentes del sector será suficiente para esquivar el difícil futuro que predicen los números. Este compromiso de colaboración y de dedicación debe ser inexcusable y alimentarse de la mayor voluntad política. Todo lo contrario supondrá incrementar el problema.