La tecnología favorece el desarrollo de la nueva movilidad conectada

El desarrollo de la llamada “nueva movilidad” está propiciando la conexión de los vehículos a la red de internet, lo que supone una aportación de numerosos datos que pueden ser aprovechados para llevar a cabo un cambio hacia un modelo más sostenible y autónomo de la industria del motor

El desarrollo tecnológico, la fuerza de la conexión a internet, y su influencia en la denominada “nueva movilidad” está propiciando un cambio en la industria del motor, el sector, posiblemente, que más está afrontando estos cambios. Desde diferentes plataformas tecnológicas se está abordando la temática de ver como se pueden aprovechar la gran cantidad de datos que se producen a través de la conexión “vehículo-red”. Supone un gran reto para la industria en infraestructuras, la mejora de latencia, la privacidad, compliance y ciberseguridad.

A juicio de De-Cix, principal operador mundial de puntos de intercambio de internet, se está ante cuatro desafíos digitales que se precisan para hacer realidad al coche conectado al 100%. Desde esta compañía se recuerda que en la actualidad, y según las previsiones de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), para el 2025 ya habrá un 35% de vehículos conectados; y cinco años más tarde, se podrá hablar del 40%. Pero para llegar a ese 100% ideal se precisan algunos ajustes.

Los datos que produce el vehículo conectado a la red en su día a día, en su recorrido, son numerosos y de gran valor, pues los aportan sobre la seguridad y las condiciones de la carretera, sobre el estado y mantenimiento del coche, recoge información del tráfico en carretera o en ciudad, etc. Además, aquí se incluye también los hábitos de conducción, el rendimiento del vehículo, etc. Ante ello los fabricantes de automóviles deben reforzar su espacio en esta nueva estructura e interconectarse con los clientes y los proveedores de servicios, para aprovechar todo el conjunto de información que mejora tanto la fabricación como el uso posterior del automóvil.

Por otra parte, está la baja latencia, la baja respuesta. Es preciso contar con un ecosistema eficiente y cerrado de interconexión directa para poder manejar todos los datos que se reciban, y que se garantice que se puedan compartir de forma rápida y segura. Por ejemplo, se ha detectado que en el caso de los coches autónomos, esta respuesta lenta, se está convirtiendo en un factor crítico de seguridad. Una solución es la conexión a la red a través de la cual se pueda mejorar la estabilidad y el tiempo de respuesta de la conexión con el coche.

También hay que considerar como manejar la cantidad de datos personales que un automóvil puede recoger. La gestión de esta información es muy complicada para las compañías, pero una posible solución, de acuerdo con el estudio de DE-CIX, es llevar a cabo una interconexión a través de un IX, que no sólo va a mejorar el rendimiento, sino que también va a servir de ayuda al cumplimiento con la protección de datos.

Y como cuarta aportación de este operador, está la de alcanzar una ciberseguridad y mitigar situaciones de peligro de robo de datos. Para ello hay que lograr que haya un reducido número de intermediarios entre la red del automóvil y la del proveedor.