Andar el paisaje, entrenar los sentidos

Más de 10.200 kilómetros de caminos para estar en contacto directo con la naturaleza, con 130 itinerarios que contribuyen además a la conservación de infraestructuras
y al desarrollo del medio rural. Es la Red de Caminos Naturales repartidos por toda España para el disfrute de
los amantes de los senderos, a pie o sobre una bicicleta

En 1993 la Administración General del Estado puso en marcha la idea de revitalizar antiguos trazados rurales, líneas férreas en desuso, y caminos de sirga para un nuevo uso recreativo, ligado al disfrute y al conocimiento de nuestro medio rural. Fue la génesis de lo que en el año 2009 paso a llamarse, con una visión global de país y con un armazón de sistema integrado, la Red de Caminos Naturales. Hoy suponen más de 10.200 kilómetros que transcurren en plena naturaleza por todas las Comunidades Autónomas y, la mayor parte de ellos, identificados con itinerarios, recorridos y senderos plenos de valor cultural, estético y muchas veces simbólico. La Red de Caminos Naturales, coordinada desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación supone, sin duda, una ejemplar aportación a la conservación de una parte señera de nuestro identitario cultural, precisamente aquel que, al tiempo, mayor valor natural encierra.

La decisión del Ministerio ha logrado también implicar a un amplio número de agentes y actores territoriales. Esta es una labor colectiva de sociedad. Gran parte de las actuaciones de ejecución han sido realizadas por el Grupo Tragsa, en su condición de medio propio instrumental de la administración, pero también en otros casos han participado empresas privadas y, en todos, la actuación ha sido posible desde la aportación y la disposición conjunta de las administraciones implicadas, tanto nacionales como regionales y locales. Se trata en esencia de un buen ejemplo de vocación conjunta para construir y gestionar.

Más de 1.500 kilómetros de la Red lo forman las llamadas Vías Verdes, antiguos trazados ferroviarios especialmente acondicionados para ser recorridos a pie o en bicicleta. El Programa, con más de 130 itinerarios en uso que se van incrementando año tras año, es una magnífica oportunidad para lanzar una mirada responsable sobre la reutilización y readaptación de infraestructuras en desuso.

El elemento esencial que sirve de amalgama es entender que, como trasfondo del Programa, en todo su desarrollo late una auténtica voluntad de promover futuro del medio rural. Porque junto al uso de los itinerarios se urde una trama de actividad económica, básicamente de servicios, ligados al disfrute del camino, y que supone una contribución neta a la revitalización de las áreas que los caminos recorren. Los recorridos implican descubrir de cerca parajes con mucha historia, gastronomía, paisaje, cultura y patrimonio. También suponen acercarse a costumbres y tradiciones que los más urbanitas ni siquiera pueden imaginar y que, sin embargo, forman parte de la mezcolanza cultural que nos hace ser, pensar, y sentir como somos, sentimos y pensamos.

Para ponerlo aún más fácil, en la Guía de los Caminos Naturales de España editada por el Ministerio, hay información detallada de cada senda. Y no solo se trata de describir el recorrido por el que transcurre, sino también de la dificultad que conlleva, y de la singularidad de los parajes que atraviesa. Con tanto para elegir, desde los más novatos hasta los más andariegos, todos tienen la oportunidad de encontrar su camino ideal.

El tramo Olot-Girona del Camino del Carrilet fue la primera iniciativa del programa. Desde entonces, cada año se incorporan más y más kilómetros de vías por las que deambular: de los primeros 12 kilómetros del año 93 a los 168 de 2019, con una inversión acumulada de más de 240 millones de euros. Una suma acorde a alta demanda, cada vez mayor, de turismo activo. Según datos del estudio ¨Impacto económico y social del Programa de Caminos Naturales¨, se calcula que la Red de Caminos Naturales recibe anualmente a 24 millones de visitantes. Se trata, posiblemente, de la mayor cifra de frecuentación que se alcanza en un sistema integrado de visitas en España.

Y el programa sigue en marcha. En los próximos cuatro años, de acuerdo con la programación establecida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se van a ejecutar cinco nuevos tramos del Camino Santander Mediterráneo, con 252 kilómetros; el tramo de Plasencia a Jarilla (23,2 kilómetros) del Camino de la Vía de la Plata y 21 etapas del Camino Río Júcar, 13 en Cuenca y 8 en Valencia. En total, más de 432 nuevos kilómetros.

