El valor añadido del sector que discuten Garzón e Iglesias

A pesar de su importancia en la economía, el sector no deja de recibir varapalos en forma de inacción por parte del Gobierno y ataques de algunos ministros.

Los números no mienten, las personas sí. Es el concepto sobre el que gira la serie Numb3rs y que no se debería perder de vista para analizar situaciones y circunstancias, como la que vive el sector turístico en estos momentos. Mucho se ha hablado en estos tres meses del impacto del Covid en el sector y, sobre todo, cuándo se empezaría a reactivar una de las principales industrias del país. Con las fases de desescalada llegó el esperado calendario de movimiento entre provincias y apertura de fronteras, previstos -si no hay más cambios- para el 21 de junio y el 1 de julio, respectivamente.

Por el camino, tres meses de incertidumbre y pérdidas -hasta 10.000 millones por mes- que han llevado a las principales organizaciones turísticas a reclamar medidas de apoyo para el sector. Ayudas que han llegado con cuentagotas, tarde y mal, según han expresado en repetidas ocasiones los profesionales del sector. También ha habido tiempo para abrir melones como qué es lo que aporta el turismo a la economía española y su calidad. Y ataques -o desconsideraciones, vaguedades- por parte de algunos miembros del Gobierno a lo largo de abril. Solo en ese mes: se recomendó no pensar en las vacaciones del verano (Alberto Garzón, ministro de Comercio); se sugirió que el Turismo no se reactivaría hasta diciembre (Yolanda Díaz, ministra de Trabajo) y Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno abogaba por reducir el peso del Turismo en la economía española. La guinda la puso, de nuevo el ministro Garzón, al señalar que el del Turismo es un sector de bajo valor añadido, estacional y precario. Los números y los datos demuestran que estas declaraciones, que fueron señaladas en su día por los profesionales del sector como “temerarias” e “irresponsables”, son, cuando menos, imprecisas.

En este contexto, Juan Molas, presidente de la Mesa del Turismo señala que “es un insulto a la inteligencia, hay que hablar de lo que se conoce y el ministro puede ser licenciado en Económicas, pero no sabe nada de Turismo. Entre otras cosas porque la estacionalidad viene marcada por la climatología ¿o se puede abrir un hotel de nieve en pleno mes de agosto? Después lo intentó arreglar, pero no ha llegado a decir que se equivocó”. Molas también señala que en esta crisis, al Turismo no se le ha dado la importancia que merece: “hasta esta semana, no hemos mandado ni un solo mensaje de reclamo, los países competidores nos están adelantando. Lo que no puede ser es la falta de gestión, de inteligencia política y la falta de voluntad de hacer bien las cosas”.

¿Cuál es el valor del Turismo en la economía española?

En 2019 y por tercera vez consecutiva, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) situó a España como el país más competitivo del mundo en términos turísticos, según el Informe sobre Competitividad en Viajes y Turismo que se publica cada dos años. El Foro Económico Mundial se basa para hacer este informe en el análisis de 140 países y destacó tanto la variedad de recursos -más allá del sol y playa: paisajes, cultura, gastronomía- así como las instalaciones turísticas y las infraestructuras de nuestro país. No hay que olvidar que las compañías hoteleras españolas son un referente a nivel mundial. El informe menciona la “sólida ventaja relativa” que aportan a España aspectos como la preparación en TIC o la seguridad.

En condiciones normales -sin pandemias- las fortalezas del sector turístico español son cada vez más apreciadas por los mercados emisores del resto del mundo. Así lo demuestran los datos de llegada de turistas: en 2019 nos visitaron 84 millones de viajeros, batiendo un nuevo récord. De hecho, España es el segundo país que más turistas recibe, solo por detrás de Francia y por delante de Estados Unidos, China e Italia. Además, en 2019 hubo un incremento del gasto del 2,8% respecto al año anterior, alcanzando los 92.278 millones de euros. En cuanto a la rentabilidad, según datos del barómetro de Exceltur, volvió a crecer en 2019 con un 3,2% del RevPAR -ingreso medio por habitación disponible-. También subieron los precios un 2,5%, gracias a la atracción de un perfil de mayor capacidad de gasto. La rentabilidad creció sobre todo en destinos urbanos, con un incremento de ingresos del 7,3% respecto a 2018.

