Un transporte más eficiente con la unión de ‘big data’ y ‘smartcity’

Un proyecto valenciano busca sacar partido a la ingente cantidad de información que recogen los sensores instalados en las ciudades y el ‘big data’ para optimizar las rutas y las infraestructuras tanto para los servicios de transporte como para los nuevos sistemas de movilidad.

Gestionar el día a día del transporte y la movilidad en las ciudades se ha convertido en uno de los grandes retos tanto de las administraciones como de las propias empresas del sector. A problemas tradicionales, como los atascos de tráfico o los costes de los combustibles, se suman las cada vez mayores restricciones medioambientales y la nueva movilidad. Para ofrecer soluciones y optimizar las operaciones de los organismos públicos y de los operadores privados el Instituto Tecnológico de Biomecánica de Valencia (IBV), que forma parte de la Red de Institutos Tecnológicos Redit, ha puesto en marcha el proyecto CiuDATÀ.

Una iniciativa que busca aprovechar los datos que hoy se recogen gracias a los sensores instalados y conectados en las ciudades y cuya aplicación abrirá todo tipo de ámbitos, desde servicios como la gestión de residuos al ocio, la cultura y el bienestar, y con indudables ventajas para aplicar en el caso del transporte.

Según explica José Solaz, director de Innovación en Movilidad y Smartcities del IBV, el proyecto combinará herramientas y tecnologías que apoyan al big data “porque le falta a veces la explicación de porqué pasan las cosas”. CiuDATÀ, que ha sido financiado por el Ivace, va más allá con lo que se denomina Thick Data, “la investigación sociológica y cualitativa que permite dar una explicación a los resultados obtenidos con el big data”. Los investigadores del IBV han sumado así a los datos abiertos obtenidos mediante big data también otras capas de información: la procedente de las redes sociales que permiten conocer las valoraciones y opiniones, además de las propias encuestas en la calle.

Unos resultados que han aplicado a casos concretos de empresas de distintos sectores, como la firma de movilidad urbana Movus, en que se analizó el uso de la bicicleta compartida que esta compañía ofrece en varios municipios del área metropolitana de Valencia. “Este estudio permite a las empresas conocer sobre todo por qué no se usa. Por ejemplo, en el caso de las bicicletas hay una nueva tipología de usuarios urbanos que reclama que también puedan utilizarse con una sillita para llevar a niños o poder cargar la compra; o que prefiere fórmulas de uso más flexibles”, explica Solaz.

Otro de los casos de uso permite aplicarlo a la ubicación de los contenedores de los residuos. En el proyecto también colabora el Intituto Tecnológico de la Energía (ITE), que ha utilizado este sistema para el cálculo de las rutas para vehículos eléctricos y de esta forma medir el comportamiento del rendimiento de sus baterías. Un análisis pormenorizado que permite controlar desde el ahorro en emisiones de CO2, el estado de salud de la batería, la carga al finalizar la ruta o su autonomía en kilómetros y tiempo.

Para Solaz, el sistema de CiuDATÀ permite a las empresas o los operadores afinar sus inversiones y sus soluciones antes de lanzarlas, como servicios bajo demanda de transporte o uso compartido para zonas con menos población, zonas rurales o población más envejecida.

El IBV también está trabajando en proyectos de movilidad vinculados a vehículos autónomos y su aceptación por parte del usuario, para lo que cuenta con el laboratorio Human Autonomous Vehicle (HAV). “Es una tecnología con un impacto social muy grande, hay que entender quién va a ser el beneficiario, cómo lo va a utilizar, para qué y si puede asumir que no lleve conductor”, explica Solaz.