La aviación reclama incentivos para el SAF y menos penalizaciones

El sector destaca que el uso de combustibles sostenibles puede reducir hasta en un 65% las emisiones de CO2.

Caminar hacia un mundo cada vez más sostenible y menos contaminante es uno de los principales retos de los gobiernos mundiales en el corto y largo plazo. En esta meta juega un papel imprescindible el sector aéreo. Pese a que únicamente representa menos del 5% de las emisiones mundiales, acapara casi todas las miradas, hasta tal punto que se trata de una industria regulada con objetivos de descarbonización fijados para los próximos años.

Los pasos a dar para cumplir estos objetivos han marcado el debate de la jornada empresarial Hacia una aviación de emisiones cero organizada por elEconomista.es y patrocinada por Cepsa, Iberia, ITP Aero y Repsol, y con la colaboración del gestor público de navegación aérea de España, Enaire. El coloquio ha contado con la presencia de la responsable de Desarrollo de Negocio de Aviación Sostenible de Cepsa, Marta Cencillo; la directora de Sostenibilidad de Iberia, Teresa Parejo; la jefa de la División de Medioambiente de Enaire, Gema Haro López; el director de Aviación Internacional de Repsol, Oliver Fernández, y el director de I+D de ITP Aero, Jaime Fernández Castañeda.

Los expertos defendieron la importancia de la utilización del SAF (combustible sostenible de aviación, por sus siglas en inglés) en el objetivo de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. “El SAF va a ayudar a reducir en un 65% el problema de las emisiones. Si se usa de manera masiva se van a reducir las emisiones de una forma muy relevante”, destacó el director de Aviación Internacional de Repsol.

Para la compañía energética, el objetivo de producir combustibles sostenibles es una prioridad. La mejor prueba de ello es que a finales de este año abrirán las puertas de una nueva planta en Cartagena tras una inversión de 200 millones de euros, en la que se producirán más de 200.000 toneladas, se dará trabajo a más de 1.000 personas y su puesta en marcha evitará más de 900.000 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Pese a que no figura entre las industrias más contaminantes, el crecimiento continuo de la aviación podría comprometer los planes para reducir emisiones. “Otros sectores tienen más fácil descarbonizarse y nosotros en el corto plazo no. Esto significa que cuando el resto lo haga, el porcentaje de entre un 2% y un 3% que emitimos se va a incrementar”, puntualizó la directora de Sostenibilidad de Iberia.

El sector está a favor de un nuevo marco regulatorio en la Unión Europea, aunque los participantes destacaron que actualmente el enfoque parte de planteamientos erróneos. “Se debe buscar una política orientada de verdad a la reducción de CO2. Están muy centrados en penalizar al sector si no se consiguen los objetivos y no tanto en desarrollar medidas reales que ayuden a reducir más estas emisiones”, añadió el director de I+D de ITP Aero.

Por su parte, Teresa Parejo recordó que, de acuerdo a un informe de Deloitte, el paquete de medidas para la aviación enmarcadas en el Fit For 55 (el endurecimiento del régimen de emisiones o un impuesto especial al billete, por ejemplo) pone en peligro la llegada de 11 millones de turistas internacionales, el 1,6% del PIB (23.000 millones de euros) y 430.000 empleos menos para 2030. “Esto se debe a que la parte fiscal está orientada hacia la penalización. No estamos en contra del paquete legislativo, pero no parece que esté orientado a la descarbonización, sino a recaudar y, por tanto, no contribuye a ese inmenso esfuerzo que tenemos que hacer en materia de inversión”, añadió.

Pese a que el sector está de acuerdo en que son necesarias más medidas y ayudas institucionales para fomentar el desarrollo de combustibles sostenibles, destacan también que España está muy avanzada en lo que a SAF se refiere. “En los principales aeropuertos españoles quien quiera cargar SAF puede hacerlo. Es una tecnología madura y a día de hoy se produce en nuestro país. El problema es alcanzar economías de escala y reducir el coste, porque es entre tres y cinco veces más caro que el combustible tradicional. El 57% de la descarbonización va a ser gracias al SAF, el objetivo debe ser desarrollar este mercado”, puntualizó Marta Cencillo desde Cepsa.

Grandes hitos

El camino por recorrer es todavía muy largo, pero en los últimos años se han conseguido avances en materia de sostenibilidad. “Desde Enaire llevamos mucho tiempo monitorizando las emisiones en ruta basadas en estimaciones. A día de hoy nuestras rutas son un 96% eficientes. Esto se traduce en que gracias a nuestras mejoras se han conseguido grandes ahorros en millas náuticas no voladas que equivalen a no haber dado 250 vueltas a la tierra”, destacó Gema Haro.

Los expertos defendieron que los vuelos sostenibles no son ciencia ficción, sino una realidad. Repsol, sin ir más lejos, ha realizado en los últimos años varios vuelos demostrativos. “Hemos venido haciendo muchas pruebas y trabajando siempre con nuestros clientes. Hemos llevado a cabo vuelos demostrativos con Iberia precisamente para demostrar a la sociedad y a los clientes que los vuelos sostenibles utilizando SAF son posibles”. Este tipo de combustibles no solo se están usando en los vuelos comerciales, también están empezando a usarse en otros campos, como en la aviación militar.

Cepsa, por su parte, el pasado mes de noviembre realizó durante una semana 220 vuelos con combustible SAF. “Es una prueba factible de que vamos hacia una aviación de emisiones cero. El SAF existe, lo estamos produciendo, es la solución a la que apunta toda la industria”, destacó Cencillo.

El principal problema del objetivo de la descarbonización es que se trata de un proceso muy complejo en el que no ayuda trabajar con una cuenta atrás. “El objetivo de la descarbonización de la aviación para 2050 es muy ambicioso. No es sencillo. Se necesita una colección de diferentes tecnologías a desarrollar y se trata de un sector en el que la seguridad es fundamental y estos desarrollos no se hacen de un día para otro. Siempre decimos que los desarrollos de tecnología que estamos haciendo en esta década serán los que entren en los diseños de los productos de la década que viene”, matizó Jaime Fernández.

Aunque se trata de unos avances que por motivos de seguridad tardan en ver sus efectos, si se hace la comparativa con años anteriores ya se detectan resultados. “Hay cerca de un 25% de disminución de emisiones de gases de efecto invernadero que vienen de nuevas tecnologías. Luego hay un 10% de la gestión de la operación y la navegación y al final nos queda cerca de un 60% que es SAF. Para 2050 va a haber un 5% que no se va a poder evitar y tendremos que buscar mecanismos de compensación”, detalló Fernández Castañeda.

En una línea muy similar se pronunció la directiva de Enaire. “Nos tenemos que asegurar que cualquier avance que se hace sea totalmente seguro. Vamos dando pasos que para la velocidad a la que avanza la sociedad y el resto de sectores parece que no se ha hecho nada, pero se están haciendo muchas cosas. La tecnología en la aviación ha cambiado tanto que se han conseguido ahorrar 11 millones de gigatoneladas y los aviones ahora son un 85% menos ruidosos que en los 60, por ejemplo”, ejemplificó Haro López, que en su estrategia ambiental por la descarbonización, bautizada como Green Sky, también figura la reducción de la afección acústica sobre poblaciones como uno de los ejes estratégicos.