El modelo sostenible e innovador
de los destinos turísticos

¿Cómo un destino maduro puede garantizar su desarrollo sostenible? Los integrantes de la Red de Destinos Sostenibles promovida por Segittur están en el camino de conseguirlo.

Uno de los temas que se han puesto sobre la mesa en estos meses de pandemia ha sido la oportunidad que el parón en la actividad normal puede suponer para los destinos. Con el conocido mantra de renovarse hacia un plan en el que prime la calidad sobre la cantidad, hacia un modelo de gestión renovado con la innovación y la tecnología como pilares.

Aunque se pueda ver acelerada por la pandemia, esta tarea no es nueva. Desde 2013, Segittur (Sociedad Mercantil Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas) viene impulsando y gestionando la red de destinos inteligentes, una iniciativa de la Secretaría de Estado de Turismo. Una red que se constituyó en 2019 y que cuenta ya con 179 miembros, de los cuales, 119 son destinos que para lograr el distintivo DTI que otorga Segittur, tienen que pasar la evaluación de más de 400 requisitos en cinco ejes: gobernanza, innovación, tecnología, sostenibilidad, y accesibilidad. O, lo que viene a ser lo mismo, las características que deben cumplir los destinos turísticos inteligentes. Según su propia definición son destinos “innovadores, consolidados sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantiza el desarrollo sostenible del territorio turístico, accesible para todos, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino y mejora la calidad de vida del residente”. El proceso para convertirse en destino turístico inteligente pasa por un diagnóstico previo y después una estrategia y planificación para lograr el distintivo DTI.

Innovación al servicio del destino

¿En qué se traduce que un destino consiga el adjetivo inteligente? Puede que la primera imagen que nos venga a la cabeza sea la de una ciudad futurista con coches sobrevolando las calles, un poco a lo Blade Runner. Pero esa imagen dista mucho de localidades como la sevillana Bollullos de la Mitación o la zamorana Puebla de Sanabria. Para un destino entrar en la red de los inteligentes supone, ante todo, la revalorización a través de la innovación y de la tecnología. Y, en consecuencia, el impulso a la dinamización del destino, con más y mejores recursos para los visitantes y una mayor calidad de vida para los residentes, en el marco de un desarrollo sostenible. En definitiva, poner en bonito -y en valor- lo que cada destino tiene de toda la vida gracias a la innovación.

En el caso de Villajoyosa, gracias a este proyecto de la red de destinos inteligentes, ha hecho más accesible sus calles y principales atractivos. Desde su adhesión en 2013 a la red DTI, Villajoyosa ha desarrollado una nueva web con información turística para que los visitantes no se pierdan ni un detalle de la capital de la Ribera Baixa; no solo famosa por sus playas, sino también por el chocolate. Solo a este manjar hay dedicados tres museos en la localidad, para abrir boca antes de visitar el Vilamuseu. El nuevo museo de la ciudad abrió sus puertas en 2016 y es un referente de accesibilidad a nivel europeo, con una amplia colección de objetos que los fenicios, íberos y otras civilizaciones dejaron por la zona hace unos cuantos años. Algunos de los restos provienen del pecio Bou Ferrer, un barco mercante que se hundió en tiempos de la dominación romana frente a las costas de Villajoyosa. Hoy en día es uno de los yacimientos submarinos más importantes del mundo. Y para hacerse una idea de lo que transportaba -sin tener que sumergirse 25 metros- se han hecho recreaciones en 3D tanto del barco como de su cargamento. La mejor idea para que personas ciegas, por ejemplo, no tengan que imaginar cómo era, sino que lo puedan palpar con sus manos.

Hace solo menos de un mes Cuenca recibió por parte de Segittur el certificado que acredita que es un destino turístico inteligente, tras cumplir -en un 49,5%- la hoja de ruta con los requisitos de Segittur. Es la primera ciudad Patrimonio de la Humanidad que se incorpora a la red. El casco histórico de Cuenca -con una bonita catedral en su cogollo- se encarama entre las hoces de los ríos Júcar y Huécar. Y con vistas a éste cuelgan las casas góticas más famosas de España.

En 2019, y como parte del plan estratégico Smart City de la ciudad, el Ayuntamiento comenzó a implantar una red de sensores en toda la ciudad que permiten la monitorización de la calidad del aire, humedad, temperatura y el conteo de vehículos. De esta forma, se tendrán datos solventes si surge un problema con cualquiera de estos aspectos y se podrá poner solución. En su informe, Segittur también destaca que Cuenca cuenta con el fomento de iniciativas de economía circular, así como el plan EDUSI 2023, la conservación del Patrimonio y su cuidado. Como asuntos pendientes quedan la accesibilidad así como controlar los flujos de turistas. Está previsto que a lo largo de este mes se presente el proyecto para unir la ciudad con el casco histórico por medio de remontes mecánicos.

Málaga, el último DTI

El último destino -por el momento- que ha conseguido el distintivo DTI ha sido la ciudad de Málaga. De esta forma, y tras haber superado el 80% los objetivos, se ha puesto de relieve el trabajo de la capital malagueña por ser un referente turístico. En su informe, Segittur ha destacado sobre todo las iniciativas en cuanto a innovación que ha llevado a cabo la ciudad andaluza, que ya cuenta con una reconocida trayectoria como Smart City. De hecho, ya se han cumplido diez años desde que Endesa desarrollara en Málaga un laboratorio al aire libre en el que experimentar y mostrar las soluciones que van a formar parte de las ciudades en materia energética: lo que viene a ser un laboratorio para crear la ciudad del futuro. De entre muchas candidatas posibles, se eligió a Málaga para el proyecto Living Lab de Smartcity por ser una ciudad en crecimiento y por las facilidades de su infraestructura. Hace algo más de un año, en septiembre de 2019, se probó en Málaga un sistema de recargas de autobuses eléctricos desde el suelo. El proyecto denominado PALOMA (Prototipo para la operación alternativa de activos de movilidad, por sus siglas en inglés), liderado por Endesa, Almston y Mansel, permite la recarga de los autobuses urbanos en las paradas finales de sus recorridos. De momento, se ha implementado con autobuses 100% eléctricos en la línea que da servicio a la universidad de Málaga.

En esta misma línea, Segittur también ha destacado en su informe el compromiso de la ciudad de Málaga con el medio ambiente y la sostenibilidad del turismo, lo que se refleja “en la calidad de vida de sus residentes y en la experiencia de los visitantes”, pudiendo, según la entidad, ser un modelo de referencia a nivel nacional e internacional. Todo un logro para la ciudad andaluza.