Los consumidores están dispuestos a pagar más por envíos sostenibles

Siete de cada diez consumidores consideran que estarían dispuestos a pagar más si con esto se les asegura que la entrega del producto que han adquirido se realiza de manera mas sostenible. Tanto es así que el 90% de la ‘generación Z’ considera que deben asumir su resposabilidad ecológica.

En los últimos tiempos se habla constantemente de la urgencia de medidas para luchar contra el cambio climático. La logística y el transporte de mercancías son dos de los sectores qué más se están movilizando e intentan viajar hacia una infraestructura global más verde. ¿Están dispuestos los consumidores a pagar más si la entrega es sostenible?

Seven Senders ha realizado un estudio para demostrar que los consumidores sí están dispuestos a pagar más en sus compras por internet para que estas les lleguen de una forma más sostenible. Según indican, el 90% de los jóvenes de entre 18 y 25 años afirman que las empresas deben asumir su responsabilidad en lo relativo al medio ambiente.

La pandemia del Covid-19 hizo que el comercio online se disparara más de un 20% hasta situarse en un 73% en el año 2020 y, lejos de frenarse, este crecimiento, con el fin de las restricciones, creció un 1% en el año 2021, situándose 11 puntos por encima de los valores de 2016. Todo esto sitúa a Europa con un 18% de compras a través de la red en el cómputo global del comercio. El crecimiento exponencial del ecommerce también ha favorecido el auge de los envíos transfronterizos, ofreciendo datos tan llamativos como que el 73% del ecommerce en Europa compra a proveedores extranjeros.

El apogeo del comercio electrónico también hace que aumente en torno a un 2% cada año el tráfico de vehículos a causa de las entregas que se han de realizar. A pesar de esto, y según numerosos estudios, el ecommerce reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Según el estudio de Seven Senders, si se recopilan todas las cantidades individuales a lo largo de la cadena de valor, clasificadas por vía de comercio y por productos -desde el almacenamiento hasta la venta, pasando por el embalaje y el transporte hasta el domicilio del cliente-, el resultado determina que en más del 80% de los casos hay una ventaja ecológica del comercio online con respecto al físico.

Que el comercio offline es más contaminante está sustentado por dos hechos: el impacto medioambiental de la tienda física, y los trayectos individuales de cada consumidor, que según aseguran desde Seven Senders “estos llegan a superar con creces los efectos negativos del transporte y embalajes de mayor tamaño o incluso, de las entregas del comercio online.”

Por lo general un producto adquirido en internet produce de media un 36% menos de CO2 con respecto a uno adquirido en una tienda física.

Otro dato que refuerza la sostenibilidad del ecommerce frente a el comercio tradicional es que un gran almacén, que contiene productos de 100 tiendas online, es 16 veces más eficiente energéticamente que 100 almacenes pequeños de establecimientos físicos.

Uno de los principales problemas que se encuentra el comercio online para ser una industria sostenible es el embalaje, que supone entre un 10 y un 40% de las emisiones de CO2. Debido a esto, hay numerosas empresas que están apostando por paquetería sostenible, haciendo especial hincapié en el reciclaje de ese material, ya sea plástico, que se está intentado eliminar, o cartón. Otra vía que se está implantando es la entrega de bolsas reutilizables para el ecommerce, algo que está teniendo una gran acogida y mayor retorno del esperado, según indican las empresas alemanas Tchibo, Otto y Avocadostore, que se encuentran trabajando en un proyecto piloto enfocado en la implantación de bolsas reutilizables. Por otro lado, en Gran Bretaña, Amazon quiere eliminar todo envase de plástico sustituyéndolo por sobres y cajas de cartón, e incluso pretende, cuando sea posible, eliminar el embalaje adicional de envío.

Pero el mayor escollo que se encuentra la compra por internet en su lucha contra el cambio climático son las emisiones producidas por los vehículos en el transporte de los pedidos, que presentan entre un 35% y un 65% de emisiones en la primera y en la última milla. Para conseguir la reducción de estos valores, las empresas del sector logístico centran sus esfuerzos en cuatro vías de actuación: la sustitución de vehículos de combustión por un parque móvil eléctrico, la mejora de la planificación para ir el menor tiempo posible en vacío, concentrar los pedidos de la misma zona mediante sistemas basados en IA, o las entregas en puntos de recogida o lugares de autoservicio out-of-home. La entrega de paquetes en puntos de recogida reduce de media 300 gramos de CO2 por cada pedido recogido. Uno de los principales datos que pone de manifiesto que los consumidores están dispuestos a pagar más por una logística más sostenible es la disminución en el último año de la importancia de envíos gratuitos, que por ejemplo en España ha bajado de un 39% a un 27%. Según datos de Seven Sanders, siete de cada diez consumidores están dispuestos a pagar más por un envío sostenible.