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La pandemia del coronavirus ha golpeado duramente al Turismo. El primer paquete con medidas de ayuda del Gobierno ha llegado tarde y mal, según los profesionales del sector

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En estas fechas se suelen publicar las primeras previsiones meteorológicas, pero para la Semana Santa de 2020 no se mira tanto al cielo por la lluvia, sino por la tormenta que se cierne sobre un sector, el turístico, que en España representa el 10% del PIB.

El primer capítulo de esta historia comenzó cuando terminaba el mes de enero con la alerta global de la Organización Mundial de la Salud por el brote de coronavirus. Las aerolíneas comenzaron a cancelar los vuelos a China, se anulaba el Mobile World Congress de Barcelona, con las consiguientes pérdidas -no solo en la Ciudad Condal- y a partir de ahí, cascada de nuevos casos. Desde la llegada del virus a Europa y España, cada día se escribe un nuevo capítulo de esta crisis que algunos expertos han comparado con la vivida en 2003 con la del SARS, pero que realmente no se sabe hasta dónde puede llegar.

Hace días que desde organismos internacionales como la Organización Mundial del Turismo (OMT) se había puesto cifras al impacto del coronavirus en el sector turístico mundial, con una estimación de pérdidas de 45.000 millones de euros. Por su parte, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) calcula que los ingresos del transporte aéreo mundial se reducirán un 5% este año, lo que supone 27.000 millones de euros menos. Solo la cancelación de los vuelos con origen Italia supone eliminar el 9% de nuestro tráfico aéreo. De hecho, las cancelaciones de rutas y la caída de la demanda, ha hecho plantear un ERTE a Air Europa y a Iberia la suspensión de nuevas contrataciones. La puntilla para las aerolíneas europeas ha venido desde el otro lado del Atlántico, con el veto por un mes del Gobierno estadounidense a los vuelos procedentes del espacio Schengen. Norwegian ya ha anunciado un ERTE para una plantilla integrada por 2.200 personas solo en nuestro país.

En España el segmento de viajes corporativos y de MICE -Reuniones, eventos, congresos e incentivos- ha sido una de las más afectados. Los hoteles de Madrid están notando especialmente el impacto en esta división ya que, además, es uno de los que más contribuye a reducir la estacionalidad. Desde la Asociación Empresarial Hostelera de Madrid (AEHM) han señalado que la ocupación media en Madrid se ha desplomado hasta el 15% y que los hoteles del segmento corporativo son los que más han sufrido.

Ante la recomendación por parte del Ministerio de Sanidad de no viajar y fomentar el teletrabajo, la mayoría de las empresas están cancelando los desplazamientos de sus trabajadores. Asimismo, ferias tipo ITB de Berlín -la feria turística más importante del mundo- se han cancelado y otras tantas, como Alimentaria de Barcelona, se han pospuesto para más adelante.

Ya se están dando a conocer las primeras previsiones sobre las repercusiones. Según la Asociación Global de Viajes Corporativos -GBTA, por sus siglas en inglés-, se calcula que a nivel global la crisis del coronavirus podría costarle al segmento corporativo el 37% del gasto previsto para 2020.

Al margen de las pérdidas ya efectivas, la actualidad del virus ha puesto también en el punto de mira uno de los períodos más rentables para el sector turístico: la Semana Santa, que representa el 15% de la producción anual. ¿Se infectará también por el coronavirus? Sin perder de vista que, con unas circunstancias tan cambiantes, hacer predicciones resulta bastante complicado, lo cierto es que la preocupación en el sector turístico crece cada día. No solo por la Semana Santa, sino por el panorama que se presenta ahora y en adelante.

La respuesta del Gobierno

Por eso, todos los actores del sector han reclamado soluciones urgentes al Gobierno para paliar en lo posible el impacto. El primer paquete de medidas han tardado unos días en llegar y se resumen en: una línea de 400 millones de créditos blandos del ICO para el sector del turismo, la hostelería y el transporte; flexibilizar las normas de asignación de slots de las aerolíneas; la ampliación de las bonificaciones a la Seguridad Social en contratos fijos discontinuo y, para pymes y autónomos, el aplazamiento de las deudas tributarias en seis meses sin intereses.

¿Medidas suficientes?

