El Mobility City, una cápsula del tiempo de la movilidad en Zaragoza

Ubicado en tierras aragonesasa encontramos Mobility City, un museo con el que viajar desde los primeros coches hasta las más novedosas propuestas de movilidad. Quien sabe si en un futuro estas propuestas formarán parte de nuestro ecosistema.

La revista elEconomista Movilidad y Transporte ha tenido la oportunidad de viajar hasta Zaragoza para visitar el recién inaugurado Mobility City. El museo se ha situado en el Puente Zaha Hadid, construido para la Expo de Zaragoza de 2008, y se ha reformado para poder albergar todos los elementos que componen la muestra creando un espacio vanguardista muy acorde con el objetivo que se persigue. El Gobierno de Aragón y la Fundación Ibercaja son los encargados de poner en marcha este museo, cuyo principal fin es el de ser una ventana al futuro de la movilidad.

“Queremos que sea un punto de encuentro para la generación de conocimiento de novedades tecnológicas. Ser un lugar relevante en el debate sobre la movilidad futura. Pero en la capa del contacto con el ciudadano, que toda esa innovación, se muestre a ese ciudadano para que pueda ser partícipe y pueda sacar sus propias conclusiones convirtiendo a Zaragoza en un referente mundial en movilidad”, declara Jaime Armengol, coordinador de Mobility City en una entrevista para elEconomista Movilidad y Transporte. Al entrar al edificio resulta metafórico que en una infraestructura de más de 10 años, reacondicionada y tremendamente futurista sea el lugar donde se muestre el futuro de la movilidad.

Nada más entrar encontramos un rincón con dos novedades aeroespaciales muy llamativas, como, por ejemplo, un cohete y un globo aeroespacial. A continuación seguimos caminando por la estancia que resulta de lo más peculiar al ser un puente muy sinuoso en sus formas, pero a su vez acogedor. Mientras paseamos camino a la primera de las exposiciones se puede leer información sobre el mundo de la movilidad, tanto en las paredes como en unos monitores interactivos situados a un lado de los pasillos.

En la primera exposición, titulada Los super Clase que cambiaron el mundo se puede ver desde el Benz Patent-Motorwagen de 1886 -con el cual nació oficialmente el automóvil- pasando por el Ford Quadriciclo de 1896 que daría origen a la poderosa Ford Motor Company, hasta el exclusivo hiperdeportivo Ares Modena S1 Proyect 2023, que se construye de forma prácticamente artesanal y del que todavía no circula por las calles ninguna unidad.

Jaguar es un actor principal en la muestra. Aparece expuesto con su vertiente más vinculada a la competición, ya que encontramos Los Superclase que cambiaron la especie y cuenta con un monoplaza 100% eléctrico procedente del Campeonato del Mundo ABB FIA Fórmula E. Fue el vehículo con el que el piloto neozelandés Mich Evans finalizó subcampeón del mundo la temporada pasada. Otro ejemplar es un bólido que hizo historia durante los años 50 en las míticas 24 Horas de Le Mans, el Jaguar D-Type.

No faltan en la colección famosos bólidos pre-guerra, como un Hispano Suiza Alfonso XIII de 1914 o un Bugatti T-37A de 1927, con el cual se tomó la salida en la edición 2021 de la carrera de clásicos más famosa del mundo, la Mille Miglia. Y siguiendo con la emblemática marca francesa, la exposición incluye el famoso Bugatti Veyron de más de 1.000 CV que supera los 400 kilómetros hora.

Ford muestra el concept TFZ-P1 del Team Fordzilla P1, un “coche para gamers” que nació como virtual para convertirse en real. Su prototipo viene de exhibirse en el Festival de la Velocidad de Goodwood. Aston Martin es otro de los prestigiosos fabricantes representados, con clásicos que popularizó la saga de películas de James Bond o ediciones limitadas más modernas como el Speedster V12 del que sólo se hicieron 88 unidades en todo el mundo.

