Los trenes de alta velocidad,
un antídoto contra la despoblación

Las asociaciones de usuarios de este tipo de trenes unen fuerzas y plantean medidas fiscales a las diferentes administraciones públicas para posibilitar que se trabaje en una provincia distinta al lugar de residencia

Desde hace algún tiempo la cuestión de la despoblación en algunas zonas de España como son Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía va ganando fuerza en el ámbito político y social. La Asociación nacional de usuarios de AVE cree firmemente que incentivar el uso de este medio de transporte y convertirle en una especie de cercanías que posibilite trabajar en Madrid y vivir en otra comunidad es una de las grandes herramientas para fijar población.

El 21de abril de 1992 se inauguró la línea de AVE que conectaba Madrid con Sevilla y desde ese momento el servicio ferroviario de alta velocidad español ha crecido de manera exponencial, hasta situarse en el segundo puesto a nivel mundial con 3.728 kilómetros de vía que dan servicio a cuatro corredores: andaluz, catalán, levantino y el recién estrenado gallego.

Está claro que la alta velocidad ha sido un gran impulso para el turismo y una conexión fundamental entre las provincias de la península. ¿Pero, esta infraestructura está bien aprovechada? Desde la Asociación de usuarios de AVE sostienen que no, ya que cada región se enfrenta a distintos problemas que abarcan desde la escasez de frecuencia de trenes, la poca flexibilidad en los abonos hasta el elevado coste de los billetes. Esto desemboca irremediablemente en una fuga de población, denuncian.

Tras estudiar y comparar detenidamente los datos del corredor de Castilla y León, Carlos Perfecto, presidente de la asociación, señala a elEconomista Transportes y Movilidad que “en el año 2019 supuso el 31% de AVANT España con una ocupación de dos millones de viajeros al año”, lo que es casi el total de la población de la comunidad. A pesar de esto los leoneses contaban con el precio más alto en comparación con otras líneas que no tenían tanta demanda.

En vistas de esta situación, provocada en parte por la poca inversión en movilidad en la comunidad, ocho euros per cápita, la asociación puso sobre la mesa una propuesta para fijar población en la comunidad leonesa. Aunque la proposición inicial elaborada por esta agrupación giraba en torno a una desgravación en el IRPF para todo aquel que estuviera empadronado en Castilla y León, que tuviera domicilio fiscal en la comunidad leonesa y que presenten un contrato laboral situado en Madrid, el consistorio aprobó, en junio de 2020, una medida por la cual se ayudaría a que los leoneses que trabajen en Madrid sean beneficiarios de una rebaja en el precio de los billetes del 25% hasta un máximo de 2.000 euros al año, teniendo presente que el gasto medio de un trabajador usuario de alta velocidad se encuentra entre los 7.000 y 10.000 euros al año dependiendo de la zona. Estas medidas, a día de hoy, no han sido puestas en marcha.

Otro punto importante para la asociación es el mantenimiento de la flexibilidad de los abonos. A causa de la pandemia consiguieron que el abono de diez viajes, que en tiempos post covid solo contaba con ocho días para agotar los trayectos pasara a 20 días y el bono de 30 billetes pasara de 30 a 60 días para poder gastar los tickets. Esta medida, en principio, expira el próximo 31 de junio y en palabras de Perfecto, “vamos a contrarreloj con la medida de la junta, porque para nosotros las dos medidas van unidas. Si la Junta aplica la subvención ayudará a que haya más viajeros que utilicen la alta velocidad y la medida del estado de aumentar la flexibilidad puede ayudar a que los jóvenes vuelvan ya que pueden teletrabajar.”

No es solo cuestión de Castilla y León. Cuenca es una de las poblaciones con mayor índice de despoblación de España. En los últimos 70 años, Cuenca ha perdido el 40% de su población, en parte por la falta de trabajo en la ciudad de las casas colgadas que obliga en muchas ocasiones a emigrar a otros lugares en busca de oportunidades.

Desde la Asociación de usuarios del Ave de Cuenca consideran este medio esencial para luchar contra la despoblación ya que el trazado ferroviario conecta Cuenca con Madrid en 60 minutos, pero la escasa frecuencia de trenes AVANT y el coste del AVE imposibilita en muchas ocasiones que una persona establezca su residencia habitual en la provincia. A día de hoy el primer convoy sale de Cuenca a las 7:45 y llega a Madrid a las 8:45, horario incompatible con muchos trabajos, denuncian.

Según datos ofrecidos por la asociación, 19 trenes pasan por Cuenca en sentido Madrid de los cuales 10 son AVE, por lo tanto más caros, tres AVANT y los seis restantes ni siquiera paran en Cuenca. Lo que les ha llevado a reclamar una mayor frecuencia en horas puntas aprovechando el trazado que ya existe, un mayor número de trenes AVANT, bajada de los costes mediante una bonificación en el IRPF y el mantenimiento de la flexibilidad de los abonos reclamado por todas las comunidades que utilizan el ave como cercanías para trabajar o estudiar. Un nuevo paso que puede poner coto a la despoblación que lleva años asolando estas zonas.