Apollo crece en España con hoteles

El fondo americano adquiere el Hotel Faro y el Buenaventura, en Canarias, al Grupo Lopesan. La crisis del coronavirus abre la puerta a oportunidades de compra ante el impacto financiero que tendrá en muchas empresas

La cifra total de inversión hotelera en España en 2019 fue de 2.375 millones de euros, casi la mitad de lo que se invirtió en 2018, y se transaccionaron un total de 114 activos -por debajo de los 223 registrados en 2018-, según los datos recabados por Christie & Co. Fue un ejercicio marcado por la escasa oferta de carteras hoteleras y cambios tanto en el origen del capital como en la tipología de activos transaccionados.

En el arranque de 2020 la operación más destacada ha sido la compra por parte de Archer Hotel Capital, controlado por el fondo de pensiones holandés APG y el fondo soberano de Singapur GIC, del futuro Madrid Edition, un hotel que se está construyendo en la antigua sede del Monte de Piedad en la plaza de Celenque, 2. Archer, dueño en España del Westin Palace de Madrid y el Hotel Arts Barcelona, pagará 220 millones a KKH Property Investors.

Ha habido otras operaciones que se han cocinado en los últimos meses y que han visto la luz incluso ya con la crisis desatada por la pandemia del coronavirus. Es el caso de la adquisición por parte de Apollo Capital Management de dos hoteles en Canarias. El fondo estadounidense ha acordado la compra al Grupo Lopesan del Hotel Faro y el Hotel Buenaventura, ambos ubicados al sur de la isla de Gran Canaria y que suman, en conjunto, unas 1.000 habitaciones.

Con esta operación, que superaría los 100 millones, Apollo redobla su apuesta por el sector hotelero en España, donde entró en 2014 cuando se hizo con los Holiday Inn Express Valencia San Luis y Alicante. En 2016 adquirió a Caixabank 20 hoteles adjudicados por impago.

Con la crisis del coronavirus las hoteleras han paralizado su actividad completamente en España y en muchas otras partes del mundo, lo que está provocando un derrumbe histórico de sus ingresos. Una situación que de prolongarse dificultará a las empresas menos sólidas el pago de sus deudas y, por tanto, su supervivencia. En este escenario, se abrirán oportunidades para el resurgimiento de las operaciones corporativas, ya sea vía adquisición de activos o, incluso, con la entrada de fondos en el capital de las compañías turísticas españolas y, muy concretamente, de las cadenas hoteleras.