Los ‘súper’ fantasma tropiezan en España por la legislación

En la era de la digitalización en la que casi todo está a golpe de clic España vive un fenómeno curioso en cuanto a la implantación de los denominados supermercados fantasmas. Este tipo de negocio no termina de asentarse en España, en parte a causa de la joven legislación que se ha aprobado con respecto a este sector, señalan expertos en la materia.

Esta inestabilidad se refleja en la gran variedad de recortes a los que se han enfrentado este tipo de negocios en los últimos meses, que pasan desde un cierre definitivo como es el caso de Gopuff, o reajustes para poder asentarse con solvencia en España como es el caso de Getir y Gorilas.

Las normativas en ocasiones chocan con la propia naturaleza de este modelo de negocio. Por ejemplo, en Madrid se aboga por sacar los centros logísticos de estos supermercados hacia la periferia, algo que, a priori, choca frontalmente con la entrega ultrarrápida, que es lo que diferencia a la Dark Store de otros supermercados convencionales con entrega a domicilio. Por otra parte, en Barcelona ya no se concederán más licencias para estos ultramarinos a domicilio hasta el año que viene.

En España a diferencia de otros países como Reino Unido o Francia esta modalidad no acaba de encajar, “por un lado entra en conflicto con la legislación actual que hay, y que en algunos municipios ya se empieza a regular para intentar evitar la proliferación de este tipo de centros, algo que está ocasionando la huida de España de algunas compañías dedicadas a este servicio” afirma Christian Castillo, profesor de economía y experto en logística y delivery de la Universidad Oberta de Catalunya (OUC).

La integración de este tipo de empresas en las ciudades es compleja, porque se requiere una infraestructura que en ocasiones resulta molesta para el entorno donde se asientan, llegando a provocar protestas. Hay que tener en cuenta que para que los riders cumplan con los 10 a 30 minutos prometidos para entrega en este tipo de empresas, es necesario contar con un elevado número de tiendas cercanas a las zonas de más actividad comercial. Cada tienda opera en un radio de 3 kilómetros aproximadamente.

Por otro lado, se encuentran las preferencias del consumidor, que, aunque durante la pandemia el consumo de este tipo de supermercados subió hasta un 20%, los datos post Covid no son muy alentadores ya que se hallan estancados e incluso se percibe un ligero retroceso, según los datos que maneja la UOC.

España no es un mercado que genere confianza en las compañías de Dark Store, esto se pone de manifiesto en casos como el de Gopuff, la empresa que acaba de abandonar España, con el consiguiente despido de sus 180 trabajadores, alegando que el negocio no es rentable. Esto es algo con lo que los trabajadores no están de acuerdo ya que Gopuff solo llevaba seis meses de actividad en el país. “Nunca se llegó a implantar el plan estratégico que se hizo desde la compañía en el que se decía que para 2026 la empresa obtendría beneficio de 8 millones de euros”, afirma Alejandro Romero, presidente de la plataforma Gopuff en Lucha, organización que ha intentado evitar el cierre de la empresa en España, y finalmente ha negociado los despidos por un mínimo de 3.500 euros y tres meses y medio de sueldo como indemnización.