Las últimas pistas

Ya sea en polvo, dura o primavera,
a quien le guste la nieve ya está afilando cantos para deslizarse por las blancas cumbres. La última vez, al menos durante unos cuantos meses, para disfrutar del deporte
en paisajes nevados.

Queda poco menos de un mes para que las principales estaciones de esquí echen el cierre a la temporada coincidiendo con el final de las vacaciones de Semana Santa. La última oportunidad para deslizarse sobre unas tablas de esquí o snowboard y disfrutar de los buenos momentos del après-ski, que llegan justo después de quitarse las botas.

Es en Semana Santa cuando muchos aprovechan para darlo todo en las pistas, pues ya no habrá otra oportunidad hasta, con suerte, el mes de noviembre. Son los mismos que, en estos momentos, están cruzando los dedos mirando al cielo para una última helada, la nevada definitiva, que garantice buenos kilómetros de nieve, a ser posible polvo.

Quien sobrevive a los dos o tres primeros días de cuñas y derrapajes posiblemente sea un snow lover para siempre. No hay que darle muchas vueltas a las razones de tanto éxito: se disfruta con familia o amigos del contacto directo con la naturaleza, con unos paisajes de impresión mientras -casi- sin darnos cuenta, se practica deporte. La oferta de ocio de las estaciones, además, lo pone aún más fácil para llenar los ratos sin las botas puestas. Y si el mono de la nieve no puede con nosotros, también se puede aprovechar para conocer los alrededores, que, en la mayoría de las ocasiones, merecen mucho la pena.

De norte a sur, la Península Ibérica está plagada de picos para disfrutar del deporte blanco. Con sus correspondientes atracciones fuera de pista, por si -toquemos madera para que no sea así- la nieve no acompaña. Aquí va nuestra selección del póker de ases blanco:

Aramón
El conjunto de estaciones de Cerler, Formigal-Panticosa, Javalambre y Valdelinares suma 289 kilómetros de pistas, el dominio esquiable más grande de España, con 1.250 cañones que garantizan la nieve toda la temporada. Además de los atractivos obvios de deslizarse por sus pistas, tiene una gran oferta de actividades para disfrutar de la nieve tanto de día como de noche. Por ejemplo, cenar a la luz de la luna en un restaurante a 2.000 metros de altitud o descender las pistas por la noche en trineo de madera. Además, este año, el forfait se puede comprar por Amazon.

Baqueira Beret
Situada en el corazón del Pirineo catalán, la estación más grande de España es sinónimo de disfrute de la nieve a tope. Esta temporada ha estrenado nueva pista, Eth Coret -con la que ya suma 167 kilómetros de pistas- y el nuevo forfait Baqueira PASS, que entre otras facilidades evita tener que pasar por taquilla. Sería imperdonable perderse el encanto del Vall d’Aran una vez que nos hayamos quitado las botas.

Grandvalira
Si nos vamos hasta Andorra a la estación más grande de los Pirineos encontraremos el paraíso de todo el que sea fan de llevar una o dos tablas en los pies. Por si sus 210 kilómetros de pistas no fueran suficientes, en Grandvalira se puede disfrutar de la nieve de todas las formas posibles. También para aquellos que quieran soltar adrenalina a raudales en sus parques de aventuras: desde practicar heliesquí hasta hacer un circuito de motos de nieve, pasando por los trineos tirados por perros.

Sierra Nevada
Elegir la estación de esquí más meridional de Europa es un acierto, tanto para principiantes como para expertos. Tiene más de 100 pistas para dar rienda suelta al Fernández Ochoa que todos llevamos dentro. Además, el sol suele acompañar y, no nos engañemos, es el mejor acompañante para esa cervecita entre pista y pista. Del ambientazo que hay en la estación cuando cierran las pistas se podrían escribir tomos enteros. Si el clima o la nieve no acompañan, siempre nos quedará la Alhambra.