Y llegó la ‘Era de la Logística’

El sector logístico es, sin duda, uno de los más importantes en España. Representa el 10% del PIB del país, genera casi un millón de puestos de trabajo y aglutina a más de 197.000 empresas. Pero, más allá de su peso como industria, es clave para el funcionamiento de todo el resto de los sectores de actividad, tanto a escala interna como de importaciones y exportaciones. Sin logística, el mundo se para.

Los acontecimientos de los últimos años, con la pandemia y la guerra de Ucrania como principales -que no únicos- protagonistas, han contribuido a que la sociedad sea más consciente de la importancia de contar con cadenas de suministro flexibles y sólidas. Los procesos logísticos de las empresas están dejando de ser operaciones silenciosas y “de fondo” para convertirse en activos estratégicos y diferenciadores del negocio.

Cada vez más visionarios de la tecnología se dan cuenta de las oportunidades que ofrece la industria para desarrollar y aplicar sus soluciones innovadoras. Hasta el punto de que ya se habla de que estamos en los albores de la Era de la Logística, un periodo que requiere innovación, inspiración, intercambio y profunda colaboración para crear cadenas de suministro aún más robustas y una logística más resiliente, que nos permitan afrontar y superar los crecientes y cambiantes retos del mundo actual.

A medida que las tecnologías se desarrollan y los valores de la comunidad cambian, surgen nuevas prioridades y tendencias, sociales, empresariales y tecnológicas en la configuración de la logística. Desde DHL se acaba de hacer público el informe The Logistics Trend Radar, de libre acceso, que animo a consultar ya que se trata de una de las guías más completas del mercado para tomar el pulso al presente y el futuro de las grandes cadenas de suministro.

Sería imposible resumir en esta tribuna todos los aspectos que están modificando la logística a escala mundial. Pero sí podemos afirmar que entre las tendencias sociales y empresariales con mayor impacto en la industria cabe destacar la descarbonización, la circularidad y la diversificación de las cadenas de suministro. Del ámbito tecnológico, priman las soluciones energéticas alternativas, el Big Data, los robots y los vehículos autónomos. Y todas ellas se interrelacionan entre sí.

Por ejemplo, en cuanto a la diversificación de la cadena de suministro sucede que, a medida que las catástrofes meteorológicas y las interferencias geopolíticas se hacen más frecuentes, las organizaciones tratan de diversificar sus cadenas de suministro y hacer más resistentes y resilientes sus operaciones. En este sentido, la asociación con múltiples proveedores competidores (multisourcing) y la selección de proveedores en más -o diferentes- países o regiones (multishoring), son dos de las estrategias con mejor resultados que pueden adoptar las organizaciones para obtener una mayor resistencia, agilidad, capacidad de respuesta y competitividad.

En cualquier caso, es crucial tener visibilidad para construir cadenas de suministro flexibles y, a la vez, resistentes. Y aquí, el Big Data puede ayudar a analizar grandes cantidades de datos para revelar patrones pasados, poner de relieve los cambios en el status quo en tiempo real y crear predicciones y pronósticos para el futuro. Además, los gemelos digitales, otra tendencia emergente para ayudar a la visibilidad empresarial, pueden reforzar los procedimientos de mantenimiento predictivo en las operaciones, reduciendo las averías industriales en un 70% y manteniendo las cadenas de suministro en funcionamiento. La eficiencia y la excelencia operativa se complementan ahora con la comprensión de que la cadena de suministro es un motor esencial de la creación de un valor tangible.

Y como no referirnos a dos áreas absolutamente imprescindibles como son la sostenibilidad y el compromiso que han de tener las cadenas de suministro para con la descarbonización. El propio Foro Económico Mundial dio visibilidad a métricas que demuestran que tener una cadena de suministro con cero emisiones netas aumenta los precios, por término medio, en apenas no más de un 4%. Dado que muchos clientes están dispuestos a pagar más por opciones más sostenibles, las empresas están investigando las diversas soluciones de descarbonización existentes para sus cadenas de suministro.

Y todo ello en un contexto en el que el 85% de los consumidores se ha vuelto más “verde” en su comportamiento de compra en los últimos cinco años y el 65% está haciendo cambios al respecto, modestos o totales, en su estilo de vida. Las empresas se ven empujadas a inspeccionar formas de hacer sus productos y protocolos más ecológicos, a menudo centrándose en sus cadenas de suministro.

No perdamos de vista tampoco las soluciones energéticas alternativas, con especial foco en la electrificación de flotas. De los 755.000 millones de dólares invertidos en la transición energética en 2021, el 36% se invirtió en transporte eléctrico. Muchos actores del sector logístico estamos realizando esfuerzos importantes para utilizar soluciones energéticas verdes e invertir en flotas eléctricas y combustibles menos contaminantes, entre otras alternativas.

Todas estas tendencias están interconectadas y ofrecen al sector logístico una oportunidad única para reforzarse, aumentar su resistencia y su productividad. Un sector clave, que vive un momento de transición y de cambio en el que la innovación y la colaboración, cada vez más de la mano, ganan en criticidad en un contexto de omnicanalidad, con la necesarias y progresivas sincronización y combinación de todos los canales de venta, distribución y devolución de productos a los que puede acceder un cliente.