Gloria Guevara, presidenta y CEO del Consejo Mundial de Viajes y Turismo: “La colaboración público privada es crucial para que la recuperación sea más rápida”

Gloria Guevara, presidenta y CEO del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) insta a la coordinación global y a la colaboración entre gobiernos y empresas como la fórmula para poder remontar una crisis que podría cobrarse 100 millones de empleos en el sector turístico a nivel global

¿Qué es lo que más le preocupa al Consejo Mundial de Viajes y Turismo de esta crisis?

Nos preocupa sobre todo la supervivencia del sector. Y ésta se está logrando gracias al apoyo que los gobiernos nos están brindando, aunque no todos están apoyando de igual forma. Hay algunos gobiernos que están reaccionando más rápido y están siendo más efectivos en la implementación de las medidas para proteger a los trabajadores del sector.

De hecho, han cambiado las estimaciones de pérdidas de empleo por parte del WTTC.

Sí, es una situación muy complicada la que estamos viendo. Empezamos hablando de 75 millones de empleos menos en el sector turístico y según las últimas estimaciones, podrían ser en torno a 100 millones.

La crisis que estamos viviendo no tiene precedentes, ¿han tardado en reaccionar los gobiernos?

Más que de una respuesta tardía, yo hablaría de descoordinación. En Europa no se hizo caso a lo que estaba pasando en China, se pensó que se iba a quedar allí. Después cuando Estados Unidos vio lo que estaba pasando en Europa, tampoco se preparó. Y lo mismo ocurrió en América Latina y en el resto del mundo. Nos confiamos en unos casos y en otros, además, no se estaba preparado. Y cuando digo que no se estaba preparado, también hablo del WTTC. Uno de los pilares de nuestro plan estratégico, en el que llevamos trabajando años, es prepararnos para afrontar situaciones de crisis, pero no algo de estas dimensiones.

¿Cómo se puede salir de esta situación?

Es importante hacer un esfuerzo coordinado para cuando se decida que es el momento adecuado para abrir fronteras, eliminar barreras, y facilitar el movimiento de la gente. Hay que aprender de experiencias pasadas y no repetir errores.

¿Coordinación entre los diferentes organismos y los gobiernos?

Es imprescindible tener en cuenta cómo se solventaron otras crisis. Si la recuperación no es coordinada, los esfuerzos serán en balde. Tenemos ya ejemplos que nos pueden servir para aprender. La crisis de 2008 estuvo coordinada por el G20 y eso ayudó a que la recuperación fuera relativamente rápida: se implementaron medidas muy similares en todos los países en un esfuerzo coordinado y, de hecho, a partir de ahí se creó el G20 para los líderes porque antes era solo para los ministros de Finanzas. Sin embargo, hay otros ejemplos como la gestión del 11-S en la que no se involucró bien al sector privado. En los primeros vuelos se tuvo solo en cuenta el factor de la seguridad del sector público y fue una pesadilla. Yo misma lo viví en el Miami, tuve que esperar cinco horas nada más que para entrar al aeropuerto.

En la era post COVID, ¿cómo afectará el equilibrio entre seguridad y la experiencia del viajero? ¿Puede suponer cierto riesgo que se altere mucho la comodidad del viajero?

Como decía, es importante tener en cuenta las experiencias previas y además tener en cuenta lo que implica la experiencia del viaje, a la que ahora hay que añadir el componente de salud. Por supuesto garantizando que sea algo saludable, que no haya riesgos de contagios. Pero también teniendo en cuenta las molestias que se causan a quien viaja. Es fundamental que no se trate de reinventar, el hilo negro como decimos en mi país, sacar cosas innovadoras que van a generar más burocracia. Hay que utilizar la tecnología para ser más eficiente, no para causar más problemas. Soy partidaria de la innovación, pero desde los conocimientos que ya tenemos.

¿En qué medida se está trabajando para procurar esa buena experiencia de viaje?

Llevamos trabajando desde hace tiempo en la iniciativa del Viaje sin contratiempos y en cómo se le agrega el componente de salud. Y ahí estamos trabajando con los miembros del WTTC -hoteles y aerolíneas entre otros- y evaluando cómo añadir el componente de los test. La cuestión es cómo controlar ese proceso en un viaje internacional, por ejemplo, de Madrid a Latinoamérica con escala en Londres. Pueden hacer un test de saliva, con resultados en cinco minutos, antes de subir al avión. De esa forma, se garantiza que todo el que sube a ese avión no tiene el virus y después otro al llegar al siguiente aeropuerto. Y otro más antes de hacer el check in en el hotel. Sí, evidentemente es una molestia, pero si se puede garantizar que el viajero se mantiene libre de Covid antes, durante y después del viaje, se obtiene una garantía de seguridad y, por lo tanto, satisfacción. Hay muchas soluciones tecnológicas que pueden ayudar a establecer la trazabilidad. En caso de ser positivo, es fundamental conocer dónde y con quién estuvo el viajero antes de emprender un viaje, también saber sus últimos contactos para poder aislarlo. Cuando exista la vacuna, ya no se van a necesitar tantos test de forma masiva y habrá que decidir si hay que añadir el componente de la vacuna a la experiencia del viaje.

¿Se refiere a algo así a un pasaporte sanitario?

Yo no estoy de acuerdo con el pasaporte sanitario, porque hoy -antes de que exista la vacuna- no me sirve de nada ya que no garantiza que no me pueda contagiar de Covid. Ya cuando exista la vacuna, no estoy tan segura de la utilidad de un pasaporte sanitario. A menos que se refieran a algún tipo de certificado digital, algo parecido a los visados digitales.