El año pasado la actividad turística aportó un 12,5% al PIB nacional y el 13% del empleo. Más cifras: en 2019 la producción del turismo en España -directa e indirecta- alcanzó los 300.000 millones de euros, un 9,3% más respecto al año anterior. Unos datos que se recogen en el estudio Aproximación al Sistema de Cuentas Nacionales del Turismo que se presentó en la última edición de Fitur, realizado por la Mesa del Turismo y la universidad Nebrija y coordinado por el profesor Dr. Manuel Figuerola, experto en Economía del Turismo. Figuerola añade que el Turismo, en términos económicos, “es uno de los sectores con mayor valor agregado en España, incluso más que otros como el de la construcción o el de los automóviles”.

Teniendo en cuenta que el Turismo es “servicio, calidad de relaciones, de acercamiento”, lamenta también que se le maltrate “con la palabra y con los ataques de ciertos grupos políticos que siempre están hablando de lo mismo: de la estacionalidad, de la precariedad o de la degradación que supone para el entorno. La verdadera ayuda que necesita el sector es volver a la idea de que el turismo es cosa de todos, hace falta más formación para que la gente entienda lo que es el turismo”.

En cuanto al papel que va a jugar el turismo en la crisis económica derivada de la pandemia, Figuerola señala que en tres o cuatro años puede llegar al 13,5% del PIB -en un escenario optimista- “no hay que infravalorarlo, medio punto es muchísimo y debe ser utilizado para inyectar savia al conjunto de la economía; el turismo es un factor de desarrollo para que el resto le sigan. Pero no se pueden pedir peras al olmo, después del virus no se puede tener el mismo turismo que el año pasado”.

Palanca de cambio

El profesor Figuerola recuerda además que el Turismo ha sido la palanca de cambio en las crisis económicas que ha atravesado España. Asimismo, destaca la importancia de las inversiones en inmuebles con fines turísticos en los años setenta -boom turístico- “fortalecieron zonas deprimidas de España, fue un empujón social y económico que cambió el país”. Apuesta por la modernización y la evolución continua, pero no por cambiar los huevos de cesta en un momento de difícil coyuntura económica como el que se espera.

Juan Molas señala que “aunque en el pasado la actividad turística se desarrolló en algunos momentos por impulsos y se pudieron cometer errores, ahora se está apostando de forma decidida por las nuevas tecnologías y por la modernización de un sector en el que se han gastado cientos de millones de euros en formación continua”.

La imagen casposa del turismo de masas en las playas lleva años pasada de moda. Tanto los proveedores turísticos como los destinos están apostando por el reposicionamiento hacia un modelo de calidad frente al de cantidad, con inversiones en infraestructuras, innovación y sostenibilidad. Magaluf, Torremolinos o Benidorm son un buen ejemplo de cómo se puede dejar atrás la imagen de turismo de saldo. Sin olvidar que, la red de Destinos Inteligentes, promovida por la Secretaría de Estado de Turismo a través de Segittur, cuenta con más de 120 integrantes.

El valor -y buen hacer- de los proveedores turísticos españoles suele brillar en los ranking internacionales. El de Brand Finance de 2019 situaba a España en el Top 5 mundial de los países con las cadenas hoteleras más importantes. La profesionalización así como los elementos diferenciadores de las compañías hoteleras españolas -el nivel de servicio y la calidad- son los elementos más valorados.

Eso también es marca España, así como que Iberia estuviera entre las 20 aerolíneas más puntuales del mundo en 2019, según la clasificación que publica cada año OAG. En cuanto al turismo de negocios, según el ranking ICCA (Asociación Internacional de Congresos y Convenciones) España ocupó el cuarto lugar en 2019, por detrás de Estados Unidos, Alemania y Francia. Madrid y Barcelona no suelen bajar de los primeros puestos mundiales en organización de congresos y reuniones.

Ante un verano peculiar con pocas previsiones de crecimiento para el sector -por la escasa llegada de turistas internacionales y por las dificultades de los viajeros españoles para poder disfrutar de las vacaciones- el valor que aporta el turismo por derivación se va a notar en otros muchos subsectores que dependen de la industria turística: “ahora es cuando se van a dar cuenta del auténtico valor de este sector”, apunta Molas. Habrá que esperar a ver las cifras, que son las únicas que no mienten.