Verano de récord e invierno con la vista en el retrovisor

Verano de récord e invierno con la vista en el retrovisor. Esta es la tónica general del sector que, tras una temporada estival incluso mejor de lo esperado, empieza ahora a pisar el freno para hacer frente a un invierno en el que la economía general podría resentirse. Aerolíneas, operadores ferroviarios, navieras... Todos los segmentos del sector que llevan y traen pasajeros de un sitio a otro celebran los buenos resultados del verano que, en algunos casos, incluso han superado a los del mismo periodo de antes de la pandemia. Los dos años en los que el Covid ha condenado las vacaciones de muchos españoles han llevado a que este verano las reservas se disparasen. ¿Los destinos? De todo tipo: playa, montaña o ciudad, pero fuera de casa. Y todo ello, con una inflación a doble dígito que quedaba en los titulares y que subía los precios de las cartas de los restaurantes, los hoteles y los billetes, pero que no se traducía en un cambio en el consumo de propios y extraños.

Las empresas han evitado durante este tiempo trasmitir la totalidad de la subida de costes a los precios finales de los productos. Pero el fin de las coberturas a los combustibles firmadas en momentos en los que la pandemia había tirado los precios en el caso del transporte y las subidas salariales a las que gran parte del sector debe enfrentarse en los próximos meses, harán que existan dudas sobre la continuidad de ese panorama festivo veraniego y, pese a los esfuerzos por reducir márgenes, los precios sigan incrementándose. ¿Necesario? Sí.

Además, algunas cifras ya empiezan a mostrar un parón del consumo al menos, en el comercio, uno de los primeros en resentirse. En sectores como el del comercio online, las cifras reflejan caídas de doble dígito, si bien la referencia de años anteriores era excesivamente buena. Estos cambios y frenazos afectan directamente a la logística y al reparto de paquetería de última milla, dos de los segmentos clave del sector. Nadie se salva y las empresas dedicadas a las mercancías también empiezan a resentirse.

Esta tendencia, que las empresas comenzaron a ver hace ya unos meses, se consolida ahora con la vuelta del verano, pero los expertos ponen el foco en la primera parte del año 2023 como el momento en que, una vez pasada la Navidad, se notará realmente el parón. De hecho, la campaña navideña no pinta mal, dicen desde el sector, que apunta a un cierre de año que puede compensar peores escenarios. Todo ello obliga a tener la vista en el retrovisor mientras las empresas siguen adelante para lograr los objetivos de planes estratégicos que, en la mayoría de los casos, ya han sufrido vaivenes por el Covid, la crisis de suministros y la propia inflación.