Arte y cultura en una antigua ruta del carbón

El Camino Natural del Románico Palentino recupera la antigua ruta por la que se transportaba el carbón desde la Montaña Palentina hasta las ciudades de Palencia y Valladolid. Aquí se unen los valores medioambientales y el paisaje de la montaña palentina con el patrimonio cultural del románico del norte de la provincia. El hilo conductor es un antiguo itinerario que unía la cuenca minera de los valles de Orbó, La Castillería y Vergaño con el Canal de Castilla, en Alar del Rey, a través del cual el carbón llegaba a Palencia y Valladolid.

Este sendero de 103 kilómetros tiene una ruta principal, la del Carbón de Cok. Está distribuida en tres etapas, recuperando los caminos por los que se trasladaba el mineral desde las minas de la montaña palentina a las dársenas del Canal de Castilla de Alar del Rey. Continúa por el GR-89 Canal de Castilla y termina enlazando con el GR-1 Sendero Histórico del norte peninsular. Sus 66 kilómetros están dibujados por llanuras de cultivo y lomas cubiertas de dehesas de encina y pinares de repoblación. Atravesando estos lares se alcanzan las primeras estribaciones de la Cordillera Cantábrica, en el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina.

El Camino Natural se completa con dos rutas alternativas de 14 y 22,5 kilómetros: de Santibañez de Ecla a Payo de Ojeda la primera, y de Cozuelos de Ojeda a Dehesa de Montejo la segunda. Parten de la Ruta del Carbón de Cok y sirven para complementar a la ruta principal, dando la oportunidad de conocer el rico patrimonio románico de Palencia, uno de los lugares en Europa con mayor concentración de monumentos propios de este estilo arquitectónico.

De poco desnivel, se trata de una ruta sencilla, que no requiere de grandes esfuerzos y con etapas que se pueden hacer en cuatro o seis horas de marcha.

Del Cantábrico al Mediterráneo

El sueño de intentar unir el Cantábrico con el Mediterráneo por vía férrea, en concreto desde Santander a Sagunto, comenzó a cobrar forma en 1920. Y estuvo cerca de hacerse realidad hasta su abandono definitivo en el año 1985. Lo que no pudo hacerse por tren, desde hace años se pretende que se pueda hacer andando o sobre una bicicleta: es el Camino Natural Santander-Mediterráneo.

El trazado ferroviario nunca concluido dejó tras de sí un total de 22 túneles, estaciones, apeaderos, almacenes, casillas de paso de nivel y cientos de kilómetros de vías. Un enorme patrimonio arquitectónico que merece la pena revitalizar desde una visión de conjunto que conserve algo de su vocación originaria.

Tras años en desuso, cuando comenzó esta rehabilitación, las vías se encontraban deterioradas. Y, aunque a día de hoy hay acondicionados diez tramos para senderistas y ciclistas, aún no se han terminado los trabajos. De momento, hay tres en la provincia de Burgos, tres en la de Soria, un tramo en Calatayud en Zaragoza y el de Ojos Negros en Teruel, que incluye también la Vía Verde que pasa por Castellón y llega hasta Valencia. En total, más de 330 kilómetros para disfrutar del turismo activo.

¿Qué podemos ver recorriendo el Camino Natural Santander-Mediterráneo? El sendero comienza en el túnel de la Engaña. Con casi siete kilómetros de longitud, atravesaba de lado a lado la cordillera Cantábrica. Fue el túnel más largo de su época, aunque nunca llegó a utilizarse. Después sigue por los campos de cereales de las tierras que hoyo el Campeador, salpicado por iglesias y castillos, hasta llegar a los pinares de Soria.

El camino continúa por dehesas justo antes de llegar a la capital soriana. Ya en Calatayud nos aguarda el legado mudéjar, el castillo de Ayub, el yacimiento de Augusta Bilbilis y los campos frutales de la vega del río Jiloca. La ciudad de Teruel, Patrimonio de la Humanidad y sus alrededores, con pinares y maizales, son los protagonistas del tramo Ojos Negros. Y por último, en la Vía Verde de Ojos Negros, seguiremos los pasos de la vía férrea que comunicaba estas minas de sierra Menera con la siderurgia de Sagunto. Un tramo largo de 112 kilómetros que se adentra en tierras valencianas desde Teruel pasando por Castellón.

Dada la longitud de algunos de los tramos del Camino Natural Santander-Mediterráneo, se requiere de más de una jornada para hacerse con alguno de ellos. En cualquier caso, es una ruta de dificultad baja, con pocos desniveles y apta para el disfrute de los principiantes.