Seguridad, medidas específicas y unidad: las claves del turismo para iniciar la recuperación

El sector turístico en España se haya en una de las mayores encrucijadas de los últimos años. La situación que ha provocado la llegada de la COVID-19 a nuestro país ha sembrado de dolor e incertidumbre nuestras vidas. Primero, arrebatándonos a familiares, amigos y conocidos, en lo que sin duda ha sido la consecuencia más grave de la pandemia. Y segundo, provocando una grave crisis económica que está afectando a prácticamente todos los sectores productivos. Desde que el Gobierno decretó el confinamiento de la población para frenar el avance del virus, millones de personas relacionadas con el sector turístico han visto su vida afectada de muchas formas. Tanto los empresarios como los trabajadores, en mayor o menor medida, han tenido que afrontar una serie de situaciones tan complicadas como el cierre de sus negocios, la aplicación de ERTE, el hecho de afrontar pagos de rentas, cuotas hipotecarias, impuestos , etcétera, sin disponer de ningún ingreso; y los ciudadanos confinados y con una perspectiva de movilidad, no ya internacional, sino interprovincial todavía lejana.

Y no solo eso. Los cambios que se avecinan en el futuro más cercano, hasta que no se logre crear una vacuna eficaz que llegue masivamente a la población, van a exigir un gran esfuerzo por parte de todos, así como una profunda transformación en la forma de gestionar y prestar los servicios turísticos. En este contexto, todo el sector turístico -tanto del ámbito público como del privado- consensuó preparar una respuesta conjunta mediante la preparación de protocolos (especificaciones técnicas) para minimizar el riesgo de contagio frente al SARS-COV-2. Y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la Secretaría de Estado del ramo, encomendó al Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) la elaboración de dichos protocolos. Y es que el ICTE, en su condición de asociación empresarial, goza de una situación única en el sector, puesto que en su Junta Directiva se dan cita todas las patronales nacionales de los diferentes subsectores turísticos, la Secretaría de Estado de Turismo, los representantes de las Comunidades Autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias. El Instituto tiene como función principal la promoción de la normalización en el sector turístico, así como la certificación de los sistemas de calidad implantados, gestionando desde el mismo, la Marca Q de Calidad Turística, distintivo propiedad del Estado español y cedida en su gestión al ICTE, en un ejemplo único en todo el mundo de colaboración público-privada. Tengo que decir que una vez anunciada esta iniciativa, la respuesta de todo el sector, tanto en el ámbito público como el privado, ha sido ejemplar. Se programó un calendario de reuniones en el que han participado 450 expertos en representación de las patronales de 21 subsectores turísticos y de las diferentes Administraciones Públicas, realizando las aportaciones necesarias para desarrollar medidas oportunas que ayuden a preservar la salud de trabajadores, turistas y residentes en los diferentes establecimientos en los recursos públicos turísticos, así como en los municipios en los que estos desarrollan su actividad. La lista es larga: servicios de restauración, hoteles y apartamentos turísticos, alojamientos rurales, turismo activo, campings y ciudad de vacaciones, albergues turísticos/hostels, balnearios, campos de golf, agencias de viaje, turismo industrial, transporte turístico por carretera, guías turísticos, puertos deportivos, ocio nocturno, espacios públicos singulares, playas, oficinas de información turística, espacios naturales protegidos, instalaciones náutico-deportivas, parques temáticos, turismo MICE (congresos, convenciones, incentivos y eventos) y museos. Todos ellos dispondrán de un protocolo específico.

Una vez finalizados estos encuentros, nos estamos reuniendo con los representantes de los sindicatos de mayor implantación en el ámbito estatal, contando además con las aportaciones de la Asociación Española de Servicios de Prevención Laboral (AESPLA) y de la Organización Médico Colegial, logrando finalmente consensos que hacen que todos podamos sentir estos protocolos como propios.

En definitiva, tanto sector público como privado, trabajando juntos en lo que está suponiendo un grandísimo reto: presentar estas medidas a la Secretaría de Estado de Turismo en dos semanas para su posterior validación por parte del Ministerio de Sanidad. Una vez esto ocurra, cuando los protocolos ya sean validados, se pondrán a disposición de todo el sector de forma gratuita para su posterior implementación. El hecho de estar logrando este consenso en un tiempo récord me llena de orgullo como presidente del ICTE y como empresario perteneciente al sector turístico español. En uno de los momentos más complicados de los últimos años hemos sido capaces de unirnos y convertirnos en un ejemplo para el resto de la economía española. Sin caer en la autocomplacencia, es importante destacar que este trabajo, en una situación normal, habría necesitado de muchos meses, incluso años en algunos subsectores, para su conclusión. Y ahora, estamos logrando acabarlo en días.

Ahora toca, por parte de las autoridades, aprobar una serie de medidas específicas para el turismo en el ámbito laboral y financiero acompasadas a la “desescalada” anunciada por el Gobierno, para que las empresas y destinos puedan hacer frente a una temporada que se presenta muy difícil, sobre todo en lo que se refiere a la llegada de turistas internacionales que representan un 80% del total de turistas contabilizados anualmente por el INE en España. Realmente existe el riesgo de un colapso en este sector que supone el 13% del PIB de España y que da trabajo a más de dos millones de personas, por lo que la urgencia de acometer todas estas medidas es máxima. Como decía anteriormente, estas especificaciones técnicas, que se regirán por los conceptos de seguridad y viabilidad en su implementación, se pondrán a disposición de forma gratuita para todo el sector turístico. Tras su conversión en normas UNE, que esperamos sea rápidamente gracias a la anunciada colaboración de la Asociación Española de Normalización, podremos abordar la internacionalización de las mismas lanzándolas a los comités mundiales de turismo en ISO, que España lidera gracias a la colaboración de UNE e ICTE. Asimismo, se podrá consensuar un proceso de certificación voluntaria que permita alumbrar un sello que sirva para apoyar la necesaria campaña de promoción que el Gobierno ya ha anunciado que hará para reposicionar al sector turístico español en los mercados nacionales y, después, internacionales.