El transporte marítimo navega entre la concentración y la incertidumbre

El traslado de grandes contenedores preocupa al sector en la logística marítima ante el crecimiento sin fin de las navieras internacionales, que concentran cada vez más poder.

El transporte marítimo de mercancías vive una realidad marcada de incógnitas. “Aunque no se puede decir que los datos sean tranquilizadores, sí demuestran que las cosas se están haciendo moderadamente bien”, asegura el presidente de la Federación de Transitarios en una entrevista para elEconomista Movilidad y Transporte. Algo que pone de manifiesto que desde España se está trabajando bien en este aspecto es que de los 10 puertos que más han crecido en Europa, tres son españoles. El de Tarragona ha tenido un incremento de la actividad del 18%, el de Barcelona un 12% y el de Las Palmas un 9%.

El comercio marítimo en España muestra una recuperación significativa en 2022, con un aumento del 4,1% en comparación con el año anterior, alcanzando los 366,6 millones de toneladas de mercancías. Las importaciones y el cabotaje crecieron más que antes de la pandemia, mientras que las exportaciones sufrieron un retroceso que las situó en niveles similares a los de 2019. Los precios energéticos aumentaron debido a la invasión de Ucrania, lo que afectó al sector industrial del país. Sin embargo, la UE impulsó la independencia del gas ruso, lo que llevó a un aumento en las exportaciones de GNL a países europeos.

Las importaciones de Otros productos de origen animal y vegetal subieron un 4,4%, superando los valores de 2020 (+1,4%). Las importaciones de carbón aumentaron notablemente en un 33,5% respecto a 2021, aunque no se recuperaron los valores previos a la pandemia (-21,0%), debido a su reemplazo por otras tecnologías menos contaminantes y más baratas en los sectores energéticos. Por otro lado, la partida de Materiales de construcción disminuyó un 5,8%, aunque creció un 10,8% respecto a 2019. Los productos derivados del petróleo sufrieron una baja del -16,9%, situándolos de nuevo en valores similares a los de 2019. En contraposición, las importaciones de biocombustibles continúan con la tendencia alcista, situándose un 26,0% por encima de 2021, aunque todavía en valores absolutos muy reducidos, por debajo del millón de toneladas. Las importaciones de productos siderúrgicos fueron un 8,5% inferiores a las del año anterior y un 5,9% por debajo de los valores de 2019. Los cementos y calizas aumentaron un 3,0%, tras el fuerte repunte registrado en 2021 (64,5%), lo que implica un crecimiento acumulado del 44,9% respecto a 2019.

Las exportaciones de productos de origen animal y vegetal disminuyeron un 8,3%, pero se mantuvieron por encima de los niveles de 2019 (+5,8%). Las exportaciones españolas de productos químicos por mar han decrecido un 8,8%, lo que supone una caída del 7,8% respecto a 2019. Otras partidas de poca relevancia reportaron grandes descensos, como fue el caso de las semillas oleaginosas (-98,1%).

En el caso del trasporte marítimo de corta distancia internacional crece un 8% con respecto al año pasado. Algo que contrasta con los datos ofrecidos por España que aunque las exportaciones han subido un 8,4% las exportaciones han bajado un 4,8%. No obstante, Pilar Tejo, presidenta de la Asociación Española de Promoción Transporte Marítimo de Corta Distancia (TMCD), asegura en una entrevista para elEconomista Movilidad y Transporte que “la situación es muy buena. El trasporte marítimo de corta distancia ha crecido en el año 2022 un 8% con respecto al 2021”.

A este respecto, el informe observatorio estadístico del transporte marítimo de corta distancia en España, elaborado por ESP-Spain, también refleja que según el estudio, eliminando de la ecuación vehículos en régimen de mercancía, el TMCD transportó 27,8 millones de toneladas (Mt) en 2022.

Por su parte, la fachada mediterránea experimentó una subida interanual de un 9,1% así como la fachada atlántica registró un ligero descenso de un 1,6%. Por su parte, el TMCD de vehículos en régimen de mercancía aumenta por primera vez desde 2018, tanto en embarques como en desembarques, y en ambas fachadas. A la hora de analizar los países de origen y destino, en la fachada atlántica llama poderosamente la atención el crecimiento del tráfico con Irlanda que ha crecido un 5,9%; y con Bélgica, que ha experimentado una subida del 9,8%.

En el resto de los países se observan caídas respecto a 2021, destacando los tráficos de Reino Unido, que muestran un descenso de un 10,9% y los tráficos con Francia que han sufrido una caída del 18,5%. En la fachada mediterránea destaca especialmente el aumento de los tráficos con Marruecos un 23,0%, mientras que con Italia y Túnez el tráfico se ha reducido un 5,7% y un 9,3% respectivamente.

El nivel de ocupación en 2022 se sitúa en un 77,0%, cifra moderadamente más baja que el 80,6% registrado en el año 2021. Por su parte, la fachada mediterránea conserva su ocupación respecto a 2021, con un 86,3% en 2022 frente al 84,0% del año pasado; mientras que en la atlántica el nivel de ocupación que se coloca en un 61,6% refleja una bajada importante en relación al año 2021 con un 71,0%, debido a que la oferta ha aumentado mientras la demanda ha disminuido.

En lo relativo al gran tráfico de contenedores transoceánicos, desde FETEIA apuntan que se debería derogar el reglamento europeo. En su opinión, la actual normativa provoca inflación, una pérdida de calidad en los servicios de transporte marítimo, que se encuentran en su peor momento histórico y termina suponiendo una amenaza al libre mercado.

A este problema también se suma la creciente tendencia de las navieras al solicitar buques más grandes para concentrar la demanda “Esto lo que está provocando aparte de unos beneficios extraordinarios para las navieras es que prácticamente no habrá más que dos o tres navieras”, explican.