Una cadena de suministro más sostenible: las claves para acelerar la transformación verde

Las cadenas de suministro mundiales ocupan un papel fundamental en nuestro ecosistema profesional e industrial, y por eso es esencial que avancen hacia modelos más sostenibles en los que la eficiencia energética sea una prioridad. El mundo actual necesita un sistema logístico ágil, flexible, rápido y eficiente. El hacerlo también sostenible es una oportunidad que las empresas ni pueden ni dejan pasar: según un informe reciente de Schneider Electric y MIT Technology Review, existe una clara tendencia a nivel global de empresas que han pasado de la sostenibilidad “accidental” a la intencional en sus operaciones.

Hay diversos factores en la actualidad mundial, como la pandemia de Covid-19 y, más recientemente, los conflictos militares en Europa del Este, que afectan y trastornan directamente al comercio global, las cadenas de suministro y los consumidores en sí. Sin embargo, en un giro inesperado, estos mismos acontecimientos presentan una oportunidad para repensar muchos de los enfoques que durante años han facilitado el consumismo desenfrenado y han agravado la crisis climática.

Este replanteamiento podría ser el impulso que las empresas necesitan para poner en marcha una revolución verde y sostenible aplicable a sus sistemas logísticos y cadenas de suministro. En este contexto, el asunto de la “relocalización” y todos sus potenciales beneficios a largo plazo para los consumidores y el medio ambiente cobran fuerza.

Trasladar la cadena de suministro más cerca del consumidor final

Desde hace años, decenas de miles de organizaciones han trasladado sus operaciones comerciales y sus sistemas logísticos al extranjero. Los motivos por los que esto ha ocurrido son variados y van desde el deseo de alcanzar una mayor flexibilidad en todos los procesos empresariales, al acceso a una mano de obra más amplia y la reducción de costes operativos.

A pesar de que las cadenas de suministro globales han aportado una mayor e indudable eficiencia en los costes, también han introducido un nivel de fragilidad y volatilidad que, hasta los últimos acontecimientos, no se apreciaba del todo. Tener fábricas que producen el 90% de los semiconductores y microchips mundiales, o países responsables del suministro de más del 30% de las cosechas mundiales de trigo, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del mercado mundial de la actualidad.

Como resultado y en un intento de protegerse contra ello, muchas organizaciones están sopesando los beneficios de trasladar sus funciones de fabricación y cadena de suministro más cerca de los consumidores. Este movimiento de “relocalización” trae consigo diversas posibilidades que van mucho más allá de ser simples incentivos económicos y de seguridad: suponen una oportunidad para que las marcas redefinan y reinventen su enfoque empresarial y estratégico.

Esto se materializa a través de la implantación de nuevas tecnologías que permitan métodos de fabricación y cadenas de suministro personalizadas y hechas a medida y gusto de cada empresa. Con sistemas y procesos diseñados desde cero, las empresas son capaces de responder y satisfacer las necesidades tanto del consumidor como de la empresa de manera mucho más rápida y ágil. Además, este replanteamiento permite garantizar que las prácticas empresariales estén alineadas de principio a fin con los objetivos medioambientales y de sostenibilidad.

Tecnologías más inteligentes por un impacto medioambiental positivo

Esta urgente necesidad de procesos de fabricación y cadenas de suministro más sostenibles se traslada también a los procesos de embalaje, envío y entrega de mercancías. Las empresas deben comprometerse a utilizar sistemas optimizados para hacer del almacenaje y del transporte de productos procesos eficientes que, además, inciten al consumidor a tomar decisiones de compra más respetuosas con el medioambiente. Esto cobra especial importancia hoy en día, ya que el comercio electrónico está en absoluto auge y el número de devoluciones se ha visto incrementado en gran medida.

Las ventajas económicas y medioambientales de acercar los productos y las cadenas de suministro al consumidor final son tangibles, siempre que se disponga de la tecnología adecuada para hacerlo de forma eficaz. Manhattan Associates, con sus soluciones de gestión de transporte inteligentes, permite una distribución más fiable en centros locales, una planificación de rutas más cortas y unos procesos de entrega, recogida y devolución localizados y, en consecuencia, más sostenibles.

Si las empresas se comprometen a redirigir sus estrategias hacia modelos más sostenibles y se aplican tecnologías diseñadas de manera inteligente, no solo mejorará la rentabilidad final y el impacto en el medio ambiente, sino que tanto la eficiencia de la cadena de suministro como la experiencia del cliente se verán también beneficiadas.

La oportunidad de avanzar hacia un comercio mundial ecológico

Los acontecimientos mundiales siguen teniendo un impacto profundo y duradero en la forma en la que pensamos en las cadenas de suministro globales en términos de resistencia e impacto medioambiental. A medida que las empresas buscan mitigar el “próximo” acontecimiento importante, la idea de trasladar los procesos de fabricación, las mercancías y las redes de distribución más cerca de los hogares y consumidores gana importancia.

Mantener un enfoque innovador y contemplar sistemas más sostenibles es la clave que las empresas necesitan para que esta nueva estrategia tenga éxito. Partners como Manhattan Associates ofrecen soluciones resistentes, fiables y ágiles que permiten a las empresas enfrentarse a las cambiantes necesidades de los consumidores y del medio ambiente.

Aunque el coste de la “relocalización”, la construcción de nuevas fábricas y la implantación de nuevas tecnologías pueda repercutir a corto plazo, la posibilidad de replantear el enfoque del comercio mundial hacia un modelo minorista y ecológico es clara. Poder empezar desde cero, sin tener que adaptar las soluciones y los procesos a los entornos empresariales existentes, que a menudo ralentizan los flujos de trabajo en lugar de acelerarlos, es una oportunidad que infinidad de negocios agradecerían tener.