UE: más coordinación en el espacio Schengen para facilitar la movilidad

La Unión Europea quiere trasladar las enseñanzas aprendidas durante el Covid-19 en la movilidad dentro del espacio Schengen, para alcanzar una mayor coordinación con una actualización de las normas y que el espacio sin fronteras interiores de la UE sea más resilente

La Comisión Europea ha aprendido del desarrollo de la pandemia la serie de complicaciones que se han registrado en los Estados miembros a la hora de aplicar el espacio Schengen, es decir la no existencia de fronteras entre los países que conforman la Unión Europea, y por ello y para ello, cree oportuno hacer una actualización de las nomas que deben aplicarse. Hay que recordar que este acuerdo transfronterizo comenzó a operar en el año 1995.

Durante los meses más duros de la pandemia, los 26 países que integran la UE han actuado de forma independiente al concepto trazado por el espacio Schengen, situando controles interiores y exteriores que en mucho casos conllevaron que los diferentes tipos de transporte, de mercancías y viajeros, sufriesen las consecuencias de una situación de “tapón”, y cogestión, sobre todo en el movimiento de las mercancías por carretera, que obligo a las autoridades comunitarias, desde Bruselas, a solicitar que se abriesen pasillos verdes, “corredores verdes” que garantizasen el tránsito fluido de mercancías esenciales.

Ahora, con la vista puesta en lo aprendido en el transcurso de la pandemia, desde la Comisión se busca lograr que el restablecimiento de los controles en las fronteras interiores de la UE no sea sino una medida de último recurso, y que se garantice la movilidad de transportes y personas. Ya en septiembre del año 2020, la Comisión anunció que se iba a revisar el Código de fronteras, aunque destinado, en este caso, a la emigración y al derecho de asilo de aquellas personas que llegasen a los Estados miembros desde otros países. Así se presentó el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, que únicamente hacía referencia a esas situaciones, a la espera de analizar y valorar la situación que había provocado y seguía provocando la pandemia en el caso de la movilidad de las personas tanto hacia fuera como en el interior de la UE. Y en el último mes de junio se anunció una nueva Estrategia para alcanzar un espacio Schengen más fuerte.

Por eso el pasado 15 de diciembre, en continuación a la Estrategia presentada por la UE en junio, se dictaron una serie de nuevas normas que permitan que el espacio Schengen sea más fuerte y resiliente.

Estas nuevas normas introducen herramientas comunes para gestionar las fronteras exteriores de manera más eficiente. Pero siempre en aras de que se respete la movilidad, sobre todo, de las personas. Ya que a juicio del vicepresidente para la promoción del “Modo de Vida Europeo”, Margaritis Schinas, “la pandemia mundial del Covid-19 ha puesto a prueba el espacio Schengen, y tenemos la responsabilidad de reforzar su gobernanza”.

Así mismo, para Schinas, desde la Comisión se debe velar por que “los Estados miembros estén preparados para dar una respuesta rápida, coordinada y europea a las situaciones de crisis”, y por ello es “fundamental” que se refuerce “esta joya de la corona, tan emblemática de nuestro modo de vida europeo”.

La propuesta de modificación del Código de fronteras Schengen se basa, sobre todo, en la ya indicada experiencia vivida por la pandemia. Y como especifica en la puesta en escena de esta actualización, la comisaria de Asuntos de Interior, Yiva Johansson, la crisis sanitaria, ha demostrado muy claramente que el espacio Schengen es clave para nuestras economías y sociedades”. Y a su juicio, si algo se ha aprendido durante el año 2020 y parte del 2021 es que hay que mantener una “gestión conjunta de las fronteras”, tanto exteriores como interiores. Y así se podrá garantizar “la existencia de sólidos mecanismos de coordinación”.

Con la entrada en vigor de esta actualización, el Consejo quiere adoptar normas vinculantes que establezcan, si es preciso, restricciones temporales de viaje en las fronteras exteriores en caso de amenaza a la salud, pero siempre de forma uniforme, con excepciones a la movilidad interior, y a los viajeros esenciales, y a los ciudadanos y residentes en la Unión. Así como la herramienta precisa para que no se produzca un colapso en el movimiento de transporte de mercancías, tanto entre los países miembros, como desde las otras naciones hacia los Estados miembros.

Lo que si quiere dejar claro este cambio es que los controles en las fronteras interiores que llegaron a paralizar durante semanas el tránsito de mercancías por Europa entre los meses de marzo y abril del año 2020, sea una medida de último recurso.

Las normas revisadas de este espacio sin controles fronterizos, reconoce el importante papel que desempeñan los países miembros, sobre todo en las fronteras exteriores de la Unión Europea.

Entre las nuevas normas que se quieren aplicar una vez que se aprueben por parte del Parlamento Europeo y el Consejo, se encuentra, por ejemplo, la de contar con un procedimiento más estructurado para cualquier restablecimiento de los controles en las fronteras interiores. Cada Estado debe evaluar la situación antes de adoptar una de esas medidas, si es idóneo, y como va a afectar a la movilidad de las personas, a su libre circulación. Y a ello se suma que se debe tener como una solución última y buscar medidas alternativas que sustituyan esos controles.

En este sentido, la Comisión ha propuesto, en el nuevo Código de Cooperación Policial, de 8 de diciembre, que se pueda registrar, como una alternativa eficaz, los controles policiales mayores y más operativos, sin que ello signifique que sean equivalentes a controles fronterizos.

Otro punto importante de cara a la actualización del espacio Schengen, y que incide directamente con las cadenas de suministro, con los problemas que se han suscitado durante la pandemia, es que llegado el caso se debe intentar limitar lo más posible controles en las fronteras interiores, y que en el caso de tener que adoptar alguna medida de restablecimiento de un control interior, siempre se tiene que buscar la fórmula de adoptar medidas que limiten los efectos negativos en las regiones fronterizas y en el mercado interior, mediante la facilitación del cruce de personas, sin coartar su movilidad, y la creación de los llamados “corredores verdes” para garantizar el tránsito fluido de mercancías esenciales.

Y también se quiere mejorar la lucha contra los movimientos no autorizados dentro de este espacio europeo, dado que si bien hay un número pequeño de este tipo de movilidad, el mismo es constante, y con las nuevas normas se busca hacerles frente y de alguna forma erradicarlos.

Estas nuevas normas no son definitivas, sino que tal y como anuncia la Comisión, se trata de llevar a cabo un trabajo común que mejore el funcionamiento general del tránsito sin fronteras en la Unión Europea.

Por ello se quiere fomentar el diálogo político para poder hacer frente a los retos comunes. Bruselas se ha comprometido a presentar cada año un informe sobre el estado Schengen en el que se resuma la situación en lo que se refiere a la ausencia de controles en las fronteras interiores, los resultados de las evaluaciones de Schengen y la situación en lo que respecta al cumplimiento de las recomendaciones. Para elaborar este trabajo, se tendrán en cuenta las conclusiones alcanzadas en determinados foros en los que participan diputados del Parlamento Europeo y ministros del Interior de los Estados miembros.

Los informes van a servir, además, para ayudar a los países a afrontar cualquier dificultad, y van a contribuir a fomentar la confianza común con unas normas que permiten una movilidad sin controles fronterizos. Y que, tal y como apunta Schinas, Schengen siga siendo “la joya de la corona europea”.