El clic que puede llevarle de punta a punta del mundo está cada vez más cerca

La tecnología ha revolucionado todos los sectores, pero la movilidad está viviendo, cada vez más, una profunda transformación que lleva a empresas de todos los tamaños a unirse en pro de la facilidad de uso de determinados servicios. En este sentido, la multimovilidad ha llegado para quedarse y la puesta en marcha de aplicaciones apoyadas por gigantes del sector que cuentan hasta con los autónomos del taxi o los vehículos de alquiler con conductor dan paso a un nuevo paradigma que puede llevarnos a recorrer el mundo con un solo clic. Se ha visto internacionalmente y ahora también está disponible en España de la mano de varias compañías, tanto de nuestro país como multinacionales.

Pero para que esto funcione realmente debe haber un acuerdo a gran escala, una aplicación que de verdad una a todo tipo de operadores de movilidad y no decenas de aplicaciones que unan a unos pocos de cada vez. El usuario exige unidad y facilidad de uso para que la multimovilidad real se convierta en nuestro día a día. El mejor ejemplo es el transporte público. Los abonos mensuales permiten utilizar diferentes medios de una sola vez, pero no ocurre lo mismo con los billetes individuales. Un solo viaje puede requerir varios pases diferentes. Esto dificulta la movilidad y pone palos en las ruedas al desarrollo de determinadas aplicaciones de este estilo, aun cuando se trata solamente de empresas públicas las que deben coordinarse entre sí.

Esta tarea se vuelve todavía más complicada cuando entran en juego las empresas privadas, cada una con sus intereses y sus políticas comerciales que, muchas veces, chocan entre sí. Pese a ello, muchas se han mostrado dispuestas a ofrecer servicios de sus competidores en sus propias aplicaciones multimodales, si bien habrá que ver, una vez estos proyectos comiencen a rodar y los usuarios las descarguen en sus teléfonos móviles, cómo se comportan.

Sea como fuere, elegir destino y filtrar por las preferencias para elegir la opción más conveniente para cada uno es el único paso que hay que llevar a cabo antes de subirse a un avión, un tren, un barco, un coche compartido o incluso un patinete y llegar a la otra punta del mundo. Un solo pago, un solo clic, y muchas lagunas por resolver más allá de los acuerdos comerciales entre compañías. ¿Quién se queda con los datos? ¿Una sola empresa tiene acceso a cualquier tipo de trayecto que un usuario pueda realizar internacionalmente o todas las compañías tienen acceso a todos los datos? Cada una de ellas utilizará un modelo diferente, pero todas deberán poner las máximas medidas posibles para evitar que se generen problemas derivados de la ciberseguridad. Y, sobre todo, realizar un trato adecuado de los datos de todo tipo a los que podrán acceder.