Cuando me hablan del pasaporte se me viene a la cabeza el sistema que había hace treinta años, que necesitábamos un pasaporte amarillo en los que se estampaban cuántas vacunas nos habían puesto. Era un trámite burocrático que no servía para nada y que costó mucho trabajo en el sector para eliminarlo. No me gustaría ver algún otro trámite parecido que agregue cuellos de botella al proceso. En cualquier caso, todos los estándares nos están hablando de la tendencia paperless, por lo que la tecnología biométrica también puede ayudar.

Para todo esto habrá que planificar una respuesta a nivel global por parte de los gobiernos, ¿hasta qué punto será importante la colaboración público privada?

Es fundamental. Necesitamos definir nuevos estándares para la experiencia de viajar post Covid. Desde el WTTC estamos trabajando con todos los organismos nacionales y empresas del sector. Por ejemplo, con IATA y ACI (Consejo de Aeropuertos Internacionales) para los nuevos protocolos de seguridad del transporte aéreo. Y así con todos los miembros. La colaboración público privada es crucial, porque estos protocolos se crean desde el sector privado con expertos en salud y se involucra después al sector público. Si los protocolos se crean solo desde el sector público, volvemos al ejemplo del 11-S. Si no se involucra al sector privado, de acuerdo al análisis que hemos hecho en base a más de 90 crisis en 20 años, la recuperación será más lenta.

Respecto al ritmo de la recuperación, está muy influida por la movilidad. ¿Qué perspectivas hay en cuanto a la reactivación del sector aéreo?

Será por etapas. Primero nacional, con movilidad en vehículos a lugares cercanos, lo que supondrá que haya turismo familiar y turismo de ocio. Después vendría la etapa regional, donde ya se podrán ver vuelos de corto radio y en una tercera etapa internacional. Eso sí, en cada región será diferente. China ya se está recuperando, después creemos que seguirá Europa y luego ya Estados Unidos. Y ojalá que el resto de las regiones trabajen en sus procesos para poderse abrir al mismo tiempo que los americanos.

¿Se pueden poner ya fechas?

Estamos haciendo todo lo posible para que haya viajes en el verano -julio y agosto- con desplazamientos de corto alcance, en los que incluyo los regionales dentro de Europa. Necesitamos definir lo de los tests que he mencionado y tener los protocolos en toda la experiencia del viaje, que esperamos que estén listos en un mes.

En España, hasta hace bien poco no se empezó a hablar de protocolos sanitarios, ¿vamos tarde?

Muchos de los hoteles españoles han estado medicalizados o dando alojamiento a sanitarios, por lo que la ventaja es que ya saben perfectamente lo que hay que hacer para estar libre de virus. Vuelvo a lo mismo: aprovechemos el expertise que tienen estos hoteleros. Independientemente de lo que haga el Gobierno, hay mucho conocimiento que se tiene que aprovechar.

La pregunta del millón: ¿para cuándo se prevé una recuperación del sector?

Es todavía un poco pronto para prever fechas para una recuperación completa. Nos gustaría ver el inicio de la recuperación para el verano. Todo depende de la implementación de los protocolos de seguridad, de la coordinación de los gobiernos y de que los viajeros sigan con las recomendaciones. También de que la tecnología y los test permitan la movilidad efectiva. Lo que sí sabemos es que éste es un sector muy resiliente y que siempre nos recuperamos.

¿Y en cuanto a segmentos?

Primero llegará la recuperación al vacacional y luego en una segunda etapa los viajes de negocio. El sector corporativo es muy importante, ya que el movimiento de personas va a permitir restablecer el crecimiento. Es el que mueve la economía.

¿Cómo se puede recuperar la confianza?

Controlando las partes de la experiencia de del viaje hasta alcanzar el concepto de turismo COVID Free. Es decir, con test y con trazabilidad de contactos. Lo importante también es comunicar que estamos trabajando de la mano de los expertos de la salud. Nuestro mayor interés son los viajeros y los empleados, tenemos que asegurar que cada uno de ellos están Covid Free en beneficio de la recuperación.

Y en cuanto a los precios, ¿se puede caer en la tentación de una guerra comercial?

Yo creo que no, los precios no van a variar sustancialmente. Todos los protocolos de seguridad y de salud van a incrementar los costes, por lo que una guerra de precios dañaría mucho al sector, que tiene que tener precios competitivos.

¿Cómo será el turismo post coronavirus?

Yo no creo que vaya a haber una gran transformación. Y lo digo con conocimiento de causa, he vivido otras crisis, como la del H1N1, pensábamos que iba a transformar significativamente el turismo y la realidad es que no fue así. Se reforzó el componente de salud y ahora se va a reforzar el componente sanitario en toda la cadena de distribución y de valor, pero no va a transformar la forma que tenemos de viajar. Sobre todo, después de tener la vacuna, será un punto de inflexión.

¿Se puede empezar a ver la luz a mitad del túnel?

Podría ser. La ventaja de ser una organización internacional es que tenemos testimonios de todo el mundo. Tal vez donde vivamos se vea muy oscuro el futuro, pero al escuchar que en otras partes del mundo ya se ve la luz al final, y que se está avanzando, da mucha esperanza. Estamos viendo cómo están avanzando en China, en Singapur o Corea del Sur, donde ya se está reactivando el turismo. Da tranquilidad saber que si ya lo pudieron resolver en otros lados, por qué no se va a poder resolver en otros.