El AVE Madrid-Barcelona arrebata un 22% más de pasajeros al avión

La alta velocidad ferroviaria está reforzando su competencia con el avión en la conexión entre Madrid y Barcelona, gracias a la entrada de nuevos operadores ‘low cost’, como Ouigo, o la próxima de Iryo, que han catapultado el tráfico de viajeros en trenes y minimizado, por encima del 22%, los usuarios del avión.

La inauguración de la primera línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla en el año 1992 fue un primer toque de atención al transporte aéreo de pasajeros, que vieron en los siguientes años cómo disminuía el número de viajeros que preferían volar a coger el tren. No obstante, el mayor impacto lo recibieron las aerolíneas cuando en 2008 se inauguró la conexión en el principal corredor del país, que permitía viajar desde Madrid a Barcelona en algo más de dos horas y media. Desde ese momento se ha ido reduciendo el número de personas que usan, por ejemplo, el Puente Aéreo de Iberia, que antes de la irrupción ferroviaria era una de las conexiones que más tráfico tenía en Europa. Sin embargo, la llegada del AVE penalizó a las diferentes aerolíneas que ofrecían este servicio (Iberia, Air Europa, Spanair...) llegando a alcanzar un impacto de, prácticamente, un 23%.

El ferrocarril se convirtió con la alta velocidad en una alternativa y en una competencia de primera línea, dado que ofrecía una serie de posibilidades como que mejoraban el tiempo del viaje, las estaciones se encuentran en el centro de las ciudades y no hay que desplazarse a los aeropuertos y no se exige un tiempo mínimo de llegada a los mismos; no hay incidencias meteorológicas que puedan causar retasos y los trámites en las estaciones son mucho más rápidos que en los aeropuertos.

En la actualidad, la situación ha empeorado para las aerolíneas, pues con la liberalización del transporte de pasajeros por ferrocarril en España el 14 de diciembre de 2020, de acuerdo con la normativa europea aprobada en ese sentido y la entrada de nuevos competidores privados en la línea entre Madrid y,Barcelona, ha aumentado la brecha de incidencia entre uno y otro, en usuarios.

El 10 de mayo de 2021 comenzó sus operaciones el primer servicio de la competencia ferroviaria con Renfe Operadora tras el concurso de adjudicaciones de “surcos” llevada a cabo un año atrás por parte del gestor de infraestructuras ferroviarias, Adif. La compañía Ouigo, filial de la pública francesa SNCF, inició sus servicios con los trenes de dos pisos de Alstom, ofreciendo precios muy competitivos, como operador de bajo coste, con diez frecuencias diarias entre Madrid y Barcelona.

Renfe Operador respondió rápidamente con la puesta en operativo de trenes de la serie S112, el 23 de junio, también con tarifas de bajo coste, con el nombre comercial de Avlo, con una configuración y servicios acordes a la nueva situación y diferentes a los que se ofrecen en los trenes de alta velocidad de la compañía.

La entrada de los tres operadores en el Corredor entre Madrid y Barcelona, con 10 frecuencias diarias en el caso de Ouigo y 40 de Renfe con el Ave tradicional más Avlo, han impactado de tal forma en el tráfico de viajeros aéreos que se aproxima a una pérdida superior al 25%. Cifra que aún puede ser peor cuando entre en liza el cuarto competidor en se trayecto, el Iryo de Ilsa (los fundadores de Air Nostrum más Treintalia) que lo hará en el segundo semestre del ejercicio y que ha anunciado que piensa superar en frecuencias diarias a Ouigo y aproximarse a las que está manteniendo Renfe Operadora.

A modo de ejemplo y antes de analizar las cifras de cierre del año, cabe destacar que, por ejemplo, en un mes tradicional de viajes como es el de agosto, y según las cifras facilitadas por Adif, el número de viajeros transportados por la alta velocidad, y eso que Ouigo apenas llevaba cuatro meses de operaciones, había movido 308.991 pasajeros, mientras que de acuerdo con los datos de Aena, habían volado entre ambas ciudades 115.464 viajeros, es decir un 24,7% menos de los usuarios de la alta velocidad. A finales de año, la brecha entre el volumen de viajeros que han usado el ferrocarril y los que han volado se mantiene en una cifra superior al 20%. De acuerdo con las informaciones facilitadas por las compañías ferroviarias, entre Madrid y Barcelona se han transportado 4,3 millones de viajeros, de los que 3 millones, es decir el 69,7% lo hicieron en los convoyes de Renfe Operadora (AVE más los seis meses de Avlo).

Desde la empresa pública se destaca que se esta cifra supone triplicar el número de viajeros del año 2020 con un crecimiento del 225,73%. Resultados que han sido valorados positivamente por el presidente de la compañía quien ha destacado que se demuestra la confianza que se ha depositado en las medidas tomadas a lo largo de estos meses para asegurar un viaje cómodo y seguro.

Por su parte, Ouigo, filial del incumbente en Francia, SNCF, movió cerca de 1,3 millones de viajeros desde que comenzó a funcionar, lo que representa el 30,3% del total. Para su directora general, Hèlène Valenzuela, la diferencia que marca con respecto al avión es que se trata de un medio de transporte más sostenible porque contamina 80 veces menos y ofrece otro tipo de posibilidades de viaje.

De acuerdo con las cifras del gestor aeroportuario, AENA, al cierre del 2021 los pasajeros transportados entre los aeropuertos Adolfo Suárez Madrid Barajas y Barcelona El Prat, se situaron en el entorno de 1,014 millones de viajeros, lo que ha supuesto un aumento del 34,5% con respecto al año anterior. Pero este volumen de tráfico arroja el dato de estar con tan solo un 20% de incidencia en el movimiento entre ambas ciudades de usuarios. Cifra que puede descender aún más cuando Iryo entre en operaciones.

Pero el problema no es solo el corredor entre Madrid y Barcelona, pues con el anuncio de inicio de operaciones entre Madrid y Levante, a partir del 21 de febrero de Avlo, en primavera de Oigo y en el segundo semestre de Iryo, también se puede ver afectado el tráfico aéreo. Y lo mismo puede ocurrir con otros corredores, el del sur, donde también quieren entrar Ouigo e Iryo, a medio plazo. Y con la apertura de las nuevas conexiones de alta velocidad, como por ejemplo la reciente con Galicia, donde las ofertas ya han comenzado a llegar.

Por ello, Aena ha tenido que realizar una nueva valoración del tráfico aéreo en el país en función de los diferentes corredores de alta velocidad, para el quinquenio 2022-2026, y se apunta a un trasvase de 600.000 pasajeros anuales del avión al tren.