Desde Exceltur, alianza que aglutina a las 28 empresas más relevantes de la cadena turística, consideran estas medidas “exiguas, por no decir poco adecuadas”. Lo afirma con rotundidad José Luis Zoreda, vicepresidente de la entidad, que señala “la intensidad y gravedad con la que se está manifestando el coronavirus sobre el sector turístico español”. En las últimas cuatro semanas Exceltur ha realizado una encuesta a 1.200 empresas sobre cómo ha ido evolucionando el impacto del Covid-19, que señala que en los primeros 11 días de marzo ha habido una caída de ventas del 46,6%. A raíz de estos resultados, Zoreda indica que, “si se mantienen estos ritmos de caída y según los escenarios de duración del virus que maneja el Ministerio de Sanidad, el sector turístico español puede perder de 18.825 a 36.668 millones de euros. “Nunca antes habíamos visto algo igual en este sector; ni guerras del Golfo, ni SARS, ni Lehman Brothers... nada”. Una caída progresiva y en picado que según los datos que maneja Exceltur va a suponer, según los escenarios, pérdidas en el sector de 180.000 a 360.000 empleos. Por ello, Zoreda señala que “si no se facilitan o flexibilizan los Ertes, el riesgo es que las empresas no puedan aguantar y cierren el tenderete”. Añade que 400 millones de líneas de crédito son insuficientes -a 800 euros por empresa turística- y ”no es señal de que el sector sea para el Gobierno una primerísima prioridad”. Desde Exceltur esperan más ayudas específicas para el Turismo en un segundo paquete de medidas, “tenemos que esperar que un sector que tradicionalmente ha sido la locomotora del país, ahora que está débil, tenga una batería de ayudas mucho más potente.

En la volatilidad de la crisis del coronavirus, la incertidumbre es casi peor que el virus. En este sentido, la Mesa del Turismo -asociación empresarial y profesional en la que están representados los diferentes sectores turísticos- señala que en estos momentos “tan importante es controlar la propagación del coronavirus como contener el desbordamiento de la alarma social”.

Teniendo en cuenta el impacto económico de esta crisis, su presidente Juan Molas, demanda al Gobierno que se pongan en marcha medidas urgentes con un plan de recuperación que contemple “acciones específicas para sus empresas, de tipo laboral, fiscal; de promoción y comunicación”. De esta forma, solicitan, además de los créditos blandos, reducciones de las cotizaciones sociales y aplazamientos en la liquidación del IVA. Además, la Mesa del Turismo solicita que el Gobierno se replantee el impuesto especial al transporte aéreo que anunció a finales de febrero -con la bomba del coronavirus en el ambiente- como medida contra el cambio climático. Alertan sobre esta medida fiscal porque, en plena crisis del coronavirus, “impactará de pleno sobre el conjunto del sector turístico y no solo el aéreo” y subrayan que no es una medida que se puede permitir “un país cuya principal actividad económica es la turística, máxime en la situación presente”. Las mismas medidas se exigen desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) a las que añaden: el aplazamiento de otros impuestos de carácter local, como el IBI, el IAE o las tasas municipales. Por otra parte, como medidas para proteger el empleo en todo el sector, CEHAT propone una agilización en la tramitación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y que se contemple todas las modalidades contractuales, no solo los fijos discontinuos. El pasado martes el Gobierno canceló, al menos por un mes, los programas del Imserso. CEHAT solicita al Gobierno que detalle la operativa que se debe llevar a cabo para saber cómo actuar en todo momento con los clientes, así como conocer la política de cancelaciones que se debe aplicar por parte de las empresas.

Semana Santa y más allá

La cancelación del Imserso así como la recomendación de no viajar ha tenido gran impacto también en las agencias de viajes, donde las cancelaciones han llegado en cascada, según señala Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viaje (CEAV). Lo describe como un parón a gran escala en la industria, “una situación excepcional, que requiere medidas excepcionales y que llegan tarde,”. En este sentido, desde las agencias de viajes señalan que se sienten “decepcionados” por el primer paquete de ayudas, que califican de insuficientes y que “no solucionan el problema del sector, porque no han contemplado su excepcionalidad”. Reclaman también la flexibilización de los Ertes, porque “obligan a reducir plantillas y estructuras y eso es muy grave para el sector”. Entre otras medidas solicitan también que se habilite un fondo de ayuda extraordinario para un mercado en el que el 87% de las agencias son minoristas -muchas pymes, con costes fijos elevados- que van a tener problemas de liquidez si la crisis persiste. Además, desde las agencias de viajes están poniendo en valor su labor de intermediación entre clientes y proveedores, procurando que éstos últimos flexibilicen en la medida de lo posible las políticas de cambio y cancelación. Un papel ingrato que no siempre se entiende ni es bien recibido.