Salvamento Marítimo cumple 30 años con 682.000 personas auxiliadas

‘elEconomista Movilidad y Transporte’ ha pasado un día en el centro de Salvamento Marítimo (SASEMAR) de Madrid donde hemos podido conocer cómo trabajan, con qué medios cuentan y qué objetivos de futuro tienen.

Se cumplen 30 años desde que salvamento marítimo inició su andadura en España. En todos estos años la Sociedad de Salvamento Marítimo (SASEMAR) ha crecido y evolucionado hasta situarse como una organización de referencia mundial, con un 98% de eficacia en los rescates auxiliando en estos 30 años a más de 682.000 personas en el mar. Estos elevados porcentajes se deben en gran parte a la puesta en marcha de los planes nacionales de salvamento marítimo que han ido dotando de medios a esta institución. Actualmente está en marcha el sexto plan que abarca desde el año 2021 hasta el año 2024.

Este plan está basado en tres pilares construidos para la consolidación del sistema renovando los medios y la implementación de nuevas tecnologías. Y todo esto acompañado de una mejora en la formación y capacitación del personal de salvamento marítimo. En cuanto a la renovación tecnológica salvamento marítimo tiene establecido la renovación de dos salvamares al año, que son las embarcaciones más versátiles y rápidas con las que se realizan la mayor parte de los rescates. “Estas embarcaciones cada vez son más modernas y se van adaptando a las nuevas tecnologías, cada año son mejores”, apunta Evangelina Díaz, jefa de Secretaría Técnica en una entrevista para elEconomista Movilidad y Transporte. Estas salvamares son mucho más eficientes energéticamente. En las salvamares más modernas los motores principales tienen inyección electrónica por common rail que optimiza el combustible en cada inyección y, además, asegura que es inyectado en el momento óptimo regulando la carga del motor incluso por cilindro, según la necesidad.

En el marco de la renovación de medios y evolución tecnológica, desde salvamento también adelantan que se está construyendo un remolcador de gran capacidad que empezará a dar servicio este año, si finalmente se cumplen los plazos previstos. Este nuevo remolcador está diseñado para que haga una gestión más eficiente del uso de combustible y así colaborar en la reducción de emisiones. En este caso lo que sucede es que dispone de una planta diésel-eléctrica que busca optimizar el consumo de gasoil en función de los modos de operación que pueden surgir para el barco: navegación a alta o baja velocidad, remolque, posicionamiento dinámico, operaciones de recogida de hidrocarburos y operaciones de lucha contraincendio. También los avances en los equipos de climatización, el aislamiento del buque y toda la instalación eléctrica que buscan llevar al mínimo el consumo a bordo. El buque dispone además de catalizadores con el fin de reducir el óxido de nitrógeno (NOx) de los gases de exhaustación. Esto trasladado a cifras concretas supone un gran ahorro energético. “El Clara Campoamor y Don Inda que son los dos buques más grandes de la flota (80 metros de eslora) necesitan arrancar, al menos, dos motores de 4000 kW para moverse, es decir 8000 kW que a los efectos son unos 1700 litros de gasoil a la hora. En este nuevo buque (de 82 metros, un poquito más grande) puede ser movilizado con un motor de 2000 kW que a los efectos serán 440 litros de gasoil a la hora (la reducción ya se puede ver que es drástica) o incluso a una velocidad más elevada con dos motores de 2000 kW (4000 kW), que son 880 litros”, explica Juan Vasco Rovira, director de construcción del remolcador.

Pero la sostenibilidad es solo uno de los objetivos con los que se está construyendo esta embarcación. Es importante señalar que una de las finalidades de este remolcador es servir de base para el Proyecto Isar, iniciativa por la cual se quiere hacer posible la operación con drones con base en el mar. “En un par de meses comenzaremos las pruebas en los barcos y veremos la viabilidad de incorporarlos a las labores de salvamento”, apunta Evangelina Díaz.

Dicho proyecto no se centra únicamente en el desarrollo del dron, también cuenta con una plataforma de comunicaciones que va a permitir coordinarse con los centros de salvamento, que se encuentran en tierra junto a las unidades aéreas y marítimas.

Toda esta inversión en tecnología tiene un objetivo claro: salvar a las personas que se encuentran con problemas en el mar. Pero, ¿cuál es el protocolo a seguir cuando un barco necesita ser asistido por salvamento marítimo?

Lo primero que tiene que pasar es que alguien que está en peligro en la mar solicite asistencia. Para eso es fundamental el sistema mundial de socorro, que es el sistema implantado internacionalmente para que las embarcaciones puedan comunicar las alertas de socorro y que esas alertas lleguen a tierra. Una vez que la alerta de socorro se emite llega a uno de los 20 centros de coordinación de salvamento. Cuando llegan al centro de coordinación se recaba la información de dónde están, quiénes son, qué les pasa, cuántas personas hay a bordo y qué es lo que les ocurre exactamente. Es entonces cuando desde los centros de coordinación se elabora el plan que luego se despliega. Los centros de coordinación están las 24 horas del día, siempre hay personal de alerta y de guardia, en concreto en la base de Madrid siempre hay tres personas vigilando que todo esté en orden en las aguas.

También es importante señalar que al centro de salvamento marítimo, situado en Madrid, llegan también alertas internacionales que son gestionadas para que se solucionen por otro país si es necesario. “Cualquier emergencia que se produce fuera de las zonas asignadas a España llegarían a este centro de salvamento marítimo. Nosotros desde aquí, contactaríamos con otro centro que tenga mejor capacidad para dar una respuesta a ese problema que nos encontramos en la mar”, declara Manuel Barroso, jefe del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo (CNCS). Es importante aclarar que cuando el centro de salvamento de Madrid recibe una emergencia internacional es porque un buque español se encuentra en problemas fuera del territorio nacional, un barco extranjero pide auxilio dentro de aguas españolas y también se pueden poner en contacto desde otros países para solicitar ayuda, aunque ninguno de los dos casos anteriores se esté dando.

Pero para llevar a cabo este servicio se cuenta con los 20 centros de coordinación de salvamento marítimo, uno en Madrid y los otros 19 repartidos por toda la costa. Junto al sistema internacional de socorro, son la base fundamental del servicio de salvamento marítimo. También se cuenta con cuatro remolcadores grandes que sirven tanto para la asistencia en emergencias, como para la lucha contra la contaminación. Otros 10 remolcadores más pequeños y versátiles, 4 guardamares que son embarcaciones de tipo patrullera de 30 metros de eslora y 55 salvamares. En cuanto a medios aéreos cuentan con tres aviones de vigilancia y 11 helicópteros. Con esto y con los medios de otras administraciones, porque cualquiera que esté en el mar es susceptible de prestar ayuda, dan el servicio. “Nosotros lo que hacemos es coordinar, no necesariamente tienen que ir nuestros medios a realizar un salvamento”, aclara Evangelina.