Renfe e Iberia preparan una conexión futura del Ave al avión

La línéa aérea Iberia y la ferroviaria Renfe estudian la posibilidad de aumentar su colaboración impulsando una forma de intermodalidad del transporte con el traspaso de viajeros de Ave a los aviones

La intermodalidad en la movilidad es cada vez más una exigencia de los viajeros, que quieren tener sus conexiones previstas al iniciar un desplazamiento. Recogiendo esa necesidad de los usuarios del transporte colectivo, Iberia y Renfe, han comenzado a explorar la posibilidad de llegar a una alizanza que permita poder traspasar viajeros al avión desde las líneas de alta velocidad ferroviaria, aumentando el acuerdo que ambas compañías tienen firmado desde el

año 2015, que contempla la posibilidad de conectarse con un billete único, combinado, a más de 80 destinos internacionales con varias localidades de la red de alta velocidad de Renfe, caso de Córdoba, Málaga, Sevilla, Valladolid y Zaragoza, hasta Madrid y desde allí enlazar a través de las cercanías hasta la terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.

La idea actual es intentar llegar más allá, sobre todo tras el anuncio, llevado a cabo en el mes de mayo pasado, por el entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, de que el Ave llegaría al aeropuerto de Barajas en el entorno del 2024. Con ello se abriría una nueva posibilidad de conexión que serviría para posteriores actuaciones en otros aeropuertos.

A través de este programa, únicamente se emplearía por parte de los viajeros un sólo billete que serviría para la conexión tren-avión. El objetivo es, según fuentes conocedoras de las negociaciones, acercar a los viajeros de larga distancia a Madrid, tratando de reforzar el hub de la capital y abogando por una intermodalidad real al tiempo que se reduce la huella de carbono en los desplazamientos de primera y última milla.

Hay que tener en cuenta que Renfe Operadora necesita reforzar su captación de viajeros, dada la competencia surgida en este año con la francesa de bajo coste Ouigo en el corredor noroeste, y la llegada del próximo año de Iryo, marca de Air Nostrum y Treintalia que quiere comenzar antes del verano a operar en diferentes corredores.

El acuerdo, de producirse, se aplicaría a, prácticamente, todo el conjunto de la red de alta velocidad, excluyendo la conexión entre Madrid y Barcelona, el llamado Puente Aéreo, si bien se contempla aplicarlo a otras paradas intermedias de la alta velocidad en la misma línea, como es la de Zaragoza. El foco de la operación que interesa a ambas compañías es integrar aquellas ciudades próximas a la capital que unidas por la alta velocidad, caso de Cuenca, Toledo o Ciudad Real, no tienen conexión aérea. Y quizás contar con una menor importancia con aquellas localidades como Valencia, Málaga o Sevilla, por ejemplo, donde si hay aterrizajes y despegues de aviones del Grupo Iberia.

La duda que aparece es saber que puede ocurrir con los vuelos de corto radio, doméstico, que lleva a cabo el Grupo Iberia en las ciudades donde puede conectarse con tren de alta velocidad, y que muchas de ellas son deficitarias precisamente porque el Ave les ha quitado pasajeros, y si se puede llegar a Barajas en tren, se podría plantear el operador aéreo reducir frecuencias, por ejemplo.

Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), su presidente, Javier Gándara, lleva tiempo manteniendo que la llegada de la alta velocidad tanto a Madrid Barajas como a Barcelona el Prat, es “positivo”, porque “así se puede evaluar que rutas cortas son las que se pueden mantener y cuales reducir, no eliminar, pero si reducir frecuencias”. Desde ALA se ve con “buenos ojos”, no sólo “para los viajeros” y para las compañías que podrían dedicar esos aviones a nuevas rutas, sino también dentro de la reducción de emisiones”.

De hecho, Gándara señala que hay cinco rutas que en España tienen una alternativa de alta velocidad de menos de tres horas desde Madrid, como son las de Valencia, Barcelona, Alicante, Málaga y Sevilla, y la penetración del ferrocarril en ellas frente al avión es de un 65% en 2019. “Eso no quiere decir que se deban cerrar, pero si que se puedan reducir las frecuencias”.

Además, este proyecto va en línea con la Agenda 2030 y España 2050, dos documentos que abogan por un transporte más sostenible en los que la intermodalidad es clave para conseguirlo. En este sentido, el último de ellos recoge la recomendación de prohibir los vuelos en aquellos trayectos que se puedan realizar en tren en menos de dos horas y media, es decir, en gran parte de las conexiones.