¿Tendremos un verano caliente o templado?

El Gobierno, a través de un Real Decreto, ha tomado decisiones importantes para paliar la problemática social y económica que está sufriendo Europa en general, y España en particular, por el conflicto bélico de Ucrania y por los últimos coletazos de la pandemia. El combustible está superando precios nunca esperados, alcanzando hasta los 2 euros por litro en el caso del gasóleo. Y en el caso de la energía eléctrica, el kilowatio hora sufre unas fluctuaciones estratosféricas, y alto nivel de las empresas, el megavatio hora tiene picos de hasta 700 euros en un día. A ello se ha unido los más de 20 días de paro profesional de numerosos camioneros, un poco al uso de los famosos “chalecos amarillos” franceses, que ha llegado a causar el desabastecimiento de ciertos productos, tanto de primera necesidad, como para la industria.

Para paliar toda esa crisis, el Gobierno ha dictado una serie de ayudas y subvenciones, de las que las más importantes, al menos en lo que nos incumbe, corresponden al transporte. Más de 1.100 millones de euros a favor de un apoyo directo, unos 450 millones de euros, y unos 600 en subvención al combustible. Con ello se ha garantizado tres meses de “supuesta” tranquilidad, o al menos parece que ha acallado algunas voces. Pero la duda que se mantiene en el sector del que hablamos es ¿qué va a pasar cuando llegue el 30 de junio? ¿Es que los servicios secretos europeos ya saben que en junio acaba el conflicto bélico? y ¿por ello no hay que preocuparse? Pues, algo de eso debe ser, porque, sinceramente, desde mi “corta inteligencia” y “conocimiento”, no lo entiendo.

Y hay otro tema que no alcanzo a comprender, como es el de algunos tipos de transportes que se han quedado en el olvido. Me refiero a los ferrocarriles movidos por energía eléctrica, que han visto multiplicada por cinco su factura energética, justo en un momento cuando la liberalización se está consolidando. Y, otro, es el aéreo, fundamental de cara al mayor negocio que tiene el país, “el turismo”, que supone el 12% del PIB.

¿Razones?, Alguna habrá, pero yo sigo sin entenderlo.