Finalmente, nos topamos con el primer Porsche de la historia (el 356) y con un cinematográfico DeLorean, famoso por su aparición en la película de los 80 Regreso al Futuro. También con verdaderas joyas, como el Mercedes 300 SL Alas de Gaviota de 1955. Esta unidad procede de la reciente y exitosa muestra celebrada en el Guggenheim de Bilbao Motion. Autos, Art, Architecture.

Otro de los puntos fuertes del Mobility City es su módulo de interacción, donde los visitantes tienen distintas posibilidades. Pueden ver cuál sería su ciudad ideal, contestando unas preguntas que se encuentran en unas mesas táctiles gigantes. Situados en el lateral de la sala están los simuladores de conducción y a su lado unas gafas de realidad virtual con las que sumergirse en un viaje futurista que comienza con una moto y termina en el famoso tren hyperloop.

Dentro de las exposiciones temporales y hasta verano se puede visitar una muestra interactiva y muy didáctica sobre Marte, donde, entre muchas otras cosas, puedes comprobar cómo sonaría tu voz en el planeta rojo o cuánto sería tu peso en el mismo.

De camino a la salida se encuentra la parte más innovadora del museo. En esta sección no solo hay automóviles. En esta zona de acceso público el visitante puede conocer tanto productos como servicios de diversas empresas.

Además de atracciones como la revolucionara cabina del Hyperloop, diversas marcas como Mercedes-Benz, Volvo, Citroën, Porsche o BMW muestran automóviles o motocicletas de propulsión eléctrica, bien en fase de prototipo para su comercialización a medio plazo, ya listos para lanzarse al mercado en los próximos meses o, incluso, bólidos de competición como el Astara de Dakar y el llamativo aerotaxi de Umiles.

La idea

El Mobility City se planteó en el año 2018, porque detectaron que la movilidad era una tendencia que iba a generar cambios sociales y económicos. “Sobre esa base pactaron el Gobierno de Aragón y la Fundación Ibercaja la creación de este espacio para convertirlo en un museo, para lo cual ha estado en obras prácticamente cuatro años”, explica Jaime Armengol.

El museo se nutre de las aportaciones de las entidades que han querido apoyar esta iniciativa y mostrar sus novedades en el antiguo puente de la Expo. Ese grupo lo conforman aproximadamente 50 compañías, que van desde empresas de la automoción a empresas energéticas, de telecomunicaciones y enfocada a los servicios. En definitiva, todos los componentes que configuran el sector de la movilidad.

“Nosotros lo que hemos hecho es lanzar una oferta a través de entidades representativas para que todas las que quieran estar aquí lo puedan hacer. La condición es ceder para su exhibición aquellos objetos, productos o elementos que configuren un discurso relacionado con los cambios en movilidad”, enfatiza Antonio Soriano, project manager de Mobility City en conversación con elEconomista Movilidad y Transporte.

Algo que remarcan desde el museo es que este no es una galería orientada a la compra, sino un lugar donde aprender y ver las novedades en el mundo de la movilidad y el transporte. “Nuestra idea es que cuando alguien venga aquí tenga la sensación de que ha aprendido algo. Vengo, he visto un nuevo sistema de transporte, de momento no se puede utilizar por lo que sea, por limitaciones técnicas, pero yo en el futuro, si esto ocurre, querré adoptarlo o no”, ejemplifica Soriano.

La rehabilitación de la obra ha supuesto una inversión pública de cuatro millones de euro. Gracias a ello, los promotores han conseguido rehabilitar el espacio para que sea apto para la exposición. El cambio ha sido significativo, pues ahora pueden asistir en una sola sesión hasta 950 personas. En las semanas que el centro lleva abierto, la reacción del público ha sido positiva. La media de ocupación es de 2500 personas diarias, con picos muy superiores durante el fin de semana.